La temible enfermera que torturaba y jugaba con la vida de sus pacientes

La mujer tenía el objetivo de matar más personas que cualquier asesino en la tierra.

Enfermera asesina Foto: Policía de Boston /iStock

03.03.2022 23:33 Actualizado: 04.03.2022 03:00

Comentar

Ser enfermera es una profesión que debería estar al servicio de los demás. Cuidar a los pacientes, istrarles los medicamentos y velar por su seguridad son acciones que, generalmente, cumplen aquellos que tienen esta vocación. Sin embargo, este no fue el caso para Jane Toppan, una enfermera que mató 31 personas entre 1980 y 1901.

Nacida en Boston, Estados Unidos, en el seno de una familia irlandesa de bajos recursos, la menor de tres hermanas estuvo rodeada de una infancia traumática. Su madre murió de tuberculosis cuando apenas tenía un año y su padre no quiso asumir su crianza, por lo que la llevó a ella y a una de sus hermanas a un asilo femenino.

Según el podcast de Spotify ‘Asesinos seriales’, Honora Kelley, como fue su nombre en un principio, tenía nueve años cuando ingresó al orfanato, lugar donde le enseñaban diversas actividades como limpieza, cocina y costura.

(Lea además: Extraño caso se resolvió con el ‘testimonio’ del fantasma de Greenbrier).

Jane también mostró las características de un sociópata, contando mentiras escandalosas

Un año después, las niñas fueron entregadas a diferentes casas de acogida como sirvientas. Honora fue ayudante por contrato de la viuda Ann Toppan, quien le cambió su nombre a Jane Toppan. Su hermana Delia fue enviada a Nueva York y a los 12 años empezó a prostituirse.

Lo que parecía ser una mejor vida para ‘Jane’ terminó en malos tratos por parte de su empleadora, quien discriminaba a los irlandeses. De acuerdo con el medio ‘New England Historical Society’, la familia Toppan le inventó una nueva vida a la niña, pues no solo le cambió su nombre sino que también ideaban que era una huérfana proveniente de Italia.

“Jane también mostró las características de un sociópata, contando mentiras escandalosas: su padre navegó alrededor del mundo, su hermana se casó con un noble inglés, su hermano fue condecorado en Gettysburg por Abraham Lincoln”, dice el medio.

La asesina tuvo que convivir con Elizabeth, otra de las sirvientas de los Toppan. Al parecer, Jane se sentía inferior, pues a pesar de su trabajo, nunca fue adoptada por la familia como sí lo fue su compañera, explican en el podcast mencionado con anterioridad.

(Lea además: La misteriosa tarotista asesina que convertía en té y jabón a su clientela).

La enfermera asesina

A sus 18 años, Jane fue liberada de su contrato. No obstante, permaneció con su ‘familia’ hasta que Anne murió. Posterior a esto, empezó a laborar para Elizabeth hasta 1885 cuando, luego de haber sido plantada en el altar, decidió empezar a estudiar enfermería.

Con la finalización de una carrera exitosa, la mujer empezó su labor en el Hospital de Cambridge en Boston, en el cual se ganó su apodo de ‘Jolly Jane’ por su alegre forma de ser.

(Lea además: El ‘vampiro’ Peter Kürten: el asesino serial que bebía sangre humana).

Jane Toppan: declaró que el fallecimiento de las personas bajo su cuidado era parte de su plan macabro, tras la investigación, se constato que había matado a 11 personas por envenenamiento, pero tiempo después aclaro que el número de muertes a su cargo era de 31 personas. pic.twitter.com/4kwPcgczU8
— Anahi (@sothisslove) May 30, 2020

A veces despertaba a sus pacientes con atropina solo para volver a ponerlos en coma con morfina

Nadie se imaginaba lo que escondía la bella sonrisa de esta enfermera. Según el medio panameño ‘El Siglo’, la asesina empezó a darle medicamentos mezclados con veneno a ancianos y pacientes terminales.

