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‘Ayer fui ‘mula’, hoy soy un licenciado en Contabilidad’
A pesar de las dificultades, terminó el bachillerato a los 25 años y, mientras trabajaba en una cafetería, se graduó en Contabilidad a los 32.
Hoy en día, es un profesional exitoso que trabaja en una empresa. Foto: iStock
Un hombre que en su juventud fue engañado para transportar drogas y pasó por grandes dificultades, hoy celebra su triunfo personal y profesional como licenciado en Contabilidad. Su historia, marcada por la pobreza y el abandono familiar, es un testimonio de superación y resiliencia que, a pesar de los obstáculos, lo llevó a alcanzar el éxito que tanto soñaba.
Desde el inicio, su vida estuvo marcada por la pobreza. "Yo vengo de una familia muy pobre, tan pobre que ni cama teníamos", relató al medio 'Listín Diario', explicando que él y sus hermanos dormían sobre sábanas en un suelo de tierra.
Su niñez estuvo llena de privaciones, incluyendo muchas noches en las que se acostaba sin haber comido. A pesar de estas dificultades, su deseo de estudiar nunca desapareció, asistiendo a la escuela incluso sin haber desayunado.
El día que su vida cambió llegó de manera inesperada. Con apenas 11 años, un grupo de chicos del barrio le pidió que llevara una "medicina" a una persona enferma. Por su labor, le pagaron 50 pesos dominicanos ($ 3,474), una suma increíble para él en ese momento. Sin saberlo, había comenzado un camino peligroso. Los pagos aumentaron y, sin darse cuenta, estaba participando en la distribución de drogas.
A pesar de las adversidades, nunca abandonó su deseo de superarse. Foto:iStock
Lo que más le duele a este hombre es que sus padres nunca se cuestionaron de dónde venía el dinero que traía a casa. "Eso es lo que más me duele", dijo, refiriéndose a la indiferencia de sus progenitores.
Fue una vecina quien finalmente le abrió los ojos al peligro que corría. "¡Ay, mi hijo, no te juntes con esa gente, es droga que venden!", recordó claramente. A partir de ese momento, comprendió el riesgo que estaba corriendo y cómo había sido manipulado.
"Me cuestionaba: ‘Y si ella sabe eso y lo ha visto, por qué mis padres no se dan cuenta, por qué no me detienen, no me protegen’. Eso me mataba”.
Él había preguntado varias veces porque no le cuadraba que ya “la medicina” no sólo se la llevaba a quien en principio le dijeron, sino a varias personas y en distintos barrios. “Llegué a ir a residenciales de gente rica también. Ellos me llevaban en un vehículo, me dejaban a tres o cuatro esquina y yo era el que iba”.
Cuando decidió dejar de participar en estos mandados, la respuesta de su padre fue desoladora: "Si yo me metí en mi lío, que supiera cómo iba a resolverlo".
Este abandono por parte de su propio padre fue más doloroso que cualquier otra cosa que hubiera vivido. A los 19 años, tras la muerte de su madre, aún luchaba con el resentimiento hacia sus padres por no haberlo protegido.
A pesar de las adversidades, nunca abandonó su deseo de superarse. Con la ayuda de la vecina que lo había advertido, logró retomar sus estudios. Aunque no fue un camino fácil, con tiempo y esfuerzo terminó el bachillerato a los 25 años. Luego trabajó en una cafetería mientras estudiaba contabilidad en la universidad, logrando finalmente graduarse a los 32 años.
Hoy en día, es un profesional exitoso que trabaja en una empresa y también lleva igualas a otras compañías. "Hoy soy un licenciado en Contabilidad, un profesional exitoso", afirma, aunque reconoce que aún siente que le falta mucho por lograr. Con la ayuda de Dios y el apoyo de su familia, ha podido salir adelante, demostrando que, a pesar de su pasado como ‘mula’, su superación nunca estuvo en duda.
*Este contenido fue reescrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en información de Listín Diario, y contó con la revisión de un periodista y un editor.