Nicolás Maduro está cada vez más aislado de los gobiernos de izquierda de América Latina y se refugia en sus aliados de Oriente

La toma de posesión de la nueva presidenta de México, Claudia Sheinbaum, deja una lectura particular sobre cómo se agrupa la región en cuanto a aliados. 

La fotografía en la que salen los presidentes Bernardo Arévalo, Gabriel Boric, el primer ministro de Belice, John Briceño, Lula Da Silva, Xiomara Castro, Gustavo Petro y hasta el propio Miguel Díaz Canel, mostró a un gran ausente: Nicolás Maduro.

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La crisis política venezolana deja fisuras en América Latina. Maduro se niega a mostrar las actas de votación para demostrar su victoria sobre el opositor Edmundo González, esto ha hecho que casi prácticamente la región lo desconozca aunque no todos se atrevan a decirlo públicamente o con palabras directas.

Petro y Lula Da Silva siguen mostrando interés por una solución al conflicto político de su vecina Venezuela pero están claros que les será difícil porque están conscientes de que su aliado ideológico no ganó las presidenciales. Maduro no solo fue excluido en la toma de posesión en México y la despedida de Manuel Andrés López Obrador, sino del grupo de presidentes alineados.

“Los presidentes del progresismo latinoamericano despedimos a López Obrador con el mural de arte de Diego Rivera detrás de nosotros”, escribió Petro en X, acompañado de una fotografía.

Hace unos días el mandatario colombiano le dijo a CNN en una entrevista, que era necesario que su par venezolano mostrara las actas de votación del 28 de julio, a lo que Caracas no ha respondido, como de costumbre.

Y este lunes volvió a insistir en el tema de Venezuela, asegurando que desea una “salida de tipo político y pacífico".

"Me interesa mucho que Venezuela vuelva a la normalidad democrática, es un país con el que tengo una buena relación, es un país que tiene una frontera de 1.600 kilómetros con Brasil (...) En otras palabras, necesitamos encontrar una manera de reanudar una conversación democrática", afirmó Lula en declaraciones a los periodistas en Ciudad de México.

El mandatario de Brasil también añadió que estaba preocupado “porque mientras más paz tenga Venezuela, más paz tendrá Suramérica, porque queremos consagrar a Suramérica como una zona de paz, no queremos guerra", agregó.

Pero ni las mediaciones de Colombia, Brasil y en menor medida México han dado fruto. Maduro mantiene su postura firme de que se va a juramentar el 10 de enero de 2025 como el presidente de Venezuela.

Además, el gobernante se mantiene firme en apoyarse con Rusia, China, Irán y Turquía, de hecho, en este último país, la vicepresidenta Delcy Rodríguez, realiza una gira actualmente. Meses antes el canciller Yván Gil estuvo en Rusia.

Maduro también mostró el fin de semana su apoyo a la causa palestina y al grupo Hezbolá. “Hoy se dio a conocer el asesinato de un líder del mundo musulmán, de los pueblos árabes, el señor Hassan Nasrallah, secretario general de Hezbolá”, expresó Maduro desde el estado La Guaira y acompañado de dirigentes palestinos.

“Como todos saben, eso representa un peligro para la región. No es algo nuevo, desde hace muchos años se viene advirtiendo el peligro que representan esas conexiones de Venezuela, y más ahora que está aislada y en medio del conflicto en Medio Oriente”, dijo a EL TIEMPO una fuente con conocimiento en el tema pero que por temor a represalias del Gobierno prefiere no identificarse.

Entre tanto, la opositora María Corina Machado, quien se encuentra en la clandestinidad, aseguró el lunes que no se irá de Venezuela pese a las amenazas hechas por Maduro y nuevos encarcelamientos de su equipo de trabajo.

“Aquí el que se va es Nicolás Maduro, yo sigo con los venezolanos (...) Lo que el régimen quiere es ponerme a la defensiva, aquí seguimos de frente cerca de los venezolanos a pesar de las circunstancias (…) Esto lo vamos a lograr y Edmundo González Urrutia va a juramentarse el 10 de enero”, afirmó Machado.

A pesar del aislamiento, Machado insiste en que Maduro sabe cuál es la solución. “Que entienda que su mejor opción en sentarse a negociar una transición democrática y ordenada (...) Venezuela es la prioridad en materia de seguridad en el hemisferio y ni los propios aliados de Maduro lo han reconocido como presidente”, agregó.