“Nadie podría haber adivinado que durante su permanencia en un hospital de Massachusetts, la amable ‘Jolly Jane’ estaba mórbidamente obsesionada con las autopsias, o que realizaba sus propios experimentos fuera del horario laboral con pacientes, obteniendo satisfacción sexual en sus lentas y agonizantes muertes por veneno”, afirma el libro ‘Fatal: La vida venenosa de una asesina en serie’, del escritor Harold Schechter.

(Lea además: Sexo, dinero y crimen: la oscura historia de los strippers Chippendales).

Con ayuda de la falsificación de expedientes, ‘Jolly’ cambiaba fechas, dosis, horas de ingreso, entre otros. Así pues, los pacientes favoritos de Jane eran los que más sufrían, pues eran los que recibían dosis más altas de morfina, estricnina y atropina.

Desde el podcast ‘Asesinos seriales’ afirman que algunos síntomas de los afectados eran la “pérdida de equilibrio o una molestia hacia las luces brillantes, alucinaciones, excitación y por supuesto, la muerte. A veces despertaba a sus pacientes con atropina solo para volver a ponerlos en coma con morfina”.

Quote from nurse Jane Toppan@Rights4Patients pic.twitter.com/mHn4gfOq0e
— STOP Surgical Assault (@medicalcorrupt) January 17, 2022

En ese entonces, sus compañeros empezaron a notar comentarios malintencionados y raros comportamientos de parte de ella, por lo que estaban alerta a sus acciones. No obstante, hasta el momento no hay claridad de cuántos murieron bajo la supervisión de la enfermera.

No conforme con eso, Topper empezó a istrarle opio a otros pacientes. Fue entonces cuando fue descubierta por la junta médica del hospital. Su suerte la acompañó, pues los médicos no la reportaron, sino que la despidieron y la recomendaron para ser enfermera privada.

(Lea además: El oscuro y sangriento pasado del papá del reconocido actor Woody Harrelson).

Enfermera privada

Las víctimas continuaron. Mary McLear, de 70 años, enfermó durante una visita a Cambridge, por lo que su médico la envió con Jane para que la cuidara. Meses después, la anciana murió envenenada.

Treinta días más tarde, mató a un amigo cercano con estricnina, se hizo amiga de su esposa y la asesinó también dos años después.

The 19th-Century Nurse Who Was Secretly a Serial Killer 💥

“Jolly Jane” Toppan overcame a miserable Dickensian childhood to become a medical professional patients adored. She was also slowly murdering them one by one.https://t.co/pIHY88Edeg https://t.co/pIHY88Edeg pic.twitter.com/HpcTTHgKjW
— Lisette Brodey (@LisetteBrodey) June 12, 2020

Uno de los grandes momentos en la macabra vida de Jane fue la venganza que llevó a cabo contra su compañera de la niñez, Elizabeth, luego de haberse reunido para unas vacaciones. De acuerdo con el diario panameño, a causa de una botella de agua envenenada con estricnina, la mujer murió en agosto de 1899.

La matanza continuó por años, hasta que en 1901, luego de haber matado a todos los de la familia Gibbs, la mujer fue investigada y arrestada a sus 47 años.

(Lea además: Cruel 'asesino del ajedrez': usó el amor por su perro de excusa para matar).

“El suegro de Minnie Gibbs sospechaba que la muerte repentina de toda una familia saludable tenía que ver con un juego sucio. Consultó a un toxicólogo y consiguió que un juez ordenara la exhumación del cuerpo de Minnie. La investigación reveló que murió de envenenamiento por morfina y atropina”, aseguran desde ‘New England Historical Society’.

En el juicio, Jane itió haber matado, al menos, a 33 personas por la emoción sexual que eso le producía. Al comprobar que padecía de una enfermedad mental, la mujer fue sentenciada a cadena perpetua y llevada al Hospital Psiquiátrico de Teutón, en el cual pasó el resto de sus días hasta su muerte, en 1938.

Tendencias EL TIEMPO