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Biden o Trump, ¿los estadounidenses prefieren una tercera opción para la presidencia?
Todo indica que ambos líderes se volverán a enfrentar en las presidenciales de 2024.
Donald Trump y Joe Biden. Foto: Chris Kleponis y Jim Lo Scalzo / EFE
Pasó lo que todo el mundo anticipaba, pero muchos en Estados Unidos no querían que ocurriera. Esta semana, tras caer el telón del decisivo supermartes, quedó confirmado que las elecciones presidenciales de noviembre próximo serán una reedición de los comicios del 2020 entre el actual presidente demócrata, Joe Biden, y el expresidente republicano Donald Trump.
Si bien ninguno de los dos logró sumar los delegados necesarios para convertirse oficialmente en el nominado de sus respectivos partidos, la contundencia de sus victorias (Biden ganó en 15 estados y Trump en 14), dejaron el camino despejado para que eso se materialice en las próximas semanas.
Aunque Biden nunca tuvo a un contrincante serio que amenazara su candidatura, Trump todavía tenía enfrentarse a la exgobernadora de Carolina del Sur, Nikki Haley, la última entre un grupo de más de nueve rivales que el expresidente terminó aplastando en tiempo récord.
El retiro de Haley tras los resultados del martes (solo le ganó en Vermont y Washington D.C.), finalmente le asegura virtualmente el puesto a Trump en el tarjetón para las elecciones generales. Algo, dicho sea de paso, atípico en las elecciones estadounidenses que suelen ser muy competitivas al menos para el partido que está en la oposición.
Los resultados anticipados también demuestran la fortaleza de un Trump que se ha convertido en amo y señor del partido republicano a pesar de cargar encima con dos juicios de destitución, cuatro procesos criminales vigentes y una explosiva salida de la Casa Blanca en enero del 2021 que incluyó la violenta toma del Capitolio para tratar de impedir la certificación del triunfo de Biden.
Presidente de Estados Unidos, Joe Biden. Foto:EFE
Aun cuando el resultado parecía inevitable desde hacía meses, la corta carrera por la nominación también dejó claro que importantes segmentos en ambos partidos aspiraban un desenlace diferente.
En el caso de los demócratas, una importante mayoría expresó con nitidez, encuesta tras encuesta, que hubiesen preferido a otro candidato. Incluso, algunas de las figuras destacadas del partido, preocupados por la avanzada edad de Joe Biden (tiene 81 años), hasta le pidieron dar un paso al costado. Un sentimiento particularmente fuerte entre los votantes más jóvenes del país que suelen ser claves para los demócratas en las elecciones presidenciales.
Por el lado republicano, es evidente que Donald Trump goza de un gran respaldo entre la base del partido. Pero, el voto de millones de personas en favor de Haley indica que otros muchos republicanos no lo quieren. De hecho, al menos una quinta parte de estos electores expresó en sondeos a boca de urna que no votarán por el expresidente en noviembre. De hecho, prueba de la resistencia que existe frente a su nombre está en su imagen negativa, hoy por encimada del 53 por ciento, según el promedio del portal 538.
Los resultados anticipados también demuestran la fortaleza de un Trump que se ha convertido en amo y señor del partido republicano a pesar de cargar encima con dos juicios de destitución
“Esta es una elección que muchos electores están viendo como una decisión de escoger entre lo menos peor de dos males. Ni Biden ni Trump convencen a la mayoría, especialmente a los independientes y segmentos en ambos partidos que son lo que finalmente definen las elecciones”, afirma Linda Chervinsky, historiadora y experta en elecciones presidenciales de Southern Methodist University.
De acuerdo con un sondeo reciente del New York Times y el Sienna College, al menos un 20 por ciento de los electores no quiere a ninguno de los dos candidatos. Algo que se vio reflejado en los resultados electorales de muchos estados.
En Carolina del Norte, uno de esos estados competitivos que pueden definir los comicios de noviembre, el 25 por ciento de los republicanos votó en contra Trump mientras otro 15 por ciento de los demócratas sufragó como “no comprometido”.
Lo cierto es que, pese al descontento, Biden y Trump ya son los virtuales nominados y, salvo alguna tragedia, entre alguno de los dos saldrá el próximo presidente de Estados Unidos.
