Cuando los cazadores de fósiles desenterraron los restos de un dinosaurio en las colinas del este de Montana hace cinco años, los huesos tenían varias características clave de un Tyrannosaurus rex: un par de piernas gigantes para caminar, un par de brazos mucho más pequeños para desgarrar presas y una cola larga. Pero a diferencia de un T. rex adulto, que sería aproximadamente del tamaño de un autobús urbano, tenía más el tamaño de una camioneta.
El espécimen, ahora a la venta por 20 millones de dólares en una galería de arte de Londres, se convirtió en el último hallazgo en plantear una pregunta que ha llegado a obsesionar a los paleontólogos: ¿Es un T. rex joven o pudiera ser una especie de dinosaurio diferente, pero relacionado?
La disputa sobre la existencia de Nanotyrannus, como se ha denominado al posible pariente del T. rex, ha producido una gran cantidad de investigación científica y décadas de debate. Ahora que los fósiles de dinosaurios alcanzan precios cada vez más impresionantes, el debate ha comenzado a extenderse por las casas de subastas y galerías, donde algunos ven el nombre del T. rex como una marca valiosa.
“El debate siempre se vuelve un poco más feroz cuando está involucrado el rey de los dinosaurios”, dijo Steve Brusatte, paleontólogo en la Universidad de Edimburgo, Escocia.
La galería David Aaron, que vende el ejemplar descubierto en Montana, conocido como Chomper, enfrentaba a una elección. ¿Llamarlo un T. rex juvenil? ¿Etiquetarlo como Nanotyrannus? ¿O acoger la ambigüedad? Se optó por llamarlo “raro esqueleto juvenil de Tyrannosaurus rex”. Citó un influyente estudio del 2020 encabezado por Holly N. Woodward, que utilizó un análisis de los anillos de crecimiento en de muestras de hueso de dos especímenes en disputa —que se estima que tenían un tamaño similar al de Chomper— para argumentar que eran juveniles que se acercaban a un estirón en crecimiento.
Pero Pete Larson, un experto en fósiles conocido por su participación en la excavación de dos de los T. rex más famosos del mundo, dijo que creía que Chomper era un Nanotyrannus. El espécimen apareció en un episodio del 2020 de la serie documental de Discovery Channel “Dino Hunters”, en el que Larson señaló a la aparente fusión de sus huesos nasales como evidencia de que no era un T. rex juvenil.
Otro espécimen que seguramente dará forma al debate es una maravilla conocida como los dinosaurios en duelo, un fósil bien conservado de un tiranosaurio que fue descubierto junto a los restos de un Triceratops, dando la impresión de que los animales murieron mientras peleaban.
El espécimen de los dinosaurios en duelo —descubierto por un equipo dirigido por Clayton Phipps, el mismo cazador de fósiles que excavó Chomper— fue adquirido por el Museo de Ciencias Naturales de Carolina del Norte en el 2020. Esta primavera, planea abrir una exhibición en la que el público podrá visitar los dinosaurios en duelo al tiempo que los paleontólogos lo estudian activamente.
“Necesitamos dilucidar lo que, en mi trayectoria, ha sido una de las interrogantes más complejas de abordar, porque hay que distinguir muchas variables”, dijo Lindsay Zanno, directora de paleontología del museo, enumerando el crecimiento, el sexo y el proceso de fosilización como ejemplos. “Por eso ha tenido perpleja a la comunidad científica durante años”.
El origen del debate paleontológico se remonta a 1942, cuando una expedición del Museo de Historia Natural de Cleveland, en Ohio, desenterró en Montana un cráneo de dinosaurio de 56 centímetros. Originalmente fue identificado como un Gorgosaurus, pero en la década de 1960 un nuevo análisis argumentó que pertenecía a un T. rex juvenil.
El debate ha continuado desde entonces. Incluso para los no científicos, existen claras diferencias entre el cráneo de ese espécimen y el de los T. rex adultos: el cráneo más pequeño tiene un hocico más delgado y dientes más delgados y en forma de cuchillas. A finales de la década de 1980, investigación dirigida por Robert T. Bakker argumentó que esas diferencias, y otras, indicaban que se trataba de una especie nueva. Lo bautizó como Nanotyrannus lancensis.
Muchos paleontólogos creen que para poner fin realmente a esta disputa se necesitan más pruebas. Algunos ven el aumento en los precios de los dinosaurios como una crisis, temiendo que espécimenes importantes terminen fuera del alcance de los investigadores.
Salomon Aaron, director de la galería de Londres, dijo que esperaba que Chomper fuera a un museo donde los científicos pudieran estudiarlo.
“Necesitamos más especímenes para resolver el misterio”, dijo David Evans, paleontólogo en el Museo Real de Ontario. “Y este es precisamente el tipo de espécimen que necesitan los científicos”.
Por: JULIA JACOBS
y ZACHARY SMALL
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