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Un día en Gaza: ‘Estamos esperando la muerte’

Habitantes relatan cuál es la situación en el lugar tras la escalada de violencia con Israel.

Un niño palestino camina entre escombros de su casa familiar, destruida tras el bombardeo israelí en el campo de refugiados de Jabaliya, al norte de la franja de Gaza.

Un niño palestino camina entre escombros de su casa familiar, destruida tras el bombardeo israelí en el campo de refugiados de Jabaliya, al norte de la franja de Gaza. Foto: Haitham Imad / EFE

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PERIODISTA DE REPORTAJES MULTIMEDIAActualizado:

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Cuando se habla con los habitantes de Gaza, hay algo detrás de cada palabra que mencionan. Es una mezcla entre tristeza, angustia y resignación. Gritan, pero es un grito mudo. Están desesperados. Sienten que lo que dicen no se escucha y no tiene eco. Quizás por los misiles, quizás por las explosiones, quizás por los enfrentamientos.
Hamás controla la Franja de Gaza y es la principal organización militante islamista palestina. Se constituyó en 1987 y es con quien se enfrenta Israel. En 2008, 2012 y 2014 hubo campañas militares en contra de los militantes de ese grupo que ha sido calificado como terrorista por Estados Unidos y la Unión Europea.
Como si se tratara de una pesadilla interminable, el lugar está en constante conflicto. Este año, desde el 10 de mayo, se inició una nueva escalada de violencia. Se registraron al menos 1.615 ataques aéreos a ese lugar desde el comienzo del reciente intercambio de fuego.
El ejército israelí aseguró que en solo nueve días, se lanzaron 3.750 cohetes desde Gaza, pero cerca del 90 por ciento de estos fueron interceptados por el Domo de Hierro.
Si morimos, morimos juntos. Si sobrevivimos,
lo hacemos juntos
Lo cierto es que tras los ataques, miles de personas han fallecido y entre las víctimas hay niños y mujeres.
‘Lo que estamos viviendo es una masacre, millones de masacres’, dice Mohammed Imad, de 24 años, quien vive en la Franja de Gaza. “Nos la pasamos escapando de un lado a otro, huyendo de la artillería israelí que está destruyendo todo. No hay ningún lugar seguro. Todos estamos esperando la muerte”.

Vivir bajo ataque

En Gaza, no hay refugios. Es una zona de guerra, como de esas que se describen en los libros o se muestran en las películas. Edificios colapsados, plazas destruidas. Es común ver a las personas caminando y cargando sobre sus hombros los cuerpos de sus muertos cubiertos por la bandera palestina.
Hay un panorama que se repite a diario y lo describe la doctora Mariam Abu Daka, de 66 años, quien vive en la ciudad de Gaza: las madres que deben aprender a sobrevivir sin sus hijos o con solo uno de ellos, y los niños que deben acostumbrarse a estar sin familia, a estar solos. “La muerte tiene muchas formas aquí”.
Allí se huye cada vez que se asoma un misil por el cielo. Logran salir con vida quienes, por suerte, no coinciden en el lugar de los ataques. Otros resultan muertos o desplazados. Hay barrios que han sido arrasados.
Los palestinos se sientan entre los escombros de su casa que fue destruida durante los ataques aéreos israelíes en la ciudad de Gaza, el 18 de mayo de 2021

Los palestinos se sientan entre los escombros de su casa que fue destruida durante los ataques aéreos israelíes en la ciudad de Gaza, el 18 de mayo de 2021 Foto:Mohammed Abed / AFP

