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Análisis

Nancy Pelosi: el arte del poder

La congresista y líder demócrata acaba de publicar un libro con sus memorias. Allí recoge parte de la historia reciente de Estados Unidos.

Nancy Pelosi, líder del Partido Demócrata.

Nancy Pelosi, líder del Partido Demócrata. Foto: Saul Loeb. AFP - Archivo EL TIEMPO

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Nancy Pelosi, la legendaria líder del Partido Demócrata, dos veces Speaker (presidenta) de la Cámara de Representantes, protagonista de la política estadounidense en este siglo, publicó hace unas semanas sus memorias, El arte del poder (The Art of Power).
Maestra en contar votos, fue determinante para que el presidente Joe Biden, su antiguo aliado, renunciara a la reelección. Kamala Harris, la nueva candidata, es una de sus protegidas.
Abanderada de los derechos humanos, crítica acérrima de las dictaduras, protectora de la niñez, las minorías y los pobres, Nancy Pelosi es reconocida por su habilidad política.

Kamala Harris. Foto:AFP

Profundamente católica, es también gran defensora del derecho al aborto. En mayo del 2022, el arzobispo de San Francisco le negó a Pelosi la comunión por esas posturas; dos meses más tarde, ella recibió la comunión del papa Francisco, en Roma.
Hija de un exalcalde de Baltimore, Nancy D’Alessandro se casó a los 23 años con Paul Pelosi, con quien tuvo 5 hijos. Cuando su hija menor era adolescente, ingresó a la política. Este año completa 36 como congresista, representando un distrito de la ciudad de San Francisco, en California.

I.  Su oposición a la invasión a Irak

Pocos eventos le han hecho mayor daño a la reputación de Estados Unidos que la invasión a Irak, ordenada por el gobierno de George W. Bush en 2003, alegando que Sadam Hussein pensaba utilizar armas de destrucción masiva contra Estados Unidos.
Pelosi, miembro del Comité de Inteligencia de la Cámara desde 1988, conocía perfectamente los matices en los informes de los servicios de inteligencia. Nunca apoyó la invasión y se ufana de que el 60 % de los congresistas demócratas votaron en contra.
Narra cómo, después del ataque del 11 de septiembre, Bush solicitó al Congreso una amplia autorización para tomar acciones militares contra potenciales enemigos de Estados Unidos, y que fue el Congreso el que limitó la respuesta a lo relacionado con los ataques a las Torres Gemelas y el Pentágono.
Recuerda su sorpresa al ver al secretario de Estado, Colin Powell, afirmar ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que Estados Unidos tenía certeza sobre las armas de destrucción masiva que poseía Hussein. 
Ella sabía que la información era falsa e incompleta. Meses antes, descubrió que el gobierno Bush estaba ampliando la base militar de Estados Unidos en Kuwait, esencial para la invasión a Irak.
A pesar de su oposición, Pelosi se lamenta de no haber logrado convencer a Bush de retirarse de Irak y del costo en vidas de soldados de Estados Unidos y más de 300.000 civiles.

