¿Por qué hay que vacunarse después de los 50 años?

A medida que pasa el tiempo, nos enfrentamos cada vez más al hecho de que habrá más adultos mayores de 50 años que niños en Colombia. Por eso, expertos en salud consideran que las vacunas en la edad adulta son decisivas para conseguir una vejez saludable. Desmitificar que, por ejemplo, las vacunas son solo para los niños y jóvenes, es uno de los grandes desafíos en el país.

De acuerdo con la Asociación Colombiana de Gerontología y Geriatría (ACGG) “actualmente, Colombia tiene grandes retos para suplir las necesidades alrededor del envejecimiento saludable, ya que las tasas de natalidad han bajado y la expectativa de vida se ha incrementado. Hoy existen más personas mayores de 60 años que menores de 5 años en el país”. Sumado a esto, el Departamento istrativo Nacional de Estadística (Dane) señala que, para el 2050, un cuarto de la población en Colombia tendrá más de 60 años. Y a nivel global, la Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que para el 2100 un tercio de las personas en el mundo tendrá más de 60 años, cifras que evidencian un cambio importante a nivel local y mundial.

A medida que las personas van envejeciendo, el sistema inmunológico también se va debilitando. En este contexto, la vacunación en la población adulta se convierte en un factor determinante para prevenir enfermedades y mejorar su calidad de vida, lo cual se logra cumpliendo los esquemas durante esta etapa de vida, entre otras medidas.

Pese a que la pandemia puso nuevamente sobre la mesa la importancia de la vacunación en las personas mayores, en el imaginario colectivo siguen existiendo barreras frente a este tipo de protección, no solo por la relación de esta medida con la población infantil, sino porque se cree que la vacunación está exclusivamente asociada a enfermedades como COVID-19 o influenza. 

Al respecto, el doctor Víctor Saravia, gerente médico de vacunas en adultos de GSK, señala: “El paso del tiempo no se da solo en lo físico, cuando salen canas y arrugas, también se produce internamente. Nuestros órganos y sistemas van envejeciendo, entonces las defensas a su vez van perdiendo esa capacidad de respuesta frente a las enfermedades, sobre todo en lo que respecta a las infecciosas”, explica.

El especialista también afirma que, pasados los 50 años, nuestro sistema inmunológico comienza un proceso denominado inmunosenescencia, que hace que las personas sean más vulnerables a infecciones. Además, durante esa etapa de vida, la población mayor desarrolla otras enfermedades crónicas como la hipertensión, diabetes o problemas metabólicos, que pueden comprometer las respuestas inmunes del paciente.

A medida que transcurren los años, el cuerpo va siendo vulnerable a ciertas enfermedades crónicas que pueden afectar significativamente la calidad de vida de las personas mayores, entre las que se encuentra el cáncer, la diabetes, la osteoporosis, entre otras. A su vez, también existen enfermedades infecciosas que tienen un impacto importante en el día a día como es el herpes zóster, también conocido como ‘culebrilla’, que por lo general se caracteriza por aparecer en una sola franja de ampollas que envuelve el lado izquierdo o derecho del torso, cuello o cara, presentando síntomas que varían desde una picazón leve hasta dolor extremo e intenso.

Según estudios, el 99% de la población ha tenido varicela en algún momento de su vida, este virus queda inactivo en el organismo, por lo que años más tarde puede reactivarse, ocasionando herpes zóster o culebrilla. De hecho, aproximadamente una de cada tres personas tendrá esta condición cuando tenga 50 años o más. Ante esto, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) agencia basada en datos y ciencia, que protege la salud pública de los Estados Unidos, afirma “a veces, el herpes zóster puede provocar complicaciones graves, como dolor prolongado en el nervio y pérdida de la visión. La mejor manera de protegerse del herpes zóster es la vacunación”.

También existen otras medidas que pueden reducir el riesgo de desarrollar la enfermedad, como mantener una dieta que refuerza el sistema inmune, hacer ejercicio con regularidad, dormir bien y aprender a controlar el estrés.

De otro lado, el Ministerio de Salud y Protección Social de Colombia establece en el Plan Ampliado de Inmunización (PAI) que las personas mayores de 60 años se deben vacunar contra dos enfermedades: COVID-19 e influenza. Sin embargo, existen otras patologías, además del herpes zóster, que también se pueden prevenir mediante la vacunación como el neumococo, el tétanos, la difteria y la tos ferina, para no afectar la expectativa de vida e incidir positivamente en el bienestar durante la vejez.

Para la Organización Panamericana de la Salud (OPS) el envejecimiento saludable es un proceso continuo que tiene por objeto la optimización de las oportunidades para conservar, mantener y mejorar la salud física y mental, la independencia y la calidad de vida a lo largo del tiempo, en esa medida, distintos factores determinan que una etapa de vida avanzada sea saludable. De acuerdo con el Instituto Nacional sobre el Envejecimiento de los Estados Unidos (NIA, por sus siglas en inglés), realizar actividad física, evitar fumar e ingerir alcohol, alimentarse de manera nutritiva y contar con más de seis horas de sueño de calidad cada noche es parte determinante para una vida saludable.

Asimismo, otra de las formas más efectivas de prevenir las enfermedades inmunoprevenibles sigue siendo la vacunación, y así lo explica el doctor Víctor Saravia, gerente médico de vacunas en adultos de GSK: “Esta medida es un proceso que no está limitado a edades si no que debe ser continuo, a lo largo de la vida, para evitar enfermedades. No debemos olvidar que hoy existen soluciones que nos ayudan a controlar diversas enfermedades durante la etapa adulta, permitiendo que las personas mejoren su bienestar”.

Por eso, una vejez saludable implica que las personas estén en constante diálogo con su médico de cabecera para incluir las medidas necesarias que le ayuden a mejorar su calidad de vida, sin perder de vista la importancia de la vacunación en la edad adulta.