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¿Qué significa que la Iglesia autorice ‘bendecir’ a las parejas del mismo sexo?
La decisión también incluye a divorciados que se hayan vuelto a casar.
El papa durante celebración en el Vaticano. Foto: EFE
El papa Francisco sigue dando pasos para hacer realidad su idea de una Iglesia abierta para todos, también para aquellos sectores que históricamente han encontrado sus puertas cerradas.
Con una declaración publicada ayer por el Dicasterio para la Doctrina de la Fe, el pontífice permite que, a partir de ahora, todos los sacerdotes puedan realizar “bendiciones de parejas en situaciones irregulares y de parejas del mismo sexo”, por lo que podrán beneficiarse de ellas tanto las uniones de personas homosexuales como las formadas por divorciados que hayan vuelto a casarse.
Jorge Mario Bergoglio deja claro en cualquier caso que esta apertura no supone un cambio doctrinal, pues para la Iglesia católica el matrimonio sigue siendo únicamente la unión entre un hombre y una mujer.
De hecho, el cardenal argentino Víctor Manuel Fernández, prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, señala en el citado documento que la apertura a las bendiciones para estos colectivos no conlleva “ninguna fijación ritual por parte de las autoridades eclesiásticas”, para evitar de esta manera que se produzca una “confusión con la bendición propia del sacramento del matrimonio”.
La apertura a las bendiciones para estos colectivos no conlleva ninguna fijación ritual por parte de las autoridades eclesiásticas
Para no caer en dicha confusión y en el “escándalo” que pueda suscitar este gesto entre los fieles, la bendición a “las parejas en situación irregular nunca se realizará al mismo tiempo que los ritos civiles de unión, ni tampoco en conexión con ellos”.
Queda por tanto excluido que, por ejemplo, una pareja del mismo sexo acuda a una parroquia para recibir la bendición de un sacerdote inmediatamente después de haber celebrado su matrimonio civil. El texto vaticano señala, incluso, que no podrá haber una relación “ni siquiera con las vestimentas, gestos o palabras propias de un matrimonio”.
El presbítero al que se solicite una bendición debe encontrar “otros contextos”, como puede ser “la visita a un santuario”, durante “una peregrinación”, en una “oración en grupo” o con un “encuentro” privado con un ministro ordenado.
El documento vaticano se cuida mucho de aclarar que con esta apertura a las bendiciones para las parejas formadas por divorciados o del mismo sexo “no se pretende legitimar nada, sino solo abrir la propia vida a Dios”.
El texto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, titulado ‘Fiducia Supplicans: sobre el sentido pastoral de las bendiciones’, actualiza la posición que mantenía este ministerio vaticano sobre esta espinosa cuestión.
En 2021, cuando estaba dirigido por el cardenal español Luis Francisco Ladaria, se manifestó en contra de las bendiciones para las uniones de personas del mismo sexo. El actual cambio de postura se explica con una reinterpretación del concepto de bendición.
Celebración de quienes apoyan el matrimonio entre parejas del mismo sexo, el pasado 30 de Junio en Alemania, tras aprobarse la misma ley en este país. Foto:Tobias Schwarz / AFP
El debate detrás del anuncio
Esta cuestión llevaba tiempo debatiéndose en el seno de la Iglesia y hay episcopados de marcado corte progresista, como los de Bélgica y Alemania, que presionaban al Vaticano para que se diera un paso adelante en este sentido.
Los obispos belgas llegaron a publicar el año pasado un documento en el que abogaban por profundizar en la acogida a los homosexuales y proponían, incluso, una oración para bendecir a las parejas del mismo sexo.
El Papa argentino se había resistido a impulsar el cambio hasta ahora. Como con otras decisiones aperturistas tomadas en los últimos meses, probablemente haya pesado en su ánimo el deseo de no abrir una pugna abierta con Benedicto XVI, quien le llegó a aconsejar durante los primeros meses de su pontificado que fuera más duro en temas candentes como el aborto y la homosexualidad.
Es algo que relató en su libro de memorias Nada más que la verdad el arzobispo Georg Gänswein, durante 20 años el secretario personal del Papa alemán.
El fallecimiento de Benedicto XVI el pasado 31 de diciembre dejó el terreno expedito a Francisco para avanzar en cuestiones espinosas pese a las esperadas resistencias del sector más conservador. Así se explican las aperturas de los últimos meses, realizadas por medio de documentos publicados por el Dicasterio para la Doctrina de la Fe.
El pasado noviembre se aclaró de esta manera que los transexuales adultos pueden ser bautizados, al igual que los niños nacidos de parejas homosexuales por medio de la gestación subrogada.
Además, los homosexuales que convivan en pareja tienen permitido hacer de padrinos en bautizos, siempre que lleven “una vida conforme a la fe”. Francisco acompañó aquella declaración de un significativo gesto al cenar con un grupo de transexuales que se ganan la vida prostituyéndose a las afueras de Roma, durante la reciente Jornada Mundial de los Pobres.
Aquel documento de noviembre consistía en una serie de respuestas a las preguntas planteadas al Vaticano por un obispo, el mismo formato del texto publicado justo antes del Sínodo sobre la Sinodalidad del pasado octubre, la gran asamblea eclesial para diseñar el futuro de la Iglesia tras un amplio proceso de consulta a los católicos.
Después de que cinco cardenales conservadores trataron de marcarle los límites antes del Sínodo exigiéndole que no hiciera cambios doctrinales en aspectos controvertidos, como la homosexualidad y el celibato sacerdotal obligatorio, Francisco les respondió dejando la puerta abierta al cambio que ahora ha completado.
Recordó entonces que los de la jerarquía eclesial “no podemos constituirnos en jueces que solo niegan, rechazan y excluyen” a los homosexuales y aprovechó para asegurar que la ordenación sacerdotal de las mujeres “puede ser objeto de estudio”.
El pontífice argentino ya se mostró en 2020 a favor de la aprobación de leyes civiles que reconocieran las uniones de parejas del mismo sexo.
Fue en el controvertido documental sco, dirigido por el cineasta de origen ruso Evgeny Afineevsky, en el que dijo: “Las personas homosexuales tienen derecho a estar en una familia, son hijos de Dios, tienen derecho a una familia. No se puede echar de una familia a nadie, ni hacerle la vida imposible por eso. Lo que tenemos que hacer es una ley de convivencia civil, tienen derecho a estar cubiertos legalmente. Yo defendí eso”. En 2013, pocos meses después de su elección como obispo de Roma, ya sorprendió a muchos fieles al señalar: “Quién soy yo para juzgar a un gay”.