
La evolución en la lucha contra el terrorismo después del 11S
Después del 11 de septiembre, el yihadismo se ha fragmentado. Actualmente, hay más grupos y su presencia se ha extendido más allá de Oriente Próximo. Además, los extremistas han adoptado nuevas formas para captar a nuevos integrantes y sus atentados también han ido mutando a lo largo de estas dos décadas.
“En los años posteriores al 11S, el número de terroristas y grupos terroristas se ha multiplicado. No está claro si esto es un efecto de la política estadounidense, pero lo que sí es que no lo pudieron impedir”, le explica a EL TIEMPO Robert Jervis, profesor de Asuntos Públicos e Internacionales de la Universidad de Columbia.
El balance de la guerra contra el terrorismo arroja que unas 800.000 personas han muerto, con un alto precio pagado por civiles iraquíes y afganos. Además, solo para Estados Unidos ha representado un costo de más de 6,4 billones de dólares, según un estudio publicado a finales de 2019 por la Universidad de Brown.
Sajid Shapoo
general
de la India.
“Hoy en día, existe una variedad de tácticas que un terrorista puede elegir para atacar; desde el lobo solitario hasta los ataques organizados”.
Rubén Gallego
congresista
demócrata.
Con la ocupación de las tropas aliadas de Occidente, hubo una reconfiguración en la lucha contra el terrorismo. Si bien no han abandonado Oriente Próximo, África se ha convertido hoy en la nueva frontera del yihadismo entre el Sahel y el Magreb, Somalia y Libia, Mozambique y la República Democrática del Congo (RDC).
El frente de la yihad “se ha trasladado de Oriente Próximo a África”, apunta a la AFP Brenda Githing'u, analista antiterrorista basada en Johannesburgo. Para ella, Occidente ha sido incapaz de “anticipar la aparición de un nuevo campo de batalla y de tener en cuenta el potencial de África en términos de una nueva yihad”.
“El terrorismo ha evolucionado en respuesta a los desafíos. Estos grupos se han adaptado muy bien a las redes sociales y las nuevas tecnologías. De hecho, han creado plataformas como herramienta de reclutamiento y mensajería. Hoy en día, existe una variedad de tácticas que un terrorista puede elegir para atacar; desde el lobo solitario hasta los ataques organizados y desde el uso de armas hasta el uso de vehículos como arma”, dice a este diario Sajid Shapoo, un general de India con 20 años de experiencia en la lucha antiterrorista y quien actualmente está vinculado a la Universidad Princeton.
Estas nuevas plataformas han permitido la radicalización de personas a través de todo el mundo, especialmente en Europa. “Hoy el yihadismo está en el sótano de cualquier lugar del mundo. Se conecta a través de internet con los que están en el sur del Sahel y todos ellos están comunicándose a través de esa vía”, menciona Oliver Wack, analista de la firma Control Risk.
A propósito de esto, los países occidentales también han reforzado durante la última década la seguridad doméstica a través de sus servicios de inteligencia para evitar estos ataques.
“Antes del 11S, los servicios de inteligencia no tenían mucha capacidad para enfrentar las amenazas terroristas. Ahora, hay más capacidad entre los países para el intercambio de información. Hoy, muchas de estas agencias están tratando de entender de dónde vienen las nuevas amenazas terroristas”, dice Nick Allan, director ejecutivo de Control Risk.
Pero no solo el terrorismo ha cambiado. La retirada de Washington de Afganistán dejó en evidencia el cambio de prioridades de Occidente, especialmente de Estados Unidos.
“Hoy en día vemos que Washington compite con China y esa es la prioridad número uno de su seguridad nacional. Ya no lo es el terrorismo; simplemente es un problema a manejar. Hoy esa lucha se encamina no solo a prevenir la radicalización del islamismo, sino también de grupos de extrema derecha. Hoy el terrorismo no se combate con ejércitos, sino con los servicios inteligencia para prevenir esa radicalización”, acota Wack.