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Elecciones Brasil: las claves de la segunda vuelta entre Bolsonaro y Lula
Moderar el rechazo y seducir a indecisos será fundamental para ganar la elección este 30 de octubre.
Jair Bolsonaro y Lula da Silva se disputarán la segunda vuelta. Foto: AFP
Brasil arrancó esta semana una feroz recta final para conocer quién ocupará el Palacio de Planalto por los próximos cuatro años. Tras un inesperado ajustado resultado el pasado domingo, los electores decidirán en segunda vuelta el 30 de octubre entre el actual presidente, Jair Bolsonaro, y el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010).
Aunque las encuestas habían pronosticado un posible triunfo del candidato del Partido de los Trabajadores (PT) en primera vuelta, pues lo situaban entre el 48 y 52 por ciento de los votos, el exmandatario se quedó a 1,57 puntos de la victoria en primera, con 48,43 por ciento del escrutinio, frente a un Bolsonaro que mostró una fuerza oculta que las encuestadoras nunca lograron reflejar.
Mientras los sondeos de Datafolha e Ipec le daban un 36 y 34 por ciento de los votos, respectivamente, y lo ponían 14 puntos por debajo de Lula, Bolsonaro quedó a solo cinco puntos de su rival y obtuvo 43,20 por ciento del escrutinio, dando la sorpresa en los estados del sudeste como São Paulo, el mayor colegio electoral del país, y Río de Janeiro.
“Muchos electores conservadores que iban a votar por candidatos como Ciro Gomes y Simone Tebet acabaron anticipando el voto en Bolsonaro, justamente por temor a que Lula ganara en la primera vuelta. Las encuestadoras no tuvieron cómo medir esa migración de votos”, le explica a EL TIEMPO Rafael Duarte, docente del departamento de ciencia política de la Universidad de São Paulo (USP).
Un auge que se explica, según Leandro Lima, analista de Control Risk, en que las encuestas no lograron anticipar la cantidad de electores indecisos que fueron finalmente conquistados por Bolsonaro, subestimando su fuerza política.
Lula, al contrario, se hizo con el triunfo gracias a los votos de la región del nordeste, la zona con los mayores niveles de pobreza en el país, con estados como Bahía, Ceará o Pernambuco. “Lula es, entre los sectores más pobres, un símbolo social muy importante. Esa memoria histórica entre los más pobres hace que ellos continúen manteniendo una cierta fidelidad hacia él”, dice Duarte al respecto.
Muchos electores conservadores que iban a votar por candidatos como Ciro Gomes y Simone Tebet acabaron anticipando el voto en Bolsonaro
Lo cierto es que se trata ahora de una disputa de tres semana del “todo por el todo”. La primera encuesta de Ipec tras la primera vuelta confirmó a Lula como favorito, con el 51 por ciento de la intención de voto, frente al 43 por ciento de Bolsonaro.
Pero para los analistas consultados por este diario, el resultado del pasado domingo pronostica una segunda vuelta que promete estar muy apretada y cuyo resultado dependerá de la carrera de ambos líderes para disminuir su rechazo y ampliar sus alianzas en distintos sectores políticos y sociales. “El ganador no debe llevarse esa elección por más de cuatro o cinco puntos de diferencia, a pesar de que Lula electoralmente todavía está de primero”, dice Duarte.
Carolina Botelho Marinho, analista política brasileña, resume la disputa así: “El reto ahora es conservar sus votos, reducir el rechazo para atraer a los votantes indecisos y a los de otros candidatos, al igual que es crucial ampliar sus alianzas entre los líderes de los partidos y las élites estratégicas de la sociedad”.
Lula y sus desafíos
Ambos candidatos, pero sobre todo Lula, tendrán que luchar por no perder sus votos iniciales. Sobre todo frente a una cifra de abstención en la primera vuelta (20,95 por ciento o 32,7 millones de votantes), que tradicionalmente aumenta para la segunda.
En el caso de Lula, Lima señala que, si quiere lograr llegar a la presidencia por tercera vez, su principal desafío será vencer el sentimiento anti-PT. El más reciente sondeo del Ipec, por ejemplo, indica que un 40 por ciento de los encuestados jamás votaría por Lula da Silva en segunda vuelta.
Simpatizantes del expresidente Lula da Silva. Foto:AFP
A ello se suma, según Duarte, la necesidad de que el expresidente gane confianza entre la élite económica y entre los sectores de clase media-alta del país.
