En este portal utilizamos datos de navegación / cookies propias y de terceros para gestionar el portal, elaborar información estadística, optimizar la funcionalidad del sitio y mostrar publicidad relacionada con sus preferencias a través del análisis de la navegación. Si continúa navegando, usted estará aceptando esta utilización. Puede conocer cómo deshabilitarlas u obtener más información
aquí
Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí. Iniciar sesión
¡Hola! Parece que has alcanzado tu límite diario de 3 búsquedas en nuestro chat bot como registrado.
¿Quieres seguir disfrutando de este y otros beneficios exclusivos?
Adquiere el plan de suscripción que se adapte a tus preferencias y accede a ¡contenido ilimitado! No te
pierdas la oportunidad de disfrutar todas las funcionalidades que ofrecemos. 🌟
¡Hola! Haz excedido el máximo de peticiones mensuales.
Para más información continua navegando en eltiempo.com
Error 505
Estamos resolviendo el problema, inténtalo nuevamente más tarde.
Procesando tu pregunta... ¡Un momento, por favor!
¿Sabías que registrándote en nuestro portal podrás acceder al chatbot de El Tiempo y obtener información
precisa en tus búsquedas?
Con el envío de tus consultas, aceptas los Términos y Condiciones del Chat disponibles en la parte superior. Recuerda que las respuestas generadas pueden presentar inexactitudes o bloqueos, de acuerdo con las políticas de filtros de contenido o el estado del modelo. Este Chat tiene finalidades únicamente informativas.
De acuerdo con las políticas de la IA que usa EL TIEMPO, no es posible responder a las preguntas relacionadas con los siguientes temas: odio, sexual, violencia y autolesiones
Recursos hídricos, otro de los grandes retos que tiene la región
Se requiere el cuidado de cuerpos de agua, rondas hídricas, y el manejo integral de las cuencas.
Es importante empoderar a las comunidades del Caribe para que propicien la sostenibilidad de sus cuerpos de agua y promuevan y consoliden un turismo sostenible. Foto: iStock.
Uno de los grandes desafíos inmediatos de la región Caribe en relación con la protección de sus recursos hídricos es lograr avances significativos en cultura ciudadana para reducir y eliminar la práctica ciudadana de arrojar basura a las aguas superficiales como quebradas, arroyos, ríos, lagunas, lagos y ciénagas; lo cual está conectado con la necesidad de realizar un manejo integral de las cuencas, y la recuperación de las rondas hídricas.
Si bien son muchos los frentes por atender, desde una visión de región, “se deben mantener las cuencas de los ríos limpias y con arborización en las orillas del cauce. Es de vital importancia que la región entienda que sus ríos o cuerpos de agua necesitan una ayuda para mantenerse o recuperarse”, señalan los ingenieros Aymer Maturana, director Observatorio del Río Magdalena de la Universidad del Norte, Augusto Sisa, Germán Rivillas y Carlos Pacheco, docentes del departamento de Ingeniería Civil de Uninorte.
Los expertos consultados también indican la necesidad de conocer realmente el estado y el funcionamiento de los sistemas de aguas subterráneas, "y desarrollar incluso una normatividad más detallada acerca de cómo interactuamos con este recurso".
El agua que todos quieren
De acuerdo con los ingenieros de Uninorte, a pesar de que la mayor parte de la atención en los centros urbanos está en las aguas superficiales, es necesario aumentar el conocimiento sobre el comportamiento de las aguas subterráneas de la región y su interacción con las superficiales.
“La sostenibilidad hídrica necesariamente debe tener en cuenta las aguas subterráneas por su rol amortiguador ante eventos extremos, como fuente de abastecimiento para el sector agrícola y urbano, y como un elemento primordial del ecosistema”, sostienen los especialistas.
Tierra Baja es una vereda del corregimiento de la boquilla ubicada en la zona Norte de Cartagena, que limita por el norte con la vereda de Manzanillo del Mar, por el este con la Ciénaga de Juan Polo, por el oeste con la vereda Puerto Rey y al sur con la Ciénaga de la Virgen. Foto:Yomaira Grandett/ El TIEMPO
Otro desafío que señalan los expertos es el fortalecimiento de la capacidad para desalinizar agua de mar o agua salobre. “Aunque en la actualidad no sería necesaria como la fuente principal en muchas ciudades costeras, excepto quizás en Santa Marta, sí vale la pena reducir la vulnerabilidad de estas ciudades ante eventos hidrológicos extremos, terremotos o pérdida temporal de la calidad de las aguas superficiales, por eventos de derrames de sustancias o variaciones temporales de las condiciones de las cuencas”, advierten.
Y agregan que el caso de Santa Marta es, tal vez, el más crítico de la región entre las grandes ciudades, ya que no posee a la mano fuentes de agua dulce suficientes que puedan suplir el crecimiento de la demanda de agua de la ciudad a muy largo plazo, lo cual hace que más temprano que tarde obligatoriamente se deba considerar la desalinización de agua de mar como la fuente principal de suministro de agua.
Según expertos de Uninorte la región debe contar con un esquema de monitoreo regular, confiable y abierto al público que incluya variables básicas de calidad del agua como son: OD (oxígeno disuelto), pH, DBO (Demanda Biológica de Oxígeno), DQO (Demanda Química de Oxígeno), SS (sólidos suspendidos), SDT (Sólidos Disueltos Totales), conductividad.