Una larga contienda por delante
El camino, eso sí, será intenso. Estados Unidos enfrentará una larga contienda de ocho meses que arrancó de manera anticipada y que promete ser explosiva. De momento, parece un pulso que está ganado Trump.
En la misma encuesta del New York Times, el expresidente no solo supera a Biden por 5 puntos (48 versus 45) sino que lo aventaja en muchos de los estados “indecisos” que son los que finalmante van a definir estas elecciones, probablemente, peor de polarizadas que las anteriores.
Y lo que es más preocupante para el actual presidente y virtual candidato demócrata, solo una cuarta parte de los encuestados creen que el país va por la dirección correcta y casi la mitad expresó molestia por el estado de la economía del país.
El sondeo también dejó ver que existen grandes fisuras en el apoyo de mujeres, latinos y afros, tres grupos que favorecieron a Biden en el 2020 y que necesita conquistar si quiere ganar.
Donald Trump. Foto:Justin Sullivan. Getty
Pero, quizá lo peor para Biden es la falta de entusiasmo que su nombre despierta. Mientras solo un 23 por ciento del partido se siente motivado por su candidatura, más del doble dice lo mismo de Trump en las huestes republicanas.
“La clave en esta elección, como en la mayoría, es el entusiasmo de la gente. No es que los votantes demócratas vayan a votar por Trump, pero si deciden no votar o votar en blanco, eso le daría la Casa Blanca, pues de momento hay más motivación en el partido republicano”, afirma Chervinsky.
Pero, como dice el experto electoral Nat Cohen, ocho meses en política es una “eternidad” y cualquier cosa podría pasar de aquí a las elecciones.
“Las encuestas en esta época son muy prematuras. En este del Sienna College, al menos un 10 por ciento dice que está indecisa. Muchos votantes, por esta época, no están enfocados en las elecciones. Es decir, dicen lo que no quieren, pero aún no sopesan su decisión. Pero tarde o temprano y en la medida que se acerque la fecha el panorama comenzará a despejarse”, opina Cohen.
Y es allí donde Biden espera capitalizar con un mensaje dirigido a las mujeres y minorías sobre lo mucho que podrían perder con un regreso de Trump a la Oficina Oval. Mensaje que ya arrancó a vender y en el mejor escenario de todos. Este jueves, durante su discurso ante el Congreso sobre el Estado de la Unión, que terminó siendo casi un acto de campaña enfocado primordialmente en ataques contra su rival, el preside recordó, por ejemplo, que gracias a Trump se cayeron las protecciones que existían frente al aborto y el gran impacto que eso está teniendo sobre los derechos reproductivos de millones de mujeres.
Vista del Capitolio de Estados unidos. Foto:GETTY IMAGES
Un tema que impactó muchos en las pasadas elecciones legislativas cuando los republicanos -como ahora- debían arrasar y terminaron a la defensiva.
“Dios mío, qué más derechos nos querrán quitar ahora”, dijo el presidente demócrata en una de las por lo menos 12 menciones que realizó para criticar a su rival.
Biden, además, lo pintó “títere de Rusia” y “un peligro para la democracia”, reviviendo los acontecimientos del fatídico 6 de enero de 2021.
El presidente, incluso, toreó de frente el tema de su edad con un discurso energético y combativo en el que subrayó que el problema no eran sus años sino las ideas arcaicas que promueven Trump (que tiene 77 años) y los republicanos.
“Compatriotas estadounidenses, el problema que enfrenta nuestra nación no es la edad que tenemos, sino la edad de nuestras ideas. El odio, la ira, la venganza y la retribución son las ideas más antiguas. Pero no se puede liderar a Estados Unidos con ideas antiguas que sólo nos hacen retroceder. La vida me ha enseñado que hay que defender la libertad y la democracia. Pero otras personas de mi edad lo ven de manera diferente. Ese no soy yo”, dijo el presidente.
Entre tanto, hay una gran incertidumbre por el curso de las investigaciones contra Trump y el posible impacto electoral de una condena en alguno de los cuatro procesos criminales que tiene pendientes.
Lo que sí nadie duda es que estas elecciones, como casi siempre sucede en Estados Unidos, serán competitivas al extremo y se terminarán resolviendo por un puñado de votos en muy pocos estados. Amanecerá y veremos.