“Una de las cosas que se le está criticando a Lula es que los planes económicos no están claros, ni cuál es el tipo de corte de su economía. Y claro, eso despierta o mantiene un cierto temor de que Lula vaya a implementar una economía estatista o de tinte socialista”, dice el analista.
El reto ahora es conservar sus votos, reducir el rechazo para atraer a los votantes indecisos y a los de otros candidatos
El líder izquierdista, según Jean Tible, profesor de ciencia política de la USP, también debe luchar por conquistar a electores de centro que votaron por otros candidatos como Simone Tebet y Ciro Gomes que, juntos, suman más de 8,5 millones de votos. “El desafío de Lula es ampliar la votación: agregar sectores que no se habían adherido a su campaña, un centro y una derecha democráticos”.
Tebet, la gran sorpresa de la elección y que se hizo con 4,9 millones de votos gracias a un discurso más moderado, anunció el miércoles su respaldo a Lula, pese a sus diferencias con el candidato de izquierda. “Pido disculpas a mis amigos y compañeros que imploraron por la neutralidad. Lo que está en juego es mucho mayor que cada uno de nosotros”, afirmó.
Gomes, por su parte, se vio obligado a aceptar a regañadientes el apoyo que su partido, el Democrático Trabalhista, le entregó el martes a Lula. “Frente a las circunstancias, es la última salida”, dijo al respecto.
El panorama de Bolsonaro
El presidente Bolsonaro también ha dado pasos importantes en sus alianzas a nivel regional. Esta semana recibió apoyos como el del exjuez y electo senador Sergio Moro y de los gobernadores de Minas Gerais y Río de Janeiro.
“Una de las cosas que Bolsonaro tiene es que la política local le es más favorable en la segunda vuelta. Aquí la política se decide mucho de manera regional y local y él tiene mucho apoyo de gobernadores, figuras conservadoras importantes y, ahora, una sustentación política muy importante en el Parlamento”, dice Duarte.
Pero en el caso de Bolsonaro, para los analistas políticos, el principal reto si quiere lograr la reelección no serán sus alianzas sino, sobre todo, disminuir sus rechazos, principalmente entre los sectores más populares y entre las mujeres, que lo juzgan por comentarios machistas hacia periodistas o despectivos hacia los muertos por el covid-19.
El reciente sondeo de Ipec encontró que el 50 por ciento de los encuestados no votaría nunca por Bolsonaro en segunda vuelta. La misma encuesta dice que el electorado femenino prefiere a Lula (53 por ciento) frente a Bolsonaro (40 por ciento), al igual que los sectores más pobres, en donde el 64 por ciento prefiere a Lula, contra un 29 por ciento que opta por Bolsonaro.
“Sin crecer en el voto femenino, y sin crecer en el voto entre los más pobres, Bolsonaro no ganará esta elección”, analiza Duarte, quien agrega que el actual mandatario va a depender mucho del crecimiento que logre en la región del sudeste de Brasil –São Paulo, Minas Gerais y Río de Janeiro– si quiere disminuir la ventaja que Lula puede llevarse en el nordeste del país.
Una de las cosas que Bolsonaro tiene es que la política local le es más favorable en la segunda vuelta
Entonces, dice Lima, el enfoque de Bolsonaro de cara a la segunda vuelta será “el tema moral, como la corrupción, y un presunto riesgo que Lula representaría para los valores tradicionales o conservadores de la sociedad”.
El anterior panorama hace que la elección del 30 de octubre se prevea más reñida y que se tema un clima de polarización y violencia mayor al que ya se vivió en primera vuelta. Según el observatorio de Violencia Política y Electoral, en el tercer trimestre de 2022 Brasil registró 212 casos de violencia política, 111 de ellos en septiembre.
“El clima político y social seguirá significativamente tenso en el país, ya que el debate público necesariamente orbitará alrededor de Lula y Bolsonaro. También se espera una difusión muy intensa de fake news y esto será otra fuente de confusión y tensión en las próximas semanas”, agrega el consultor de Control Risk.
Esto, sumado al temor de que el actual mandatario o sus simpatizantes rechacen el resultado si Lula gana por poco margen, como se prevé. Aunque Duarte no cree que Bolsonaro tenga actualmente la fuerza política o el ambiente nacional o regional que respalde un cuestionamiento al resultado democrático.
En todo caso, el escenario no será fácil, gane quien gane. Una inflación interanual del 8,7, una tasa de desempleo del 8,9 por ciento y un país donde unos 33 millones de sus 213 millones de habitantes pasan hambre serán retos claves para el futuro presidente.