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Blinken viaja a China buscando calmar los ánimos con Pekín: ¿qué esperar de su visita?
Se trata del primer viaje de un diplomático de su rango a Pekín en casi cinco años. Análisis.
Secretario de estado de Estados Unidos, Anthony Blinken y presidente de la República Popular China, Xi Jimping Foto: Archivo EL TIEMPO
El secretario de Estado de EE. UU., Antony Blinken, llega este fin de semana a China para tratar de limar asperezas entre las dos potencias, un objetivo que los expertos consideran complicado, al menos a corto plazo, dado el actual deterioro de las relaciones.
El de Blinken será el primer viaje de un diplomático estadounidense de su rango a Pekín en casi cinco años.
No obstante, tras un año de tensiones en aumento, la pregunta es si el jefe de la diplomacia estadounidense logrará apaciguar los ánimos y encauzar la relación bilateral, o si por el contrario la polarización entre Washington y Pekín ya alcanzó un punto sin retorno.
Una serie de tensiones en aumento
La visita de Blinken se anunció el pasado miércoles apenas unas horas después de que el jefe de la diplomacia de EE. UU. hablara por teléfono con su homólogo chino, Qin Gang. Fue la primera conversación -al menos pública- a este alto nivel en meses.
En su charla, Blinken enfatizó "la importancia de mantener abiertas las líneas de comunicación para gestionar responsablemente" la relación, según dijo el portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller.
Pekín, por su parte, insistió en las crecientes dificultades entre ambos países. Qin Gang dijo a Blinken que "desde el comienzo del año, las relaciones sino-estadounidenses han enfrentado nuevas dificultades y desafíos. Está claro quién es el responsable".
"China siempre ha contemplado y gestionado las relaciones China-EE. UU. de acuerdo con los principios de respeto mutuo, coexistencia pacífica y cooperación de beneficio mutuo postulados por el presidente Xi Jinping", agregó el funcionario chino.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, se refirió a la aplicación de TikTok. Foto:EFE
Y es que el viaje de Blinken a China formaba parte de una estrategia pactada en Indonesia en noviembre entre los dos jefes de Estado, Joe Biden y Xi Jinping, para evitar que la rivalidad entre ambas potencias se saliera de control.
Sin embargo, la visita se canceló en febrero después de que Estados Unidos detectó y abatió lo que consideró un globo chino de vigilancia que sobrevolaba su territorio, algo negado por Pekín.
Recientemente ambas partes trataron de volver a contener las tensiones con una serie de encuentros, entre ellos una reunión a puerta cerrada entre el asesor de seguridad nacional de Biden, Jake Sullivan, y el alto cargo diplomático chino Wang Yi en Viena.
Pero los puntos de conflicto entre ambas potencias se siguen multiplicando en los últimos años. Por ejemplo, la Casa Blanca acusó la semana pasada a China de operar durante años una unidad de inteligencia en Cuba y de reforzarla en 2019 para aumentar su presencia en la isla caribeña.
Una base en Cuba, a 150 kilómetros del extremo sur de Florida, sería considerada por Washington como un desafío directo al territorio continental estadounidense.
Material recuperado en el Océano Atlántico del globo espía chino derribado el 4 de febrero. Foto:AFP
Las dudas que plantea la visita de Blinken
En ese escenario, la visita de Blinken plantea múltiples dudas. Daniel Kritenbrink, principal funcionario del Departamento de Estado para Asia Oriental, reconoció esta semana que Estados Unidos es "realista" sobre lo que cabe esperar del viaje.
"No vamos a Pekín con la intención de lograr algún tipo de avance o transformación", dijo Kritenbrink a los periodistas. Blinken va, por el contrario, con un "deseo sincero de gestionar nuestra competencia de la manera más responsable posible".
Estados Unidos espera que el viaje "reduzca, como mínimo, el riesgo de un error de cálculo para que no nos desviemos hacia un posible conflicto", agregó el funcionario.
Precisamente, las diferencias entre los dos países hacen que expertos como Bill Bishop, editor de la plataforma especializada Sinocism, concluyan que China no está especialmente entusiasmada por la llegada de Blinken y que podría decidir manejarla como una visita de bajo perfil.
"No es una visita fácil. El deterioro de la confianza es significativo y no parece probable que pueda recuperarse a corto plazo. No es solo que las diferencias van a más y la posibilidad de encauzarlas constructivamente es bastante débil sino que Pekín piensa que los consensos elementales están hoy en cuestión", señala por su parte a Efe Xulio Ríos, director del Observatorio de la Política china.
Pekín piensa que los consensos elementales están hoy en cuestión
Entre esos consensos que se han ido rompiendo destaca por mucho la cuestión de Taiwán, enquistada desde que en agosto del año pasado la entonces presidenta de la Cámara de Representantes de EE. UU., Nancy Pelosi, visitó la isla.
Pekín encajó el viaje como una bofetada a la que respondió con dureza mediante baterías de sanciones, la cancelación del diálogo con Washington en temas de máximo interés -incluyendo defensa y cambio climático- y maniobras militares en el Estrecho de Taiwán de una intensidad inédita en años y que desde entonces se han convertido en habituales.
Nancy Pelosi y Tsai Ing-wen, presidenta de Taiwán. Foto:EFE/EPA/TAIWAN PRESIDENTIAL PALACE
Las relaciones entre las dos economías más grandes del mundo también se han hundido en los últimos años por temas de comercio internacional y por los derechos humanos.
"Este va a ser un año muy tenso en las relaciones bilaterales a medida que se acerquen los comicios de enero 2024 en Taiwán. Esto podría poner en peligro la propia participación de Xi en la cumbre de APEC en noviembre en EE. UU.", sostiene Ríos al respecto.
Más allá, el experto considera que "algunos gestos podrían llevar a pensar que China ha decidido prolongar cierto 'stand by' en la relación bilateral por un dilatado plazo, a la espera de lo que resulte en 2024, confiando, quizá ilusoriamente, en que con otra istración otra relación es posible".
En este momento cada pequeño paso de acercamiento es importante
Para Moritz Rudolf, del Paul Tsai China Center, por su parte, "la retórica entre ambos países revela un enorme déficit de confianza mutua".
"Los principales obstáculos parecen muy difíciles de superar", indica el analista, quien cita "la importancia que dan los dos países a ser la primera potencia del mundo, las dinámicas derivadas de dos sistemas políticos y de valores completamente distintos y los escenarios domésticos de ambos".
Pero por eso mismo, y porque "el deterioro de las relaciones China-EE. UU. es muy peligroso", el experto subraya que "en este momento cada pequeño paso de acercamiento es importante".