Más de 3 millones de años después de su muerte, una primitiva antepasada humana, conocida como Lucy, sigue divulgando sus secretos.
En el 2016, una autopsia indicó que la Australopithecus afarensis hembra, cuyos restos parciales fueron hallados en Etiopía en 1974 y es considerada el fósil de homínido más completo encontrado hasta la fecha, murió al caer de un árbol.
Siete años después, una reconstrucción virtual de los músculos de su pierna y pelvis —que no están preservados en fósiles— reveló que tenía una estatura de unos 1.07 metros, pesaba entre 13 y 42 kilos y era capaz de estar de pie y caminar erguida.
Un nuevo estudio publicado en la revista Current Biology propone que Lucy también era capaz de correr. Pero “no era una corredora natural”, dijo Karl Bates, investigador de biomecánica evolutiva en la Universidad de Liverpool y autor principal del artículo. “Era muy probable que sólo pudiera correr impulsada por breves rachas de energía en vez de persecuciones de larga distancia”.
El fósil, que representa un 40 por ciento del esqueleto de Lucy, a menudo es descrito como una mezcla de rasgos humanos y simios. “El tamaño total de su cuerpo era mucho menor que el nuestro y la parte superior de su cuerpo era más grande, con brazos más largos y piernas más cortas”, señaló Bates. Las conclusiones de su equipo refuerzan la hipótesis de que la capacidad de los humanos para correr largas distancias es una adaptación que les dio una ventaja para obtener presas.
El análisis fue realizado a partir de simulaciones de movimiento computarizadas de los músculos de las piernas de Lucy. El cálculo de la velocidad máxima de Lucy —cuando los investigadores le dieron configuraciones musculares similares a las humanas— fue de unos 17.7 kilómetros por hora.
Eso es mucho más lento que los humanos modernos, cuyas velocidades de sprint a menudo superan los 29 kilómetros por hora y alcanzan un máximo de más de 43 kilómetros por hora en atletas de élite.
Los fósiles de Australopithecus afarensis por lo común son hallados en áreas que eran principalmente bosques con parches de pastizales. Lucy, diseñada para distancias cortas, habría recurrido a estrategias distintas a la caza de persecución para recolectar alimento, como trepar árboles.
Al carecer de los tendones de Aquiles largos y elásticos y las fibras musculares más cortas que tienen los humanos contemporáneos, Lucy habría tenido que esforzarse más para moverse con rapidez.
Cuando se le añadieron a la Lucy cibernética músculos del tobillo similares a los humanos, la cantidad de energía que gastó era comparable a la de otros animales de estatura similar. Pero al darle músculos de tobillo similares a los de los simios, habría gastado tres veces más energía corriendo que un humano moderno.