Un fascinado grupo de arqueólogos emerge de la arcilla densa y húmeda donde yacen miles de tumbas que tendrán que ser reubicadas de una zona de Londres que colinda con una de las estaciones ferroviarias más concurridas y en la que se realizan obras para una nueva línea de tren de alta velocidad.
Más de 1.200 de unos 40 mil restos ya fueron desenterrados en St James Gardens, junto a la estación de Euston, un espacio verde ahora cerrado al público que fue el sitio de reposo eterno de varias personas entre 1788 y 1853.
Este forma parte de los cerca de 60 sitios arqueológicos delimitados en el marco del megaproyecto High Speed 2 (HS2), una nueva línea de tren de alta velocidad que atraviesa Inglaterra.
Desde hace varias semanas, el sitio de St James Gardens, en el norte de la capital británica, se convirtió en un vasto terreno de barro excavado de hasta ocho metros de profundidad. Decenas de arqueólogos ataviados con trajes de obra color naranja y con cascos blancos hunden sus palas en la tierra, mientras que otros cepillan los restos óseos bajo un techo temporal de 11 mil m2 que los protege de la lluvia y, como no, de los curiosos.
La arcilla conservó las tumbas en muy buen estado. Bajo el revestimiento de piedra de una de ellas se descubrió un ataúd de madera intacto.
La columna vertebral del esqueleto está torcida pero el cráneo conserva todos sus dientes, un hallazgo que permitirá conocer más sobre el modo de vida y la mortalidad durante una importante fase de la época industrial en Reino Unido. "Probablemente es la mayor acumulación de esqueletos de los siglos XVIII y XIX que se haya descubierto en estas condiciones arqueológicas en el país", asegura el osteólogo Mike Henderson.
"Con tantos datos, podemos realmente empezar a estudiar importantes cuestiones (...) como la prevalencia de las enfermedades y los índices de mortalidad", agrega.
La arcilla conservó las tumbas en muy buen estado. Bajo el revestimiento de piedra de una de ellas se descubrió un ataúd de madera intacto
Un inesperado regalo
Hasta ahora, el equipo encontró signos de tuberculosis, de lesiones traumáticas como fracturas de huesos, de cuidados dentales -dientes postizos- y de cirugía en cráneos aserrados.
El proyecto HS2 provocó mucha polémica en Reino Unido por varias razones: su coste, las expropiaciones que ocasiona y el tramo que -seguramente con algo de vergüenza- atraviesa la campiña inglesa.
La primera fase, que une Londres y Birmingham -ciudades centrales de Inglaterra-, está valorada en 24.000 millones de libras y finalizará en 2026. El HS2 continuará después hacia el norte.
Sin embargo, el proyecto ha resultado como un regalo para los arqueólogos, ya que pueden desenterrar ruinas prehistóricas, medievales, romanas e industriales en todo el país. La historia podrá ser analizada en todo su esplendor gracias al paso veloz de un medio de transporte moderno.
"No haríamos estos hallazgos sin estas obras", subrayó Helen Wass, jefa del patrimonio del proyecto.
En Euston, los arqueólogos comenzaron por la zona del cementerio reservada a los ricos, a las tumbas de piedra, con grabados o placas de plomo en los féretros que indican la identidad de los cuerpos.
Aquí se encuentra James Christie, quien fundó la casa de subastas que lleva su nombre. Otros tantos cráneos, huesos y ropajes relatarán infinidad de historias que, poco a poco, irán desvelándose.
Durante el año el equipo de hasta 200 , incluidos los que trabajan en los laboratorios montados en el lugar, irán avanzando hacia las partes donde los enterrados pertenecían a las clases sociales menores.
Los esqueletos, tras su limpieza y examen, serán enterrados de nuevo en tierra consagrada, en un lugar aún por determinar. Cuando los arqueólogos hayan terminado su trabajo, podrán comenzar las obras.
AFP