Quienes llegan atraídos a Orocué (Casanare) por el mágico relato de La Vorágine, escrita en varios rincones de ese municipio por el maestro José Eustasio Rivera, terminan encantados con Helena Higuera.
Ella, aunque no es uno de los personajes de esta obra literaria, sí tiene una historia que les deja a los visitantes varias lecciones.
Helena nació allí hace 31 años, a orillas del río Meta, en la esquina suroriental del departamento de Casanare, en límites con Vichada y Meta.
Hoy, ella es quizá una de las más conocedoras de La Vorágine; así lo demuestra en cada recorrido que hace con los turistas por la Casa Museo y algunos puntos del municipio llenos de anécdotas del escritor Rivera.
Desde su silla de ruedas, Helena va ilustrando a quienes la acompañan. Si, ella sufre desde los 23 años de una enfermedad huérfana que le hizo perder la vista y que, además, le empezó a generar problemas de movilidad desde los 26 años.
Llegó a pensar que no podía afrontar la situación, pero ese sentimiento cambió un día que visitó la Casa Museo La Vorágine.
Quedó enamorada de la historia que oyó, de todo el contexto que narra la obra y buscó la forma de ‘leerla’ con sus oídos.
De tanto escucharla y volverla a escuchar en un audio libro, porque a veces no entendía algún fragmento y se devolvía al inicio de la novela, pasaron horas y horas que le permitieron aprenderse casi que de memoria el libro.
"Lo que más me gustaba -narra Helena- era que cada vez que lo repetía me impactaba más, iba descubriendo la dimensión que nos quiso transmitir el autor, porque el libro cuenta muchísimas costumbres, tradiciones y cosas que son reales dentro de mi territorio".
Hoy es toda una experta en el tema. Para serlo, superó muchos bloqueos mentales que tenía y que le impedían pensar en un futuro, su salud mejoró y se puso a estudiar. Validó bachillerato, sacó el mejor puntaje del ICFES, cursa el programa de Técnico en Operación Turística Local y a la vez adelanta la carrera de Psicología virtual.
Así ocurre en la Casa Museo La Vorágine, de Orocué, en donde Helena Higuera, hace la guianza con excelente conocimiento de la novela La Vorágine, escrita por ese abogado y escritor huilense que vivió en ese municipio y quien escribió esa reconocida obra literaria que relató el sometimiento y el salvaje trato que les daban las empresas caucheras a los indígenas en los Llanos y la selva amazónica.
Gracias a ese ímpetu y a la preparación académica, la Casa Museo, por medio de la Fundación Isana, le dio la oportunidad de trabajar con ellos como guía embajadora. Dentro de la oferta que tiene para sus visitantes, la casa museo estructuró un parque literario en donde narran fragmentos del libro.
Helena hace la guianza literaria dentro del parque, recreando la historia de la obra.
"Mi experiencia en el turismo al inicio no fue muy fácil, porque hay brechas que estigmatizan una sociedad y entre esas existe la tendencia a discriminar a una persona con discapacidad porque no se ajusta a los parámetros que para otros son normales", advierte Helena, al tiempo que hace un llamado al país sobre la importancia el turismo inclusivo.
Su mensaje tiene una gran aliada; Carmen Julia Mejía Amézquita, directora de la Casa Museo La Vorágine.
"Nosotros tenemos claro la importancia de la accesibilidad para personas con discapacidad, para personas de tercera edad. Es una ruta que es muy incluyente y ahí está Helena como abanderada. Aquí estamos abiertos para que personas con discapacidad hagan parte tanto como turistas, como guías", resalta Carmen.
El liderazgo de Helena no ha parado. Ella y 12 compañeros del SENA, crearon el grupo Kupo Travel que ofrece los servicios de prestadores turísticos.
También se aliaron al Macro Clúster Turístico del Oriente (MTO), creador de la Ruta Turística Literaria Territorio La Vorágine, Llano y Selva, con el que están conformando rutas accesibles de caminantes, para no solo dar oportunidades de viajar a personas en situación de discapacidad y venir a Orocué, sino poderles dar empleo, aportando en la activación de la economía local por medio del turismo.
El proyecto más inmediato que tiene Helena es traer a Orocué a la Corporación de Caminantes que hay a nivel nacional y establecer las rutas en ese territorio para empezar a trabajar el turismo comunitario y accesible.
"Nosotros somos una potencia turística pero no la hemos notado, no nos hemos dado cuenta, nos ha faltado hacer un engranaje, una sola línea de apoyo que tenga en cuenta también al turismo comunitario", dice Helena, quien seguramente con ese entusiasmo, lo logrará.