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¿Aún no entiende bien qué pasa en Afganistán? Estas son las claves del caos
Análisis de Janiel Melamed, docente de la Uninorte y autor de libros de investigación académica.
En medio de los días de caos en Afganistán tras la llegada de los talibanes al poder, el colapso del gobierno local y los miles de personas que intentan huir del país mientras llaman a la comunidad internacional a no desampararlos, el analista Janiel David Melamed explica los aspectos esenciales para entender qué ocurre en ese país y los hechos que precedieron a este momento histórico.
Los talibanes son un movimiento islamista de corte radical y violento que detentó el poder en Afganistán entre 1996 y 2001. Son macabramente célebres por su interpretación de extremismo religioso en el islam.
Ciudadanos afganos hacen cola en el puesto fronterizo entre Pakistán y Afganistán. Foto:AFP
¿Cómo comenzó todo esto y cómo hemos llegado hasta acá?
Afganistán lleva más de 40 años en guerra ininterrumpida tras la invasión del ejercito soviético a finales de la década del 70, en plena Guerra Fría.
La invasión soviética de Afganistán genera muchas repercusiones, pero acá vale la pena resaltar por lo menos cuatro de ellas. Primero, el enorme flujo de voluntarios musulmanes que venían de todas partes del mundo a combatir y realizar la yihad en defensa de la tierra islámica contra la invasión soviética. Segundo, el apoyo militar brindado por el gobierno de Estados Unidos a muchos de ellos con este propósito, en parte para evitar la propagación del comunismo por Asia central y en parte para hacerles experimentar a los soviéticos un revés militar equiparable al sufrido por los americanos en la guerra de Vietnam.
Tercero, enormes caudales de dinero llegaron a Afganistán a partir del apoyo financiero que recibían estas milicias de países como Arabia Saudita que, a través de su influencia económica y religiosa, buscaban fortalecer a grupos armados rebeldes que combatieran a los soviéticos, pero que también limitaran la expansión de la influencia de Irán sobre la población chiita de Afganistán.
Diez años después de la muerte de Bin Laden, Al Qaeda se desvanece. Foto:AFP / Banaras KHAN
Finalmente, allí surgen nombres tan emblemáticos como el de Osama bin Laden, quien era a su vez de origen saudita y estaba encargado de coordinar esa fuerza de guerreros voluntarios que se convertiría después en Al Qaeda.
Cuando los soviéticos son derrotados abandonan Afganistán, y así también lo hacen muchos combatientes yihadistas como Bin Laden. Sin embargo, el país experimenta una guerra civil en medio de pugnas locales por el poder. Los talibanes salen victoriosos y con el tiempo permiten el retorno de Osama Bin Laden y sus milicias al territorio afgano, tras haber sido declarado objetivo militar por la monarquía saudita. Allí se planificaron los atentados del 11 de septiembre de 2001. Tras estos episodios, las fuerzas armadas de los Estados Unidos invadieron Afganistán y mantuvieron su presencia en el territorio por casi 20 años.
La guerra en Afganistán ha sido la incursión armada más larga en la historia de los Estados Unidos. Durante este tiempo han pasado cuatro periodos presidenciales, dos demócratas y dos republicanos, y se ha generado un enorme desgaste en la opinión pública sobre la guerra y los enormes recursos financieros que el país ha destinado en su lucha.
Esta ha sido una guerra particularmente difícil para los Estados Unidos. Las condiciones montañosas de Afganistán hacen que sea un verdadero dolor de cabeza en términos topográficos y ello favorece una guerra de corte asimétrico. Es decir, un enfrentamiento irregular, donde no se van a estar enfrentando una fuerza área contra otra fuerza aérea, ni brigadas de soldados contra brigadas de soldados de un ejército enemigo. La disparidad de fuerzas hace que el actor armado, en teoría más débil, recurra a aprovechar las ventajas del terreno, a través de guerra de guerrillas, es decir, grupos más pequeños y con rápida movilidad. La lógica es atacar rápido, causar bajas y replegarse. Una guerra de desgaste en estricto sentido.
Esta ha sido una guerra particularmente difícil para los Estados Unidos. Las condiciones montañosas de Afganistán hacen que sea un verdadero dolor de cabeza en términos topográficos
El gobierno norteamericano durante el periodo del expresidente Donald Trump llegó a un acuerdo de paz con los talibanes, bajo la garantía de que su retirada del país estaba condicionada al compromiso de los talibanes de no dar nuevo apoyo a movimientos yihadistas de corte transnacional. La fecha máxima que el entonces presidente Trump acordó para la salida de las tropas fue mayo de 2020. Tras la llegada a la Casa Blanca de la istración Biden, ese plazo no se había cumplido y se extendió hasta antes del 11 de septiembre de 2021, exactamente antes del vigésimo aniversario de los atentados a las Torres Gemelas.
¿Por qué la retirada de las tropas norteamericanas ha estado acompañada de caos?
Fundamentalmente, porque los talibanes emprendieron un proceso de control sobre la mayor parte del territorio afgano y las fuerzas de seguridad de ese país, prácticamente, no han ofrecido mayor resistencia.
El propio presidente Joe Biden afirmó hace poco más de un mes que los 300.000 soldados del ejército afgano podrían estar en condiciones de defender los avances que había experimentado el país a lo largo del periodo en que los talibanes fueron derrocados del poder.
El tiempo mostraría cuán equivocado estaba el presidente Biden. Los billones de dólares invertidos en equipamiento militar, entrenamiento, vehículos de combate, sistema de transporte e inteligencia se fueron a la basura ante el rápido avance talibán. Esto puso al gobierno de Biden contra las cuerdas y a improvisar una serie de medidas que buscan una evacuación rápida de su personal y de civiles que les ayudaron durante su presencia en ese país, en un tiempo mucho más corto que el inicialmente pensado.
Pasajeros afganos mientras esperan para salir del aeropuerto de Kabul. Foto:AFP
De ahora en adelante, ¿qué se puede esperar en Afganistán?
Es difícil plantearlo en términos absolutos porque es una situación inacaba. Sin embargo, varios escenarios surgen como posibilidades a partir de las lecciones que dejaron los talibanes en su control de Afganistán a mediados de la década del 90.
En primer lugar, el desconocimiento de la Constitución afgana y la reinstalación de la sharia (sistema islámico que sirve de código de conducta).
Mujeres afganas desplazadas internamente, que huyeron debido a la batalla entre talibanes y fuerzas de seguridad. Foto:WAKIL KOHSAR. AFP
Adicionalmente, se provee un franco deterioro de las libertades sociales y políticas de la sociedad afgana, especialmente de mujeres y niñas muy jóvenes, quienes habían experimentado avances en su papel percibido en ciertos sectores de la sociedad afgana. Ya antes los talibanes habían prohibido el cine, el teatro, la televisión y la educación formal para niñas mayores de 10 años.
Otra circunstancia que podría materializarse es el aumento en los niveles de amenaza derivada de movimientos yihadistas transnacionales, especialmente Al Qaeda y grupos afines.
*Ph. D. en Seguridad Internacional. Docente del Departamento de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la Universidad del Norte y autor de los libros de investigación académica Estado islámico. Una amenaza a la seguridad internacional yConflicto armado en Siria. Campo de batalla geopolítico por el Medio Oriente.