España: así es el megaproyecto en Madrid para construir la ‘playa urbana’ más grande de Europa, ¿cuándo estará lista?

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​Lo hará de la mano de uno de los equipos de fútbol locales: el Atlético de Madrid, que planea una ambiciosa ciudad del deporte, la cual contará con un espacio de agua. No un lago o un estanque. Se trata de una especie de mar con olas en el que los aficionados podrán surfear con todo y su playa. “Vaya, vaya”, como diría la canción.

La nueva ciudad deportiva, cuyo costo total ascenderá a los 250 millones de euros, tendrá también un centro de alto rendimiento, seis canchas de fútbol, un gimnasio, una residencia para los jugadores y un pequeño estadio con capacidad para 6.000 personas.

Además, una escuela y una tienda de surf, un parque para monopatines, una zona infantil y bares. Y, por un acuerdo con centros deportivos municipales, se les sumarán una pista de atletismo, más campos de fútbol y uno con modalidad para equipos de siete jugadores, más canchas de basquetbol, balonmano, voleibol, fútbol sala, bádminton y pádel, ese deporte que acaba de llegar a Colombia, pero que ya lleva décadas en España.

Para albergar todo ello dispone de cuatro hectáreas alrededor del estadio Civitas Metropolitano, donde juega el Atlético desde 2017. Está situado en el oriente de Madrid, a diez kilómetros de la Puerta del Sol, que es el punto central de la ciudad.

Se trata de una zona que se pensaba emplear en los fallidos Juegos Olímpicos de 2020, que Madrid esperaba acoger, pero que finalmente no fue escogida como sede.

El proyecto del nuevo mar, la playa artificial urbana más grande de Europa, costará entre 35 y 45 millones de euros y espera estar listo para acoger a los ciudadanos en 2025.

La empresa encargada de su construcción se llama Wavegarden y es del País Vasco. Ya tiene experiencia en este tipo de instalaciones, pues ha adelantado siete en distintos países. 

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“Este proyecto supone un gran hito para Wavegarden, ya que consolida una vez más nuestra visión, y acerca el surf y su estilo de vida a aquellos lugares que no tienen mar”, señaló en un comunicado José María Odrizola, director de la empresa.

Su tecnología puede llegar a que 90 personas surfeen a la vez y producir 1.000 olas cada hora, con una altura de dos metros y una duración de trece segundos. Se trata de una velocidad y un tamaño que se pueden ver en las rompientes naturales de España.

Pero no todo es tan bonito. La idea ha tenido que afrontar críticas. Las ha habido, sobre todo, en cuestiones de medio ambiente y políticas.

Respecto a las primeras, se enfocan en el gasto energético, los precios y la gestión del agua, un recurso que no abunda en Madrid.

Los promotores se defienden y aseguran que usan energía verde y que el agua no se desperdicia, gracias a los sistemas de recirculación de los sofisticados sistemas de filtrado que usan.

Según han expuesto, el consumo es de 1KWh por ola y el diseño minimiza las pérdidas energéticas, mientras maximiza el rendimiento de la maquinaria. Recupera y reutiliza parte de la energía que se utiliza. Y, de acuerdo con la empresa, solo se pierde agua por evaporación.

Apuntan que una piscina de olas artificiales gasta menos recursos que otras instalaciones que gozan de la aceptación de los ciudadanos, como las piscinas olímpicas, los parques acuáticos y los campos de golf.

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No está de acuerdo, sin embargo, Surfrider Europe, que asegura que operar este tipo de masas implica la misma cantidad de agua que emplean entre diez y catorces piscinas olímpicas. Además, advierte que este tipo de parques contribuyen a la destrucción del hábitat y afectan la biodiversidad.

Wavegarden pasó los filtros necesarios para ser la elegida. Entre ellos, los de Cívitas, una constructora que patrocina al Atlético de Madrid, cuyo presidente, Alejandro Ayala, aseguró que están trabajando “para añadir al proyecto del estadio todos los valores de sostenibilidad de la Agenda 2030”.

De hecho, dentro de ese interés de mostrarse amigable con el medio ambiente, el proyecto se presentó en el Congreso Nacional de Medio Ambiente de 2022, donde Enrique Cerezo, presidente del Atlético de Madrid, afirmó que "La Ciudad del Deporte es una iniciativa innovadora para sumarnos al proyecto de Madrid de convertirse en una referencia en los ámbitos del deporte y la sostenibilidad".

Aparte del manejo del agua, a los vecinos les preocupa la pérdida de calidad de vida en su zona. Por eso los impulsores destacan que se trata de una zona que cuenta con transporte público en la superficie, por la circunvalación M-40 y una de las mayores estaciones de metro.

De parte también de los vecinos llegaron las críticas políticas. La Federación Regional de Vecinos de Madrid acusó el “negocio redondo” que hace el Atlético, “a cambio de compensaciones ridículas”. Y aseguró en un comunicado que “va a disfrutar de manera gratuita de una enorme superficie de terreno público durante 75 años”.

En efecto, el acuerdo consiste en que el Ayuntamiento deja el terreno al Atlético —unos 200.000 metros cuadrados— durante 75 años. Este, a cambio, debe financiar y construir unas instalaciones deportivas para uso público en dos parcelas que no se le han cedido al club.

"Una parte de esos terrenos que se ceden graciosamente se especializarán en la realización de actividades deportivas, pero otra se destinará a alojar actividades lucrativas, unas relacionadas con el deporte y otras, tales como los usos hoteleros y comerciales, totalmente ajenas al deporte", señaló la federación de vecinos. 

Y agregó que se trata de "un alarmante trato de favor a un club deportivo, una empresa privada". Para ellos, "las compensaciones que recibe la ciudad son ridículas y el desequilibrio en contra de los intereses del Ayuntamiento escandaloso".

En el mismo sentido se expresó la concejal Mar Barberán, de MAS Madrid. “Es un regalazo del alcalde a su club favorito”, dijo en alusión al apoyo que el equipo recibe de José Luis Martínez Almeida. “Es una desproporción lo que el Atleti tiene que compensar por la cesión. Es una auténtica pasada”, insistió.

No se muestra de acuerdo con ella Sofía Miranda, de Ciudadanos, que pidió retirar las acusaciones o llevarlas a los tribunales, y aseguró que el proyecto cuenta con todos los informes favorables y el beneplácito de los vecinos.

Barberán aseguró que muchas entidades deportivas del distrito no habían podido dar a conocer su opinión y que se había producido una adjudicación directa, en lugar de una concurrencia pública.

Por otra parte, el medio El Confidencial señaló recientemente a Javier Hidalgo, dueño de Air Europa, como socio estrella del proyecto de la playa. Junto con su padre y sus hermanas, se unirán al Atlético y a los fondos de inversiones Teras Capital y Stonweg.

Hidalgo ha estado vinculado a personas del llamado Caso Koldo, una trama empresarial de mordidas en contratos de compras de tapabocas, en la que está involucrado Koldo García, exasesor José Luis Ábalos.

Esta no es la primera playa artificial de Madrid. Lo fue una inaugurada en 1932, cerca del Hipódromo de la Zarzuela y que se nutría gracias a un embalse que recogía agua del río Manzanares. Sin embargo, la guerra civil española (1936-1939) la destruyó.

Al margen de la polémica que se ha levantado en torno a este nuevo mar, los madrileños están listos a disfrutarlo y, sobre todo, contrarrestar el calor del verano. Madrid ya tendrá playa. Vaya, vaya.
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​Juanita Samper Ospina – CORRESPONSAL DE EL TIEMPO - MADRID