Cruda historia: joven ‘soñaba’ con ser asesino y mató a un compañero

Michael Hernández, condenado a cadena perpetua, murió recientemente en una prisión de EE. UU.

El crimen lo cometió cuando tenía 14 años. Foto: iStock

04.05.2021 09:21 Actualizado: 05.05.2021 00:05

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Michael Hernández, sentenciado a cadena perpetua por asesinar a cuchilladas a un compañero de escuela cuando tenía 14 años, murió en un centro penitenciario de Florida (Estados Unidos). La causa del deceso no ha sido confirmada

El hombre, de 31 años, pagaba una condena de cadena perpetua en Columbia Correctional Institution, prisión ubicada en Lake City, al norte del estado.

En febrero de 2004, Hernández le propinó unas 40 cuchilladas, en un baño de la escuela Southwood Middle, a su compañero de clases Jaime Gough. En su momento, el caso generó gran conmoción en la opinión pública nacional.

Luego, en 2008, un jurado lo encontró culpable y desestimó el argumento de la defensa sobre su condición mental y su fijación por querer convertirse en un asesino en serie.

Prisión en la que estaba recluido. Foto:Google Maps

Al sentenciado se le encontró en su diario una lista de personas a las que quería matar y, de hecho, el mismo día del fatídico encuentro con Jaime Gough trató de emboscar en el baño a otro alumno de la escuela: Andre Martin.

Según el diario ‘Miami Herald’, Martin, hoy convertido en policía, manifestó tener "sentimientos encontrados" tras conocer la noticia de la muerte del asesino.

"Mi más sentido pésame para los padres de Jaime Gough y para toda la familia Gough. Y la familia Hernández, ellos no fueron los que cometieron un crimen y perdieron a un miembro de la familia", declaró Martin al medio.

Muere en prisión Michael Hernández, estaba acusado de matar un amigo de clases en Florida, quien estaba condenado a cadena perpetua luego que mató con más de 40 puñaladas y degolló a Jaime Gough, su compañero en la secundaria Southwood de Palmetto Bay cuando tenía 14 años. pic.twitter.com/5XsqfKwhGm
— Moises Lopez (@chapoisat) May 2, 2021

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Tras ser detenido, Hernández negó ser el asesino, pero luego confesó su crimen a los policías con lujo de detalles. Así, se supo que, tras degollar a la víctima, escondió el arma homicida en un compartimento de su mochila y continuó con sus clases.

En 2016 fue nuevamente sentenciado a cadena perpetua por matar a Gough - quien hoy tendría 32 años - en un nuevo proceso celebrado luego de que la Corte Suprema de EE. UU. prohibiera las cadenas perpetuas sin posibilidad de libertad condicional para menores de edad condenados por asesinato.

El magistrado John Schlesinger lo devolvió a prisión de por vida tras conocerse que mantenía su fijación por los asesinos en serie y la violencia.