Región Metropolitana

El pasado viernes 25 de agosto se publicó un artículo que reúne opiniones de los candidatos a la Gobernación de Cundianamarca sobre la recién creada ley Región Metropolitana. Estos mismos candidatos también han expresado sus opiniones al respecto en diferentes foros, siempre coincidiendo mayoritariamente en que no están de acuerdo con esta nueva organización.

Como simple observador, durante 70 años de los detrimentos sufridos por este recurso excepcional, la Sabana de Bogotá (excepcional por su fertilidad natural como potencial agrícola y ganadera a 2.600 m. s. n. m.), me permito resaltar que, en efecto, esa Región Metropolitana existe sin que se requiera ley; y solo tendrá futuro si hay un fortalecimiento integral de las autonomías municipales, una contención radical de la expansión urbana y un apoyo decidido a la protección y enriquecimiento de los componentes medioambientales. Se requieren acciones que son ya posibles con la institucionalidad existente, no nuevos macroorganismos burocráticos inútiles.

Explotan carros bomba, mueren inocentes, emboscan a policías militares y civiles, mueren niños apaleados, secuestran, asesinan a líderes sociales, masacran, extorsionan. Dejan a los niños sin sus escuelas, a los pobladores sin hogar, sin negocios, los campos sembrados de minas antipersonas. Y escuchamos, todos los días, a las 6 a. m. y 6 p. m., fielmente, el ¡oh! Gloria inmarcesible!... Y que “en el surco de dolores, el bien germina ya”. ¿Así, cuándo van a germinar el bien, la paz, la tranquilidad, la confianza, entre los colombianos? En los surcos de violencia, de muerte, despojo, terrorismo, inseguridad, ruinas, miedo, horfandad… nunca se cosechará la paz. Y disculpen el pesimismo que arrastra nuestra realidad.

La hora de las universidades parece estar pasando a revisión severa. Como dice la rectora de los Andes, el modelo está al revés de las necesidades. Una posibilidad para evitar su catástrofe (ya en camino) es flexibilizar la Ley 30 que establece categorías de educación superior estratificadas para que las universidades ofrezcan estudios pertinentes en lo técnico y tecnológico, pero, ante todo, reforzar y apoyar los estudios llamados operativos. De lo que se trata, en definitiva, es de hacer del Sena e instituciones afines centros más atractivos, así como que las universidades aterricen en una oferta real.

Como profesor de Geología del Petróleo por más de veinte años, tengo la obligación de protestar contra los ataques al petróleo. El petróleo como el carbón fueron, son y serán fuentes de energía para el transporte aéreo, fluvial y terrestre. Sin energía el planeta se detiene. ¿Qué tal el planeta sin gas, sin calefacción en invierno, o sin aire acondicionado en verano?

En contraste, la cocaína es un mal que no se lo deseo a nadie. Comparar la cocaína con el petróleo es un despropósito.