El Parlamento estonio o Riigikogu aprobó este martes la legalización del matrimonio para parejas del mismo sexo y la extensión de ciertos derechos parentales y de adopción para incluir a estas uniones.
La enmienda de la Ley de Familias, ratificada con 55 votos a favor y 34 en contra tras una sesión maratónica que duró gran parte de la noche, entrará en vigor a partir del 1°. de enero de 2024.
El gobierno de la primera ministra Kaja Kallas también sobrevivió a una moción de censura relacionada con este proyecto de ley. "Esta decisión no quita nada a nadie, pero otorga a muchos", destacó después de la votación.
Esta decisión no quita nada a nadie, pero otorga a muchos.
"Cada persona debe tener derecho a casarse con la persona que ama", añadió Kallas, señalando que "estaba orgullosa de Estonia".
La enmienda modifica la definición legal de la institución del matrimonio de tal forma que contempla la unión de dos personas naturales mayores de edad, independientemente de su sexo.
Las parejas del mismo sexo ya tenían derecho a establecer una unión civil en Estonia desde 2014. La ley aprobada corrige las desigualdades de derechos que persistían hasta ahora entre las parejas homosexuales y heterosexuales.
Estonia se convierte así en el segundo país de Europa del este tras Eslovenia en adoptar el matrimonio igualitario y deja atrás a las vecinas Letonia y Lituania, donde ni siquiera existe la figura de las uniones civiles del mismo sexo.
En referencia a las críticas de que el matrimonio entre parejas del mismo sexo podría socavar el modelo de familia tradicional, Kallas señaló que "es una decisión que no le quita nada a nadie, pero da a muchos algo muy importante".
"También demuestra que nuestra sociedad se preocupa y que nos respetamos los unos a los otros. Estoy orgullosa de Estonia," concluyó la primera ministra.
Según una encuesta realizada a principios de abril, por encargo del Centro Estonio de Derechos Humanos, el 53 % de los ciudadanos del país báltico apoyan el matrimonio igualitario -frente al 34 % que lo hacía en 2012-, mientras que en la franja de edad de entre 20 y 29 años lo hace incluso el 75 %.
La ministra de Protección Social, Signe Riisalo, agradeció a la población LGTBI el “entendimiento y la paciencia todos estos años” y destacó que, “a pesar de que se trata de cambios específicos a nivel técnico y legal”, no se puede olvidar de la importancia de este tipo de iniciativas legislativas. “El matrimonio igualitario nos hace una sociedad más considerada”, apuntó.
Este también es un hecho importante al tratarse también del primer país de la antigua Unión Soviética en legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo.
En cuanto a sus países vecinos, también exrepúblicas soviéticas, Letonia tiene en marcha protecciones legales para personas LGBTI, pero el matrimonio no está aún legalizado. En Lituania, entre tanto, estas protecciones van dirigidas a frenar la discriminación, pero no hay una legislación que respalde el matrimonio igualitario ni las uniones civiles entre personas homosexuales.
WILLIAM MORENO HERNÁNDEZ
REDACCIÓN INTERNACIONAL
EL TIEMPO