SRINAGAR, Cachemira — Vienen por el jardín de tulipanes más grande del continente. Vienen por los Himalayas nevados. Vienen por los lagos y la belleza natural.
Los turistas han regresado en masa a Jammu y Cachemira, en lo que India llama una señal de la forma en que ha cambiado la situación en la región en disputa, donde los separatistas violentos tienen décadas de estar activos. Hace tres años, el Gobierno nacionalista hindú de la India cimentó sorprendentemente el control del área de mayoría musulmana, diciendo que eso finalmente traería la paz.
“La región era un foco terrorista”, dijo Amit Shah, Ministro del Interior de la India y lugarteniente clave del Primer Ministro Narendra Modi. “Ahora se ha convertido en un gran destino turístico”.
Pero lo que atrae a los visitantes ofrece sólo un breve escape para muchos residentes, que siguen atrapados en un viejo ciclo de miedo, desesperación e incertidumbre.
En el jardín de tulipanes de Srinagar este verano, Suhail Ahmad Bhat, un vendedor de frutas del pueblo cercano de Baramulla, iró la belleza de un millón de flores. “Me siento bien en el jardín”, dijo Bhat. “Pero fuera del jardín, hay una sensación de miedo: muchos puestos de control, muchas armas. No hay paz mental”.
A fines del 2019, el Ejército indio comenzó a aplicar agresivamente un embargo punitivo que cortó las comunicaciones de Cachemira con el mundo exterior mientras Nueva Delhi revocaba el estatus semiautónomo del Estado y colocó a los líderes políticos locales bajo arresto domiciliario.
Por ahora, hay una nueva normalidad en el Valle de Cachemira, la parte más inquieta de la región. Se basa en una fuerte presencia militar que rápidamente encarcela a las voces disidentes. Muchos cachemires se encuentran en un incómodo limbo entre un estado militarizado y un separatismo militante.
Para atraer a más visitantes, los funcionarios de Srinagar establecieron el jardín de tulipanes en el 2007. Está dispuesto en 30 hectáreas y tiene flores en más de una docena de colores, así como 68 variedades de tulipanes que florecen durante un mes a principios del verano.
El jardín vuelve a atraer visitantes después de un reciente alto al fuego en la cercana frontera con Pakistán y un aumento en los viajes posteriores a la pandemia. El número de turistas en el Valle de Cachemira, dice el Gobierno, ascendió a más de 2 millones en el 2022, un salto triple con respecto al año anterior.
Los comerciantes y dueños de negocios dicen que una reducción en las huelgas políticas y una disminución en la violencia a gran escala han significado menos trastornos en los negocios. Pero señalaron una alta tasa de desempleo y una baja demanda de bienes para contrarrestar las afirmaciones del Gobierno de que había introducido miles de millones de dólares en inversiones al valle.
Desde que Nueva Delhi tomó el control, ha habido una reducción significativa en la infiltración de militantes de Pakistán, muestran los datos del gobierno, y una ligera caída en los incidentes terroristas. Pero el número de muertes de civiles, alrededor de 40 al año, se ha mantenido prácticamente inalterado. Las autoridades en Cachemira han puesto el número de militantes activos en el valle por debajo de 100.
Para muchos residentes, cualquier calma es inquietante. Irfan Abbas, un contador que estaba en el jardín de tulipanes con amigos, estaba cansado de la nueva normalidad.
“Tanta represión, tanta depresión”, dijo Abbas. “Es como una situación volcánica —puede estallar en cualquier momento”.
Por: Hari Kumar y Mujib Mashal
BBC-NEWS-SRC: http://www.nytsyn.com/subscribed/stories/6510228, IMPORTING DATE: 2022-12-28 20:50:08