Airbus aprovecha problema de Boeing y por eso ahora venden más aviones

El mes pasado, Airbus consolidó su posición como el mayor fabricante de aviones del mundo por quinto año consecutivo, al anunciar que había entregado más aviones y obtenido más pedidos que Boeing en el 2023. Al mismo tiempo, Boeing lidiaba con una crisis provocada por un desgarrador conato de desastre que involucra a su línea de aviones 737 Max.

En el largo duelo entre los dos rivales de la aviación, Airbus ha tomado una gran ventaja.

“Lo que solía ser un duopolio se ha convertido en dos tercios Airbus y un tercio Boeing”, dijo Richard Aboulafia, director general de AeroDynamic Advisory en Washington. “Muchas personas, ya sean inversionistas, financieros o clientes, miran a Airbus y ven una compañía dirigida por gente competente”, afirmó.

El incidente que involucró al 737 Max 9, en el que se abrió un agujero en el fuselaje de un avión de Alaska Airlines en pleno vuelo, fue la más reciente en una serie de fallas de seguridad en el caballo de batalla de Boeing —incluidos dos accidentes fatales en el 2018 y el 2019, que contribuyen a impulsar la suerte del gigante aeroespacial europeo.

Las aerolíneas emprenden grandes expansiones de sus flotas para satisfacer un aumento pospandémico en la demanda de viajes aéreos a nivel mundial y consideran a qué compañía recurrir.

Guillaume Faury, el director de Airbus, dijo que la compañía había obtenido 2 mil 94 pedidos de aviones nuevos en el 2023, la mayor cantidad en un solo año. Eso incluye los jets A320neo, su principal competidor del 737 Max.

Boeing también reportó más entregas y pedidos de aviones en el 2023 que el año anterior, pero a un ritmo más lento que Airbus. Juntas, las dos compañías fabrican la mayoría de las aeronaves comerciales del mundo.

Airbus ha tenido sus propias dificultades: durante la pandemia, problemas en la cadena de suministro lo obligaron a recortar la producción y despedir trabajadores, lo que provocó una pérdida de 1.1 mil millones de dólares.

El 15 de enero, Boeing anunció que haría cambios a los procesos de control de calidad en su fábrica y en la de un proveedor importante, Spirit AeroSystems, que instaló el tapón de las puertas de salida sin utilizar que se desprendieron en el vuelo de Alaska Airlines.

El episodio de Alaska Airlines reavivó cuestiones sobre seguridad en las que Boeing había estado trabajando para abordar luego de que dos de sus aviones Max en Asia y África se estrellaran en el 2018 y el 2019, cobrando 346 vidas. Todos los aviones 737 Max fueron puestos en tierra por todo el mundo durante dos años, lo que creó una oportunidad inusual para que Airbus se abalanzara.

Reportes de The New York Times y otros revelaron presión al interior de Boeing para competir con el avión A320neo de Airbus, un éxito de rápido crecimiento y gasto eficiente de combustible que tomó a Boeing con la guardia baja.

“En los últimos años la ecuación económica ha cambiado a favor de Airbus”, dijo Philip Buller, analista del Berenberg Bank en Londres.

“Las disrupciones que han afectado al Boeing Max lo han hecho parecer una aeronave menos confiable para tener en tu flota”, declaró.

Boeing también tiene una deuda de casi 40 mil millones de dólares derivada del bache en los viajes por el Covid y la anterior crisis de seguridad del 737 Max. Eso ha planteado interrogantes sobre hasta qué punto invertirá en aviones de futura generación mientras Airbus busca una ventaja competitiva, apuntó Buller.

Por: LIZ ALDERMAN

THE NEW YORK TIMES