Entre ronchas, picazones y molestias en la piel se oculta un desafío más profundo: la urticaria crónica espontánea (UCE), una enfermedad que no solo afecta físicamente a quienes la padecen, sino que también representa una carga significativa para su salud mental.
Se estima que esta enfermedad afecta entre el 0,5% y el 5% de la población general, y que además está estrechamente vinculada con trastornos del sueño, ansiedad, estrés postraumático y otras afecciones psicológicas que deterioran la calidad de vida de los pacientes. Tal como se registra en diversos estudios científicos, 7 de cada 10 personas con UCE se ven obligadas a cancelar compromisos sociales debido a síntomas que pueden ser impredecibles y debilitantes. Este aislamiento social, combinado con la incomodidad física, puede llevar a un aumento de la ansiedad y de la depresión, dos de las principales afecciones mentales relacionadas con la UCE.
Dado que el mes de octubre está dedicado a generar una mayor conciencia sobre la importancia de la salud mental a nivel mundial, es crucial visibilizar cómo enfermedades crónicas como la UCE influyen directamente en el bienestar emocional. El manejo integral de la enfermedad no solo debe enfocarse en los síntomas físicos, sino también en procurar el bienestar emocional, psicológico y social de los pacientes.
Muchos pacientes experimentan angustia emocional, ansiedad, ira y depresión.
Un reto más allá de la piel
La urticaria crónica espontánea se caracteriza por la aparición súbita de ronchas rojas que causan picazón en diferentes partes del cuerpo. Estas lesiones varían en tamaño y forma, pero generalmente desaparecen y la piel vuelve a su estado normal. Sin embargo, cuando los episodios se prolongan durante años, como sucede en los casos crónicos, los síntomas interfieren gravemente con la vida cotidiana de los pacientes, afectando su sueño y su capacidad de llevar una vida normal.
La Doctora Laura del Mar Vásquez, alergóloga y experta en el tratamiento de la UCE, señala que esta enfermedad tiene un impacto profundo en la salud mental. "Los pacientes frecuentemente presentan alteraciones del sueño (36,7%), trastornos de ansiedad (30,6%) y trastornos del estado de ánimo (29,4%) debido a los síntomas debilitantes de la UCE", explica. Además, existe una correlación directa entre la intensidad del picor y el estrés, lo que empeora aún más la situación emocional de los pacientes.
El vínculo entre la UCE y la salud mental
Las cifras son claras: la prevalencia de enfermedades mentales en personas con UCE alcanza el 34,5 por ciento, mucho más alta que en la población general (25%) e incluso superior a otras afecciones dermatológicas como la psoriasis (26%). Esta relación destaca la necesidad de un enfoque multidisciplinario en el tratamiento de la UCE, donde el apoyo emocional y psicológico sea parte integral del proceso de recuperación.
La gravedad de los problemas psiquiátricos en pacientes con UCE no está relacionada solo con la intensidad de los síntomas físicos, sino en particular con el impacto que tiene la enfermedad en su calidad de vida. "Muchos pacientes experimentan angustia emocional, ansiedad, ira y depresión, y pueden tener dificultades para manejar estas emociones debido a la alexitimia, una condición que les impide identificar, expresar y comunicar adecuadamente sus sentimientos", concluye la Dra. Vásquez.
Afortunadamente, existen formas efectivas de manejar la urticaria crónica espontánea con un enfoque integral que incluya tanto el tratamiento médico con dermatólogos y alergólogos como el apoyo psicológico. Con la orientación de profesionales y un acompañamiento adecuado, los pacientes pueden recuperar el control sobre su vida y aprender a enfrentar los desafíos que la UCE trae consigo, tanto en el plano físico como en el emocional.
"Es fundamental que los pacientes con UCE busquen la orientación de su médico tratante para evaluar si es necesario el apoyo de alguna especialidad, como psicología o psiquiatría. (...) Contar con el respaldo emocional de amigos, familiares o grupos de apoyo puede marcar una gran diferencia en la forma en que los pacientes manejan su enfermedad", concluyó la Dra. Vásquez, quien además enfatizó en la importancia de seguir pautas de bienestar general, como mantener una rutina adecuada de sueño y practicar ejercicio, que contribuyen a mejorar la salud mental y física.
*Campaña educativa desarrollada en conjunto con Novartis Colombia
*MÁS CONTENIDO. Un proyecto de Contenidos Editoriales Especiales de EL TIEMPO con el auspicio de Novartis Colombia.