II. El rescate de Wall Street

Cuenta Pelosi que en septiembre del 2008, ante los anuncios sobre las crecientes dificultades financieras de los grandes bancos, llamó al secretario del Tesoro, Henry Paulson, para pedirle que explicara en el Capitolio cuál era el plan del gobierno Bush para calmar el pánico. 
Paulson le respondió que el día siguiente ya sería muy tarde, pues el sistema financiero estaba tan frágil que podría llegar a convertirse en la peor crisis económica desde el colapso de 1929, y que el Gobierno necesitaba urgentemente la ayuda del Congreso.
Esa noche, los líderes del Congreso, el banco central y el equipo económico del Gobierno comenzaron a definir el plan para estabilizar el sistema, garantizando el cumplimiento de las obligaciones de los bancos que aún sobrevivían. Faltaban menos de dos meses para las elecciones presidenciales en las que se enfrentarían los senadores Barack Obama y John McCain.
Pelosi recuerda que la desregulación del sistema financiero fue determinante para inducir la crisis. Antes del 2004, las entidades financieras clasificadas como corredores de bolsa y bancos de inversión tenían que mantener una relación de deuda de 12 a 1 con respecto al capital en sus inversiones, lo que significa que no podían tener un balance de deudas que superara doce veces sus activos o capital.
Al eliminarse la restricción por presión de los bancos, las empresas con más de 5.000 millones de dólares en activos comenzaron a endeudarse a sí mismas un número ilimitado de veces. Las cinco principales, Bear Stearns, Lehman Brothers, Merrill Lynch, Goldman Sachs y Morgan Stanley, aumentaron su ratio de apalancamiento a 30 a 1 (o incluso más) en inversiones de alto riesgo en instrumentos financieros que pocos entendían. 
Ninguna de las cinco sobreviviría como banco de inversión independiente. Se liquidaron, se vendieron o se vieron obligadas, en una semana, a convertirse en bancos comerciales y someterse a un mayor control, para poder tener protección del Tesoro.
El gobierno Bush pidió autorización para adquirir los activos “tóxicos” de los bancos y las aseguradoras, hasta por 700 billones de dólares. Pero muchos Republicanos optaron por no apoyar la ley de rescate financiero. A pesar de la gravedad de la crisis, primaron sus creencias antirregulatorias. La responsabilidad de salvar el sistema financiero y proteger la economía americana quedó entonces en manos de los votos demócratas.
Pelosi lamenta que su partido no haya logrado que se incluyeran muchas medidas para castigar a los bancos y sus directores, pero consiguió que se incluyera un mayor control del sistema financiero, topes a las compensaciones de los directivos de los bancos intervenidos y una forma de recuperar el dinero de los contribuyentes si los bancos no cumplían.
La crisis del 2008-2009 generó la pérdida de 26 millones de empleos, 4 millones de embargos hipotecarios, y la desaparición de 11 trillones de dólares de riqueza de los balances de miles de empresas. Pelosi resume el mantra republicano en: “Privatizar las ganancias y socializar las pérdidas”.

III. Mejorando el a la salud

Nancy Pelosi recuerda que, desde 1966, Martin Luther King había denunciado la falta de a la salud como “la injusticia más grande a los derechos civiles, pues, muchas veces, la consecuencia es la muerte”. En 2007, los gastos médicos eran la principal razón de que los estadounidenses se declararan en quiebra.
Pelosi sabía que la oposición republicana a cualquier aumento en beneficios a la salud sería implacable. Cuando Obama gana las elecciones en 2008, Pelosi le recuerda que ya otro presidente demócrata, Bill Clinton, en 1994, había fracasado en su intento de aumentar la cobertura en salud y reducir los costos de los procedimientos y las medicinas.
Ella conocía el poder de lobby de las aseguradoras y de todas las partes interesadas en mantener un sistema muy rentable, pero que dejaba sin cobertura a más de 40 millones de ciudadanos. Pelosi logra que Obama acepte que el Congreso, y no la Casa Blanca, redacte el proyecto de ley. 
Ella lidera el esfuerzo y se aprueba, en marzo del 2010, la ley conocida como ‘Obamacare’, que eliminó las preexistencias, impuso transparencia en las ofertas de seguros en el mercado, prohibió la cancelación de los seguros médicos cuando el asegurado está enfermo, y creó subsidios, dándoles a más de 40 millones de personas que no contaban antes con seguro médico. 
Al describir las negociaciones, Pelosi reitera su lema favorito: “Trata a todo el mundo como a tu amigo, pero ten muy claro quiénes son de verdad tus amigos”.

