Ella es la colombiana que estuvo presa en una red de trata de personas en México por culpa de una amiga: así escapó

La colombiana Alison Vivas contó su desgarrador testimonio tras haber sido víctima de una red de trata de personas en México que inició con el engañó de quien creía una amiga. Según relató la joven, se involucró con una organización que reclutaba a mujeres latinoamericanas para llevarlas a dicho país con el objetivo de que prestaran servicios de compañía a la clientela de bares y restaurantes de zonas turísticas. 

En el episodio 154 del pódcast de Vos Podés, dirigido por Tatiana Franko en diciembre del año pasado y en una reciente entrevista con el medio de la BBC Mundo, Alison revivió nuevamente los sucesos de su lamentable historia en México.

Conforme con su explicación, su historia remonta al año 2017 cuando, en busca de mejores oportunidades y con tan solo 22 años, fue convencida por una amiga de nombre Milena, quien le propuso viajar a Cancún por trabajo.

Fue así como Alison terminó dejando sus estudios de mercadeo y su empleo como vendedora de planes turísticos. 

De acuerdo con la joven, la decisión no le fue mencionada a su madre, pues aseguró que era bastante sobreprotectora y que en su casa siempre se hablaba del peligro que corrían los jóvenes cuando se iban a otros países y jamás regresaban.

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A los pocos días de haber aceptado, según contó en BBC Mundo, estuvo en o con el jefe de su amiga y su secretaria. "Ellos se ofrecieron a prestarme dinero para sacar el pasaporte y comprar el tiquete de avión", dijo.  

En el momento en que iba a emprender su viaje, Alison mencionó que estas personas habían sido muy claras con lo que ella tenía que decir al llegar al aeropuerto: estaría una semana de vacaciones en Cancún y que allí se encontraría con una supuesta pareja. 

De hecho, destacó que, tras aterrizar en México, la esperaba un hombre corpulento y poco amable. "Le decían Foca", comentó Alison al medio citado. Acorde con ella, el sujeto era quien la llevaría a la residencia donde se quedaría a vivir con otras mujeres. 

En la vivienda, que quedaba en una calle cerrada de poco , la recibió Angélica, una colombiana quien era la encargada de cuidar la casa y a las chicas que vivían con ella. En estos primeros encuentros, Alison no sospechó nada; incluso llamó a su madre para contarle de su nuevo empleo en México y asegurarle que todo estaba bien. 

Según narró, a la mañana siguiente, tan pronto se encontró con su amiga, un hombre también llegó a verlas para pedirle que firmase un documento con respecto a la deuda que tenía por el trámite del pasaporte y los tiquetes de avión. 

"El contrato establecía que yo adquiría una deuda con la empresa para la que iba a trabajar de 170.000 pesos mexicanos (unos USD 8.300) por concepto del trámite del pasaporte y de los vuelos. Ellos se quedarían con mi pasaporte hasta que yo saldara el total de la deuda”, explicó la colombiana para BBC News.

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Alison entregó su documento para cubrir su deuda, la cual incluía el hospedaje, la manutención y el transporte. De acuerdo con sus cuentas, la mujer pensó que podría pagarla los seis meses, pero no fue así. 

Los detalles del trabajo que desempeñaría no eran muy claros hasta el día que comenzó con ello. Alison comentó que, desde que le entregaron las vestimentas, algo andaba mal. El mismo hombre, quien la había hecho firmar el contrato, le suministró vestidos de cóctel muy ceñidos al cuerpo y bastante reveladores. 

El sujeto, que no identificó, les pidió estar listas a las 2 de la tarde para llevarlas de camino al restaurante y explicarle sus tareas. De acuerdo con su relato, los clientes solo eran hombres y todas las mujeres debía estar listas para atenderlos; incluso, aseguró que en algunas ocasiones veía cómo algunas de sus compañeras salían con estos sujetos para ofrecerles servicios sexuales. 

Cuando Alison empezó a indagar sobre las verdaderas labores que se hacían en el restaurante, le explicaron que el trabajo consistía en sentarse con los clientes: "Tú te encargas de que esa persona te saque del restaurante a un servicio de compañía o un servicio sexual", dijo la colombiana a BBC Mundo. "Un chofer del restaurante los lleva hasta otro lugar, que es de los mismos dueños. Ahí haces tu servicio, cumples tu tiempo, y el chofer te devuelve al restaurante".