Desde que comenzaron los ataques, la mayoría de familias se reúne en un mismo lugar. “Si morimos, morimos juntos. Si sobrevivimos, lo hacemos juntos”, cuenta Mohammed.
El joven de 24 años relata una situación cruda: “Llegamos a un nivel en el que entre hermanos se intercambian los hijos. Por ejemplo, si tu eres mi hermano y no vives en la casa conmigo, te doy dos de mis hijos y tú me das dos de tus hijos. Si alguno de los dos se muere, queda la garantía de que sobreviven tus hijos y los míos”.
Hassan Slaieh, de 33 años, es de Khan Yunis, al sur de la Franja de Gaza. Trabaja como periodista freelance desde 2008 y ha hecho la cobertura de los últimos ataques en el lugar. Dice que lo de este año “está por encima de lo que uno pueda imaginar”.
Han sido asesinados decenas de civiles. Los bombardeos son constantes. Fueron destruidas tres torres de comunicación que usábamos los periodistas. Ahora me toca trabajar sentado en alguna esquina”, relata Hassan.
Llegamos a un nivel en
el que entre hermanos se intercambian los hijos
En la zona de Rimal, en el centro de la ciudad de Gaza, se concentraron parte de los primeros bombardeos. Varias vías fueron destruidas. “Uno de los lugares más bellos ha sido acabado”, cuenta agitado el periodista, quien es activo en Twitter y reporta de forma constante lo que sucede en el lugar.
No hay noche en las que no se ilumine el horizonte por las llamaradas de algún edificio destruido o un incendio producto de un ataque.
“No hay agua en la mayoría de las zonas. En las zonas fronterizas, la gente se refugió en las escuelas e instituciones públicas”, dice. En la última semana, unas 47.000 personas que han quedado sin hogar se han refugiado en 58 escuelas de la UNRWA (Agencia de la ONU para los refugiados).

‘No tenemos nada que perder’

Todos tienen algún conocido o familiar que ha muerto tras los ataques. Mohammed relata que uno de sus amigos, de 23 años, murió con su familia. “Acá no hay alarmas que te avisen para salir. Bombardearon donde él estaba. Mataron a 20 personas”.
Pero no es algo nuevo. Los gazatíes tienen cicatrices en su historia. La activista y brigadista internacional Valeria Cortés vivió varios años en Gaza. Acompañó las actividades de los rescatistas y paramédicos, y apoyó en la recopilación de testimonios de víctimas. Cuenta que uno de los relatos que más le impactó fue el de un pescador que se interpuso entre el motor y los disparos, “el motor era el sustento de su familia y no podía dejar que lo destruyeran”. El hombre fue baleado en el abdomen y quedó lisiado, según narra la mujer.
Los palestinos recuperan a una niña de los escombros de un edificio destruido en el distrito residencial Rimal de la ciudad de Gaza el 16 de mayo de 2021.

Los palestinos recuperan a una niña de los escombros de un edificio destruido en el distrito residencial Rimal de la ciudad de Gaza el 16 de mayo de 2021. Foto:Mahmud Hams / AFP

Esas heridas siguen abiertas en la Franja de Gaza. “Estamos viviendo en un bloqueo desde 2007 y no tenemos nada que perder. Esta es nuestra tierra y tenemos que resistir con todo lo que tenemos”, dice Mohammed. “Aquí la resistencia lanza mísiles porque no podemos quedarnos callados. Hay un enemigo que está destruyendo casas y matando civiles, y destruyendo todo”.
La escalada de violencia de este año se dio durante la pandemia, lo que generó otro reto. Mientras que en Israel más de la mitad de la población está vacunada, en Gaza se sigue enfrentando al nuevo coronavirus. El único laboratorio de la Franja que realiza pruebas covid resultó afectado tras un ataque. “Los hospitales están con pocos medicamentos y hay una presión muy grande porque hay heridos y enfermos”, dice el periodista Hassan.
Este jueves, el gabinete de seguridad de Israel aprobó una tregua con Hamás, lo que para varios habitantes de la Franja es un respiro. Sin embargo, allí no es posible hacer planes para el futuro, pues los gazatíes saben que puede estallar otra ola de violencia.
DAVID ALEJANDRO LÓPEZ BERMÚDEZ
Periodista Reportajes Multimedia
En redes: @lopez03david

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