Ojo a las ciénagas
Para Rafael Simón Del Castillo, presidente de Novus Civitas, es importante empoderar a los pueblos del Caribe para que se apropien de la sostenibilidad de sus cuerpos de agua. “Mantener el equilibrio de estos ecosistemas es la base del desarrollo sostenible de las comunidades en términos sociales, económicos y educativos”, asegura.
Por eso, el proyecto Serena del Mar, junto a las comunidades, busca iniciar la reapertura de la Boca de los Manzanillos y la revitalización de la Ciénaga de Juan Polo, “un ecosistema vital para el equilibrio ecológico de la región, pues alberga gran variedad de flora y fauna, además de su función económica, ya que es zona de pesca y ecoturismo, así como de transporte ancestral de comunidades”, sostiene Del Castillo.
Mantener el equilibrio de estos ecosistemas es la base del desarrollo sostenible de las comunidades en términos sociales, económicos y educativos: Rafael Simón Del Castillo
“El proyecto consiste en abrir una boca natural como muchas que existían en los años 60 en la zona, para conectar el mar con la ciénaga, y que mediante esta apertura exista un recambio de aguas que disminuya la salinidad y la temperatura, mejorando su oxigenación y que así, las actividades asociadas a este cuerpo de agua se puedan realizar de la mejor manera”, explica Del Castillo.
Con la revitalización de estos ecosistemas, se pretende mejorar la calidad del agua, la calidad de vida para las comunidades, así como la relación histórica entre los manglares y el desarrollo de la ciudad.
Si bien las corporaciones autónomas regionales del Caribe y las instituciones académicas han liderado proyectos orientados a solucionar los desafíos medioambientales de la región, según los ingenieros de la Uninorte todavía queda mucho camino por recorrer, en especial, “para tener un buen sistema de monitoreo que realmente pueda ayudar a visibilizar los problemas, mejorar el proceso de toma de decisiones y el desarrollo de políticas futuras”.
Una alternativa que entregan los académicos sería implementar una estrategia de observadores ciudadanos, quienes recogerían información con sus equipos celulares a través de fotografías, para que alguna entidad recolecte y analice la evidencia.
Por los arrecifes
El mar en esta región está expuesto a eventos naturales y enfermedades de corales que están poniendo en riesgo los arrecifes. “El gran reto es protegerlos y trabajar en su restauración para garantizar que estos ecosistemas sigan siendo el hogar de nuestra biodiversidad, protejan a las comunidades de la energía del oleaje y provean de alimento y empleo a miles de colombianos”, dice Alejandro Riveros, gerente de asuntos corporativos de Chevron.
Eventos naturales y enfermedades de corales ponen en riesgo los arrecifes. Por ende, el gran reto es protegerlos y trabajar en su restauración para garantizar estos ecosistemas. Foto:iStock.
Frente a esto, surge el proyecto ‘Arrecifes de energía’, el cual consiste en expediciones en el mar Caribe y Océano Pacífico para fortalecer la investigación y monitoreo participativo de los arrecifes coralinos en Colombia, mediante el programa de ciencia ciudadana Reef Check.
La iniciativa busca “aprovechar el potencial de las comunidades para cuidar el medioambiente mientras que activamos la capacidad laboral y económica de las zonas costeras donde se realizan las expediciones, como Santa Marta, Providencia, Rincón del Mar, Arusí y Cartagena”, explica Riveros.
Así mismo, la compañía contribuyó en la construcción de una estación piloto para el cultivo ex situ de corales en la isla de Providencia y Santa Catalina, liderado por el equipo científico de Corales de Paz.
“Con esta instalación se promueve el cultivo y mantenimiento de especies de corales del Caribe, que luego son trasplantados en el arrecife natural. Además, se utiliza como un banco genético de especies sanas, para mitigar el efecto de algunas enfermedades que están atacando a las comunidades de corales del Caribe”, concluye el gerente.
VALENTINA HERRERA GONZÁLEZ
REDACCIÓN MÁS CONTENIDO
Compromiso por el agua
La compañía Cerrejón demuestra su compromiso con el desarrollo de una minería responsable y sostenible en La Guajira, al contribuir con la restauración ecológica
del arroyo Bruno, que nace en la reserva forestal de Montes de Oca y desemboca en el río Ranchería.
El proyecto, que le valió a la empresa la obtención del premio BIBO 2022, se encaminó a proteger, conservar y recuperar este cuerpo de agua desde su nacimiento hasta su desembocadura, con el apoyo y la participación de las comunidades locales. Entre estas acciones se destacan:
La siembra de más de 33.500 árboles nativos en 245 hectáreas alrededordel nacimiento del arroyo Bruno, para mejorar la recarga hídrica y la conectividad ecológica.
La creación de un corredor de biodiversidad de 24 kilómetros entre la reserva forestal de Montes de Oca y el río Ranchería, donde se han identificado más de 390 especies de animales, entre ellas el jaguar, que es una especie indicadora del buen estado del ecosistema.
La firma de acuerdos de conservación con la comunidad indígena de Tigre Pozo y otras organizaciones sociales, para que realicen la restauración y el monitoreo del arroyo Bruno, así como prácticasagrícolas sostenibles que generen ingresos y mejoren su calidad de vida.
La construcción de pozos profundos, jagüeyes y molinos de viento para garantizar el abastecimiento de agua a las comunidades vecinas al arroyo Bruno.