Las exportaciones de Manuelita llegan a 58 países del mundo

hablar de Manuelita significa remontarse a sus 160 años de historia, cuando Santiago Eder compra las haciendas La Manuelita y La Rita, anteriormente propiedades del padre del escritor Jorge Isaacs, reconocido por su obra La María.

Así mismo, recordar que fue la segunda empresa fundada en Colombia, la primera industria a vapor del país y que comenzó a producir azúcar mucho antes de que las carreteras, los trenes y la electricidad llegaran a esta región.

Hoy, 16 décadas después, esta compañía cuenta con operaciones directas en Colombia, Perú y Chile, y exporta sus productos a 58 países en todos los continentes. Todo esto, siendo siempre fiel a su propósito de generar progreso y bienestar a partir del uso racional y sostenible de los recursos naturales.

Las operaciones de esta organización, según informan sus portavoces, se desarrollan en Palmira, Valle del Cauca (Manuelita azúcar y energía), Cali (centro corporativo); Orocué, Casanare (Palmar de Altamira), San Carlos de Guaroa, Meta (Manuelita aceites y energía); Trujillo, departamento de la Libertad, en Perú (Agroindustrial Laredo); Ica, provincia de Ica, en Perú (Manuelita frutas y hortalizas), y Puerto Montt, provincia de Llanquihue, en Chile (Manuelita acuicultura).

Además, según su visión estratégica ‘Mega 2030’, se proyecta como una organización agroindustrial diversificada con presencia internacional y alto foco en productos de valor agregado, y que para el año 2030 debe haber consolidado su modelo de negocios basado en la sostenibilidad económica, social y ambiental.

Por otra parte, algunas de las cifras que se soportan en la trayectoria de Manuelita señalan que esta compañía genera más de 7.842 empleos directos (4.565 de ellos en Colombia), tiene más de 1.400 proveedores agrícolas y supera los 1.481 clientes en los sectores alimenticio, energético y farmacéutico.

En tanto que en materia ambiental revelan que registran 689.000 créditos de reducción de emisiones de CO2, acumulados a 2023; 200.000 MWh de bioenergía producida y 189 millones de litros de biocombustibles de menor impacto ambiental.

La compañía, de igual manera, posee cuatro plataformas agroindustriales, localizadas en tres países de América Latina.

Son ellas la de caña de azúcar, con producción de azúcar, bioetanol carbutante, bioelectricidad y biofertilizantes en Colombia; y de azúcar y bioetanol industrial en Perú. La segunda es de palma de aceite, donde elaboran aceite de palma, biodiesel y glicerina, ubicada en Colombia. Una más de acuicultura, para la producción de mejillones, en Chile.

La cuarta planta es de frutas y hortalizas, donde se hace uva de mesa, arándanos, cítricos y espárragos, localizada en Perú.

En lo que hace referencia a la estrategia de sostenibilidad, Manuelita estableció 16 prioridades que están enmarcadas dentro del buen gobierno corporativo y la que denominan triple cuenta de sostenibilidad, que contempla factores sociales, económicos y ambientales.

En primer lugar, como parte del gobierno corporativo, trabajan en tres prioridades: cultura centrada en valores; estructura, ética y transparencia; y diálogo y participación con grupos de interés.

En lo económico, indican que la prelación la tienen diversificación e internacionalización, atención diferenciada y alta calidad; y productos de valor agregado con menor impacto ambiental.

En lo social, según las fuentes, las prioridades están en un equipo humano competente y comprometido; seguridad y salud en el trabajo; gestión social con colaboradores y comunidad, y el desarrollo de proveedores competitivos y sostenibles.

Mientras que en lo ambiental priman el uso sostenible del agua, el uso racional de la energía, la reducción de emisiones, la protección y promoción de la biodiversidad, el cuidado del suelo y la economía circular y la gestión de residuos.

