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El alarmante aumento de consumo y muertes por sobredosis de cocaína en Estados Unidos
Este diario consultó dos nuevos estudios oficiales publicados recientemente. ¿Qué está pasando?
Por un lado, la Encuesta Nacional sobre Uso de Drogas y Salud Año 2022 (NSDUH, según su sigla en inglés), que realiza todos los años la istración para el Abuso de Sustancias y Salud Mental (SAMHSA).
Y por el otro, la última actualización de datos del Centro Nacional para las Estadísticas de Salud, que depende de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC).
De acuerdo con este último reporte, que incluye información recopilada hasta octubre del presente año, en los últimos meses (contados hasta mayo), en los últimos 12 meses han muerto en el país casi 30.000 personas por consumo de cocaína o por mezcla de esta droga con otras substancias.
La cifra es casi un 20 por ciento más alta a la reportada en mayo del 2022, cuando se contabilizaron unas 26.000 muertes. Pero lo más relevante del dato es su evolución a lo largo de los últimos 8 años.
En enero de 2015, por ejemplo, el número de decesos por este tipo de sobredosis sumó 5.587 personas. Desde entonces, la curva ha venido creciendo de manera sostenida a lo largo de los años.
Para ponerlo de otra forma, desde esa fecha hasta ahora las muertes por sobredosis que Estados Unidos atribuye a la cocaína ha crecido en más de un 500 por ciento.
En gran parte, el ascenso se debe a la aparición en el mercado del fentanilo, un poderoso opioide que suele ser letal y que con frecuencia termina mezclado con otras drogas.
El diario New York Times, de hecho, publicó hace poco un extenso reportaje dedicado a lo que las CDC han bautizado como el consumo de "polisustancias".
De acuerdo con el reportaje, a diferencia de otras epidemias de droga en Estados Unidos que fueron dominadas por el alza del consumo de una sustancia como el crack, la cocaína, las metanfetaminas o los opioides, la de ahora se caracteriza por el uso y adicción a múltiples sustancias.
"En los últimos tres años, los estudios de personas adictas a los opioides (una población estimada en millones) han demostrado consistentemente que entre el 70 y el 80 por ciento también consumen otras sustancias ilícitas, un cambio que está obstaculizando los esfuerzos de tratamiento y confundiendo a los gobiernos estatales, locales y estatales, políticas federales", decía este diario.
Por eso, según la doctora Cara Polania, de la facultad de Medicina de la Universidad de Michigan, la actual no es ya una epidemia de opioides, sino una "crisis de adicción".
Una de las cosas que más tiene preocupada a las autoridades es el crecimiento paralelo del consumo de estimulantes como la cocaína y la metanfetamina.
En el caso de esta última, que tuvo su apogeo a finales de la década de los años 90, pero que había caído desde entonces, se ha detectado la aparición en el mercado de una "súper metanfetamina" tan pura que puede ser hasta inhalada.
Para los doctores y especialistas en adicción que evalúan este fenómeno, el uso de estimulantes es todo un reto, ya que si bien se han desarrollado tratamientos efectivos para lidiar con las sobredosis y adicciones a los opioides (como la metadona y el Narcan), no existen productos similares para ayudar a los adictos de estas otras sustancias o los que las usan en combinación.
De hecho, el mes pasado, la istración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por su sigla en inglés) emitió un borrador de directrices para el desarrollo de nuevas terapias para los trastornos por uso de estimulantes "que son necesarios para abordar las lagunas que existen en el tratamiento".
El caso de los estimulantes, en particular el de la cocaína, también está prendiendo las alarmas.
De acuerdo con la encuesta de SAMSHA, en el 2022 al menos 5.274.000 estadounidenses o el 1.9 por ciento de la población dijeron haber consumido esta sustancia a lo largo del año.
La cifra representa un 10 por ciento de aumento comparado con el 2021, cuando 4.760.000 o el (1,7 por ciento de la población) contestaron lo mismo.
Para poner en contexto estos datos, el último pico del consumo de cocaína en Estados Unidos se presentó entre los años 2002 y 2006 cuando aproximadamente 2.5 por ciento de la población declaró haber usado la sustancia a lo largo de los 12 meses anteriores.
A partir del año 2007 la cifra comenzó a bajar: 2,1 por ciento ese año, luego 1,9 por ciento promedio en 2008 y 2009 y de allí a un valor que osciló entre el 1,4 por ciento y 1,5 por ciento entre 2010 y 2015.
Pero desde entonces ha ido gradualmente subiendo hasta al 1,9 por ciento que se registra ahora y que es el número más alto reportado en 15 años.
Si bien los nuevos datos de SAMSHA no son aún temerarios si muestran que, al menos, el consumo de cocaína en el país ha permanecido estable en más de una década pero con tendencia al alza.
Así mismo, coincide con un aumento de la producción de coca en Colombia, donde el año pasado se registraron cifras récord (más de 330.000 hectáreas cultivadas, según la ONU), y que podría disparar su uso en EE.UU. si el mercado se inunda y baja el precio.
Planta de Cannabis. Foto:Denis LOVROVIC / AFP
La encuesta nacional de SAMSHA año 2022 también trae otros datos que son alarmantes.
De acuerdo con esta, en Estados Unidos el 17,3 por ciento de la población mayor de 12 años o 48 millones de personas reportaron tener un trastorno o adicción por el consumo de drogas o alcohol.
Dos millones más que las reportadas en 2021 (46 millones) y el dato más alto en más de una década (desde que hay este tipo de reportes).
En términos generales, también se presentaron incrementos considerables en la cantidad de personas que consumieron algún tipo de drogas en los meses anteriores.
Según SAMSHA, cerca de 71 millones de personas, o el 21 por ciento de la población, reconocieron haber consumido drogas en este período, comparado con los 62 millones que itió lo mismo en 2021.
En los últimos tres años, los estudios de personas adictas a los opioides han demostrado consistentemente que entre el 70 y el 80 por ciento también consumen otras sustancias ilícitas.
En otras palabras, un incremento de casi el 15 por ciento en solo un año.
Entre todas las drogas, la marihuana fue de lejos la más prevalente y también la que registró el aumento más agudo aumento en su consumo: de 53 millones de s en 2021 a casi 62 millones en 2022 (un 16 por ciento de incremento aproximadamente).
De hecho, el cannabis junto a la cocaína y los alucinógenos fueron las únicas tres drogas que presentaron aumentos significativos en relación con el año anterior.
Todas las demás como opioides, crack, heroína, LSD, benzodiacepinas, inhalantes etc. permanecieron estables o con ligeras reducciones.
"Estos datos refuerzan la urgencia del llamado a acción del presidente Biden: con más de 48 millones de estadounidenses luchando contra el trastorno por uso de sustancias, el Congreso debe intensificar y proporcionar la financiación que el presidente solicita para ampliar los servicios esenciales que salvan vidas y tomar medidas enérgicas contra el tráfico de drogas ilícitas. Este no es un problema de estados rojos o azules: como muestran los datos, hay decenas de millones de estadounidenses en todos los estados del país afectados por esta crisis de salud pública", dijo el doctor Rahul Gupta, director de Políticas de Drogas de la Casa Blanca, refiriéndose a este drama que padece la sociedad estadounidense.