Intentó hablar con Angélica, la encargada de las extranjeras, y con el hombre del contrato, pero ambos le contestaron que debía atender a estos servicios para poder generar ingresos y saldar su deuda. 

Con el paso del tiempo, Alison intentaba hablar con su madre para no preocuparla y eventualmente fue trasladada a un bar a las afueras de Cancún llamado 'Bandidas', donde la joven afirmó que se tenían todos los elementos necesarios de un lugar de explotación sexual: "las luces, los tubos de pole dance, la pista y las habitaciones", dijo.

En BBC Mundo, la joven agregó que "cuando me di cuenta de lo que estaba pasando, Milena, la que yo creía que era mi amiga cercana, dejó de responderme los mensajes. Con el tiempo, me enteré que era la pareja del jefe de esos negocios". 

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Vivas relató que los shows que se presentaban en el local comercial eran bailes en pole dance y luego debía cumplir con servicios sexuales que se ofrecían en el restaurante.

"Mi sensación a partir de ese momento fue de desesperanza absoluta", añadió la joven para el medio inglés. De acuerdo con Alison, tenían que dar entre dos y tres shows, todos en muy poca ropa y en un tubo de pole dance. Para ella, la sola idea le generaba náuseas e incluso señaló que ganaba poco en comparación a lo que ella hacía. 

"En una noche lo máximo que lograba descontar de la deuda eran 500 pesos mexicanos (unos US$ 24). Prácticamente nada”, aseguró.

Explicó que solía trabajar desde las 2 de la tarde a la madrugada. Además, la mujer afirmó que "muchas veces sentía que me estaba muriendo del asco. Me sentía cansada. El cuerpo me dolía. Si el veía que me estaba sintiendo mal, me ofrecía un tequila o una pastilla de éxtasis. Eso sí, no se sumaban a la deuda"

Incluso, en su entrevista con BBC Mundo, la joven expuso que tuvo quebrantos de salud. En una ocasión, terminó hospitalizada durante una semana por una bacteria en el estómago; probablemente por un bebida que solían consumir en el bar. "Era un líquido rosado y con burbujas que se le asemejaba a la champaña", precisó. 

De igual manera, la joven compartió que "la idea siempre era mantenernos esclavas el mayor tiempo posible, y por eso la deuda, en vez de disminuir, crecía cada vez más. Si nos enfermábamos, nos ponían una multa. Si nos llegaba el periodo, multa. Si nos emborrachábamos, multa".

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Como lo comentó en la entrevista con el medio internacional citado, unos hombres armados y encapuchados realizaron un operativo en el bar donde se encontraba. Allí, les pidieron que se vistieran y fueron preguntándoles una a una su nacionalidad.

Según Alison, estos hombres revelaron que eran autoridades mexicanas que habían organizado su rescate y las llevaron a una estación de policía, donde tuvieron que dar testimonio de lo que habían vivido en el lugar. "En ese momento, no era claro si en efecto se trataba de un rescate o si nos habíamos metido en un problema con la ley", mencionó. 

En ese instante, Alison cuenta que la 'Foca', el y quien llevaba las cuentas del bar, fueron arrestados. 

De la estación, trasladaron a 35 mujeres a una estación de migración mexicana para conocer su estatus migratorio. Estuvieron cerca de dos semanas (12 días) y, según lo recuerda Alison, solo podía hacer llamadas cada siete días, ya fuera a una amiga para recuperar su pasaporte e irse o a su mamá, quien ya intuía que algo había sucedido. 

Al final las mujeres tuvieron dos opciones, firmar un regreso asistido o un "amparo" que les prolongara su estadía. Alison decidió regresar tras el "infierno" que había vivido durante su paso por México. Su traslado fue por medio de un avión de carga de la Policía y finalmente llegaron a Colombia, donde fue recibida por su familia. 

#NoEsHoraDeCallar

Si su vida está en riesgo, puede llamar al 123, la línea de emergencias en Colombia. También si usted o alguna mujer de su entorno es víctima de violencia psicológica, física, económica o sexual, puede comunicarse con la línea nacional 155.

Así mismo, puede denunciarlo en las líneas de la Fiscalía General de la Nación en el número a nivel nacional 018000919748, desde su teléfono celular marcando el 122 o en Bogotá en el 601 5702000.

REDACCIÓN ÚLTIMAS NOTICIAS

MARÍA JULIANA CRUZ MARROQUÍN