Finalmente, dentro de su línea social, está la Fundación Manuelita, que busca mejorar la calidad de la educación básica y media pública en sus comunidades de influencia, a través del desarrollo de los componentes: pedagógico, tecnológico y social, y que en 2023 benefició a 780 estudiantes, 47 docentes y 642 familias del colegio Antonio Lizarazo en Palmira.

Teniendo como base y enfoque la triada compuesta por lo económico, lo social y lo ambiental, la caja de compensación Comfandi orienta sus acciones entendiendo la sostenibilidad como la única forma de ser y hacer empresa.

Una premisa que, de acuerdo con Viviana Echeverri, directora de Asuntos Corporativos de Comfandi, impacta positivamente la vida de las personas, asegura las condiciones del planeta y cuida la estabilidad financiera.

“Es nuestra única forma de hacer negocios sociales, que son los que llevamos a cabo en Comfandi. Es la ruta que nos garantiza estar presentes para transformar el futuro de los vallecaucanos.

A esto se suma que hemos sido pioneros en la conversación sobre la sostenibilidad, ya que hace unos 20 años fuimos los fundadores —con otras organizaciones locales— del Sistema Regional de Responsabilidad Social, que buscaba interiorizar ese concepto de RSE entre un grupo de más de 100 empresas líderes en el Valle del Cauca y que hoy evoluciona en términos de sostenibilidad y de capitalismo consciente”, precisa la directiva.

Con esa labor se pretendía que estas empresas entendieran y trabajaran sus estrategias corporativas en torno a la mencionada triada; en la actualidad, la caja de compensación sigue trabajando ‘en llave’ con sus empresas afiliadas esa triada a través de un ecosistema de sostenibilidad.

“Nosotros también le apostamos a la generación de conocimiento alrededor de la sostenibilidad y a la construcción de ecosistemas sostenibles en el Valle del Cauca. Partiendo del hecho de que las grandes organizaciones de la región ya tienen mucho más interiorizado este concepto y en él fundamentan sus estrategias, nuestro gran reto, responsabilidad y propósito es crear esto en las compañías más pequeñas, que son nuestras afiliadas”, asevera la Directora de Asuntos Corporativos de Comfandi.

De igual manera, sostiene que los esfuerzos de esta caja de compensación se enfocan en aquellos temas que tienen que ver con el mejoramiento de las cadenas productivas.

Para eso diseñaron el programa ‘Avanza’, que busca el desarrollo de proveedores, fortalecer su cadena de valor y compartir buenas prácticas organizacionales para que mejoren sus procesos internos.

Otras iniciativas que se desarrollan en Comfandi son ‘Ideateen’, un programa de formación en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para los estudiantes de los colegios de la Caja, y que está enfocado en la innovación y la resolución de problemáticas locales y globales.

También destacan ‘Mujeres en armonía’, una estrategia que busca cerrar las brechas de género, eliminar las barreras para la empleabilidad, el emprendimiento y nuevas oportunidades para mujeres.

Mientras que el programa ‘Siempre fresco’, brinda oportunidades a las familias campesinas para que tecnifiquen y comercialicen sus productos en supermercados Comfandi, aportando al desarrollo rural y a la seguridad alimentaria de los vallecaucanos.

Para Viviana Echeverri, teniendo en cuenta que Comfandi es un actor social, asumir esas responsabilidades hace parte de la esencia de la entidad, ya que entienden la sostenibilidad no solo en su actuar sino en el actuar del entorno. De ahí que orientan sus desafíos a poder fortalecer ese ecosistema de sostenibilidad en la región, porque solo así podrán garantizar un proceso de progreso en el Valle.

“Solamente aquellas compañías que se piensan desde su responsabilidad con lo social, con las sociedades, la comunidad y sus grupos de interés, y que además propenden por la conservación del planeta y ejercen una gestión económica y financiera de manera ética, bajo gobiernos corporativos consolidados, son las que pueden contribuir al desarrollo de esta región”, puntualiza Echeverri.