En este portal utilizamos datos de navegación / cookies propias y de terceros para gestionar el portal, elaborar información estadística, optimizar la funcionalidad del sitio y mostrar publicidad relacionada con sus preferencias a través del análisis de la navegación. Si continúa navegando, usted estará aceptando esta utilización. Puede conocer cómo deshabilitarlas u obtener más información aquí

CLUB VIVAMOS
Suscríbete
Disfruta de los beneficios de El Tiempo
SUSCRÍBETE CLUB VIVAMOS

¡Hola !, Tu correo ha sido verficado. Ahora puedes elegir los Boletines que quieras recibir con la mejor información.

Bienvenido , has creado tu cuenta en EL TIEMPO. Conoce y personaliza tu perfil.

Hola Clementine el correo [email protected] no ha sido verificado. Verificar Correo

icon_alerta_verificacion

El correo electrónico de verificación se enviará a

Revisa tu bandeja de entrada y si no, en tu carpeta de correo no deseado.

SI, ENVIAR

Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí. Iniciar sesión

Hola, bienvenido

¿Cual es la ciudad colombiana clasificada como la más peligrosa del mundo?
¿Cómo va el juicio al expresidente Álvaro Uribe?
¿Accidente de bus en Calarcá?
Frío inusual en Bogotá explicado por el Ideam

En China, centros comunitarios para ancianos atraen cada vez más a personas jóvenes: ¿por qué?

La renuencia a gastar se ha vuelto tan común entre los más jóvenes que está contribuyendo a los problemas económicos del país.

Los comedores comunitarios son de propiedad privada en China, pero están subvencionados por Beijing.

Los comedores comunitarios son de propiedad privada en China, pero están subvencionados por Beijing. Foto: Qilai Shen para The New York Times

Alt thumbnail

Actualizado:

00:00
00:00

Comentar

Whatsapp iconFacebook iconX iconlinkeIn iconTelegram iconThreads iconemail iconiconicon
SHANGHAI — Dentro de un comedor para personas mayores en Shanghai, una trabajadora con una esponja se acercó a Maggie Xu, de 29 años, mientras ésta terminaba su arroz y brócoli. Xu la ignoró.
“Si vienes a las 12 en punto, las tías te darán menos comida”, dijo Xu, hablando en voz baja. Pasadas las 13:30 horas, regalan caldo. También empiezan a rondar —como la tía con la esponja— apresurando a los rezagados a salir por la puerta.
Xu está familiarizada con los ritmos del Comedor Comunitario de Tongxinhui porque come allí todos los días para ahorrar dinero. Tiene un buen trabajo como contadora, pero no puede sacudirse una sensación de inquietud sobre su futuro.
“Sólo cuando ahorres dinero te sentirás seguro”, afirmó.
En estos difíciles tiempos económicos en China, muchos jóvenes están desempleados, pero no son los únicos ansiosos. Una devastadora caída en el valor de los bienes raíces, donde yace la mayor parte de la riqueza de los hogares, ha aumentado la sensación entre los jóvenes profesionistas como Xu de que su situación también es precaria.
En Shanghai, algunas personas están encontrando alivio en centros comunitarios subsidiados que alguna vez atendieron principalmente a personas mayores, pero que ahora también atraen a multitudes más jóvenes. La comida es costeable y abundante. Los platillos que se ofrecen, a veces tan baratos como 1.40 dólares, están repletos de especialidades locales como anguila con aceite caliente o costillas de cerdo al vapor.
Los comedores son operados de manera privada, pero están subsidiados por el gobernante Partido Comunista de China y atienden a residentes mayores, ofreciendo comidas con descuento y servicios de entrega.
En el comedor a donde acude Xu, los comensales mayores de 70 años obtienen un descuento del 15 por ciento.
Los comedores datan de una época oscura durante el Gran Salto Adelante de Mao a fines de la década de 1950, cuando el Partido Comunista reemplazó los restaurantes privados con comedores comunitarios, dijo Seung-Joon Lee, profesor asociado de historia en la Universidad Nacional de Singapur.
Hay 6 mil comedores locales en todo el País, de acuerdo con el servicio oficial de noticias Xinhua. En Shanghai hay más de 300.
La renuencia a gastar se ha vuelto tan común que está contribuyendo a los problemas económicos del país e incitando a los altos funcionarios a hablar con urgencia sobre promover la confianza.
Si hay algo que le falta a Deng Chunlong, de 31 años, es confianza. El negocio de entrenamiento personal de Deng ha sufrido. Algunos clientes han dejado de ir por completo.
Deng ha estado acudiendo a un comedor en Shanghai para reducir sus gastos. Dejó de rentar un departamento y duerme en su estudio de Pilates.
“Parece que la gente no está dispuesta a gastar tanto”, afirmó entre bocados de coliflor y puerco.

Sigue toda la información de Internacional en Facebook y X, o en nuestra newsletter semanal.

00:00
00:00

Comentar

Whatsapp iconFacebook iconX iconlinkeIn iconTelegram iconThreads iconemail iconiconicon

Conforme a los criterios de

Logo Trust Project
Saber más
Sugerencias
Alt thumbnail

BOLETINES EL TIEMPO

Regístrate en nuestros boletines y recibe noticias en tu correo según tus intereses. Mantente informado con lo que realmente te importa.

Alt thumbnail

EL TIEMPO GOOGLE NEWS

Síguenos en GOOGLE NEWS. Mantente siempre actualizado con las últimas noticias coberturas historias y análisis directamente en Google News.

Alt thumbnail

EL TIEMPO WHATSAPP

Únete al canal de El Tiempo en WhatsApp para estar al día con las noticias más relevantes al momento.

Alt thumbnail

EL TIEMPO APP

Mantente informado con la app de EL TIEMPO. Recibe las últimas noticias coberturas historias y análisis directamente en tu dispositivo.

Alt thumbnail

SUSCRÍBETE AL DIGITAL

Información confiable para ti. Suscríbete a EL TIEMPO y consulta de forma ilimitada nuestros contenidos periodísticos.

Mis portales