IV. Pelosi y El TLC con Colombia

En abril del 2008, el presidente Bush envió el tratado de libre Comercio con Colombia a la Cámara de Representantes para su votación. Las negociaciones se demoraron y Bush ya no contaba con mayorías republicanas en el Congreso. 
Aunque la Constitución de Estados Unidos establece que cuando el Ejecutivo envía un tratado al Congreso este debe someterlo a votación, Pelosi, que se oponía al acuerdo, por las críticas de ONG y sindicatos al gobierno de Álvaro Uribe, adoptó una nueva regla en la Cámara que impedía que el tratado fuera considerado. Para efectos prácticos, Pelosi lo archivó.
Según expresó, era prioritario concentrarse en recuperar la economía estadounidense, cuando, además, existía preocupación por la seguridad y los derechos de los trabajadores colombianos. 
El tratado fue por fin considerado por el Congreso casi cuatro años más tarde, durante los gobiernos de Juan Manuel Santos y Barack Obama, cuando se renegociaron algunos aspectos. Pelosi permitió, en octubre de 2011, que se votara y aprobara, aunque ella votó en contra por su apoyo a los sindicatos.

V. Los juicios a Trump

Pelosi regresa como Speaker en noviembre de 2018, cuando los demócratas recuperan la mayoría de la Cámara, después de dos años de la presidencia de Trump. Pelosi nunca dudó de la incompetencia de Trump, y recuerda en su libro la negación y las demoras de Trump para afrontar la pandemia, su costumbre de golpear y retirarse intempestivamente de las reuniones, su falta de respeto hacia las fuerzas armadas y su absoluta desvinculación con la realidad.
Narra cómo se descubre, en agosto del 2019, que Trump había amenazado al presidente de Ucrania con no enviar la ayuda militar que el Congreso había aprobado, si Zelenski no conseguía información comprometedora sobre la asesoría de Hunter Biden a una empresa ucraniana. El padre de Hunter, Joe Biden, era el más probable contendor de Trump en las siguientes elecciones.
La Cámara votó, tras meses de interrogatorios y audiencias, acusando a Trump de traicionar a la patria abusando de su cargo, al intentar que otra nación (Ucrania) corrompiera las elecciones. El Senado, con mayoría republicana, votó en contra de la acusación.
El capítulo más emotivo de las memorias es cuando Pelosi narra el ataque del 6 de enero de 2021 al Congreso, por una turba incitada por Trump, para impedir la certificación de la elección presidencial de noviembre del 2020, que había favorecido a Biden. Pelosi describe el miedo de los congresistas y sus asistentes ante el asalto de la turba que destrozó las instalaciones. Narra cómo, no obstante los ruegos de los congresistas, Trump se negó por tres horas a enviar a la Guardia Nacional para desalojar a los terroristas.
La Speaker manifiesta su profunda decepción con muchos republicanos que se negaron a condenarlo, después de que fue acusado por estos hechos, y los compara con los republicanos que no dudaron en forzar la renuncia de Nixon cincuenta años atrás.

VI. Su amistad con Kamala Harris

Nancy Pelosi ha pertenecido siempre a ala liberal del Partido Demócrata: prosindicatos, pro derechos humanos y derechos electorales para las minorías. Ha sido crítica de eliminar regulaciones en los mercados, la globalización y protectora los derechos de los consumidores. 
Crítica de la autocracia en China y defensora de la independencia de Taiwán, termina su libro diciendo que aún falta aprobar legislación que proteja los derechos de las minorías en las elecciones y el derecho a la igualdad de las minorías sexuales.
Como mentora en San Francisco de Kamala Harris, en caso de que esta gane, seguirá impulsando sus sueños. Y si Harris pierde, seguirá criticando y oponiéndose a Trump. La dama de hierro, a sus 81 años, no descansa.
NICOLÁS LLOREDA (*) 
Para EL TIEMPO
(*) Abogado y exdiplomático. Fue ministro plenipotenciario de Colombia en Washington (2020-2013) y embajador en Canadá (2013-2018).

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