GLENDALE, California — Pequeños ejércitos de paisajistas atienden césped exuberante y suaves colinas donde caminos privados con nombres como “Memory Lane” y “Baby Land” conducen hacia mausoleos maximalistas, columbarios y réplicas de estatuas renacentistas.
En la cima se encuentra el pintoresco Monte Forest Lawn, una colina que alberga un teatro llamado Salón de la Crucifixión-Resurrección, construido para una sola obra: “La Crucifixión”, del artista polaco Jan Styka.
Midiendo 59 metros por 14 metros, es una de las pinturas religiosas más grandes del mundo. La obra de arte, una maravilla de principios del siglo 20, es parte del efímero género de la pintura panorámica —lienzos colgados a casi 360 grados que brindaban a los espectadores un viaje inmersivo, a menudo a vistas de la cristiandad o secuencias de batallas.
El teatro y el museo de arte contiguo son parte del Forest Lawn Memorial-Park, un cementerio de 120 hectáreas que ha sido un punto de referencia de Los Ángeles desde que fue fundado por Hubert Eaton en 1917. Un popurrí de arquitectura, arte y artefactos, el camposanto es el hogar permanente de Michael Jackson, Carole Lombard, Jimmy Stewart, Walt Disney y muchas otras estrellas.
La pintura yace detrás de algunas de las cortinas más grandes del mundo y se puede ver desde 700 butacas de terciopelo rojo. Para llegar a él, los visitantes deben atravesar una mezcolanza arquitectónica, ingresando a través de una fachada de catedral italiana burdamente imitada, luego pasando por un corredor de vitrales gótico francés antes de ingresar a una gran sala de cine. Allí, el Jesús de Styka, acercándose a sus últimos momentos en el Gólgota, mira hacia una luz celestial, rodeado por María, los apóstoles y mil extras.
En septiembre, la pintura experimentó su primera actualización importante desde que se inauguró el Salón de la Crucifixión el Viernes Santo de 1951. La pintura siempre ha sido presentada con un dramático espectáculo de luz y sonido, simulando truenos y relámpagos, con una narración intimidante.
James Fishburne, director del museo de Forest Lawn e historiador de arte residente, reimaginó el programa audiovisual de “La Crucifixión”, desenredando lo secular de lo sagrado y narrando el recorrido de la pintura desde Europa del Este hasta Estados Unidos, donde, dice la tradición de Forest Lawn, Eaton la encontró en el sótano de la Ópera de Chicago enrollada alrededor de un poste telefónico.
“El Museo Forest Lawn es una institución artística poco ortodoxa, pero sí, absolutamente, es parte de un cementerio en funcionamiento”, dijo Fishburne. “Hemos hecho un auténtico esfuerzo por ampliar el atractivo de la experiencia”, dijo.
La contratación de Fishburne en el 2018 marcó un cambio radical para el Museo Forest Lawn, un espacio de 500 metros cuadrados de galerías de arte y el teatro adyacente, que se han mantenido prácticamente inalterados durante 72 años.
Ahora Fishburne tiene un papel destacado, al aparecer en el acompañamiento audiovisual del museo de “La Crucifixión”. Se ha añadido una nueva pantalla digital de video de 3.60 metros, con todo y animaciones de primera calidad. Él aparece ocasionalmente a lo largo del video como guía, haciendo mancuerna con un narrador profesional para contar la historia de la pintura, la arquitectura surrealista de Forest Lawn y los detalles bíblicos en la composición de Styka.
Fishburne contó con la ayuda de Sara Velas, directora de Velaslavasay Panorama en Los Ángeles, uno de los pocos lugares de pintura panorámica que quedan en EU.
“Se podría argumentar que las pinturas panorámicas no son pre-cine, sino que son cine en sí mismas”, dijo Velas. “La forma en que se activa la visión periférica hace que las cosas se experimenten más intensamente y, en realidad, abre un tipo diferente de memoria”.
Por: ETHAN TATE
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