SAN FRANCISCO — Jonathan Nelson había asegurado compromisos por 2 millones de dólares en nuevos fondos para HF. Capital, su startup de tecnología financiera, de dos inversionistas en febrero. Su objetivo eran 2.5 millones de dólares y pensó que conseguir el resto sería “mero trámite”.
Entonces, 67 inversionistas lo rechazaron. A mediados de marzo, sus inversionistas iniciales también se retiraron.
Nelson inicialmente quedó confundido por el cambio. Pero dos días después, cuando Silicon Valley Bank, el banco más socorrido por empresas de capital de riesgo y empresas de arranque, colapsó después de que los inversionistas tecnológicos y las startups desencadenaron un pánico bancario, todo hizo sentido.
“Estaba perplejo”, dijo. “Luego ocurrió el pánico bancario y pensé, ‘Ah, están aterrorizados’”.
Después de un lacerante 2022, cuando se acabó el dinero fácil para las startups, conduciendo a valuaciones recortadas, ambiciones reducidas y despidos generalizados, muchos esperaban que las cosas se recuperaran este año. Pero el colapso del banco ha atizado aún más ansiedad, que comienza a manifestarse en los tratos de empresas de arranque en todo Silicon Valley.
El 26 de marzo, el Silicon Valley Bank fue adquirido por First Citizens BancShares. Las empresas que habían confiado en el banco fracasado para líneas de crédito se han apresurado a buscar una nueva fuente de deuda. Los inversionistas reacios han optado cada vez más por quedarse al margen o están demasiado ocupados ayudando a apuntalar startups existentes como para considerar nuevos tratos.
En una encuesta de 870 fundadores realizada por la firma de capital de riesgo NFX, el 59 por ciento dijo que el colapso del banco haría más difícil un mercado de recaudación de fondos ya de por sí difícil. Veintidós por ciento dijo que les preocupaba no poder recaudar fondos este año.
Techstars, una firma de inversión que ha respaldado a 3 mil 500 startups, aconsejó a sus empresas que llamaran a sus accionistas para pedir más dinero antes de abordar a nuevos inversionistas, dijo Maëlle Gavet, directora ejecutiva de la firma. Techstars también ha tratado de reducir las expectativas de los emprendedores sobre cuánto vale su empresa, exhortándolos a no pensar en sus valuaciones reducidas como un fracaso, sino como una señal positiva de que alguien está dispuesto a invertir en su empresa.
Nelson, el fundador de HF.Capital, quería usar los 2.5 millones de dólares para obtener licencias para un producto de software que permitiría operaciones internacionales de acciones. Pero ahora planea expandir la empresa utilizando las ganancias en lugar de fondos externos.
“Es una pared de ladrillo”, dijo. “Nadie está escribiendo cheques en este momento”.
Por: Erin Griffith
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