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‘El sistema educativo debe poner a los estudiantes en el centro’: Segovia
La apuesta del Distrito busca mejorar la experiencia educativa de todos los estudiantes.
De acuerdo con la Secretaría de Educación, el propósito superior es que los estudiantes aprendan, el cual se alimenta de distintos temas y frentes de trabajo. Foto: Cortesía Secretaría de Educación
Factores externos como los paros y las marchas que suelen presentarse en Bogotá y varias ciudades del país no pueden ser los causantes para la cancelación de las jornadas académicas y que, en la más reciente protesta de los transportadores, afectó a 1,1 millón de niñas, niños y jóvenes de los colegios públicos y privados que vieron interrumpida su escolaridad, así como a más de 38.000 funcionarios entre istrativos y docentes, que comprenden la segunda nómina más grande de Colombia, después de las Fuerzas Militares.
Esta situación motivó en su momento el llamado de atención de la secretaria de Educación del Distrito, Isabel Segovia, quien mandó un mensaje contundente: “Los adultos en sus asuntos y los estudiantes en sus colegios”, frase con la que puso el foco en lo fundamental, que es el derecho a la educación.
Por eso, una de las apuestas del programa educativo que se trazó el alcalde Carlos Fernando Galán para el cuatrienio es, justamente, poner al estudiante en el centro de todos los procesos.
“El objetivo de poner a los estudiantes en el centro es velar porque todos aprendan. Ese es el verdadero propósito de la educación. Y que mientras aprenden, puedan estar mejor, puedan mejorar su experiencia educativa y alcanzar una educación integral y de calidad que les permita consolidar un proyecto de vida. Esto se ha traducido en un ejercicio de reevaluación de las jornadas pedagógicas, de cuánto tiempo pasan en clase, del acompañamiento que reciben tanto en las aulas como por fuera de ellas y, sobre todo, de garantizar cada hora de permanencia en la escuela”, enfatiza Segovia.
Al respecto, Gloria Bernal, directora del Laboratorio de Economía de la Educación (LEE), asegura que los encuentros en el aula son la oportunidad para la formación y el aprendizaje.
Para ella, inevitablemente, el aprendizaje efectivo requiere constancia, tanto de parte de los docentes como de los alumnos y sus familias.
Son múltiples esfuerzos que, si bien están relacionados con distintos temas y frentes de trabajo, tienen en común el objetivo de fortalecer los procesos que permitan respetar el tiempo efectivo de aprendizaje”.
“Aunque el aprendizaje depende en buena parte del uso efectivo del tiempo (y no del número per sé de horas sentados en el pupitre), en promedio, más tiempo en el colegio está asociado con mayores aprendizajes”, afirma Bernal.
En eso concuerda Francisco Cajiao, consultor educativo, al señalar que el proceso en el aula es fundamental, porque el maestro puede darse cuenta de manera presencial del proceso del niño, con sus dificultades, y de aquellos que tienen mucha facilidad para avanzar, por lo que el profesor puede ir regulando la enseñanza de forma directa, además de que considera que el aprendizaje no es un hecho exclusivamente individual, sino que también en un alto grado es colectivo.
Una muestra de ello, según la Secretaría de Educación, se evidenció durante el periodo de pandemia y virtualidad, donde no hubo procesos efectivos de aprendizaje, se ahondaron las brechas y se acentuaron las violencias que hoy se viven en los entornos escolares.
“Las escuelas deben ser las últimas en cerrar y las primeras en abrir. Un niño que falta al colegio está expuesto a situaciones que pueden afectar su bienestar y que, al acumularse, lo ponen en desventaja con relación a otros niños que pueden acceder a otro tipo de oferta, profundizando la desigualdad y las brechas”, recalca Segovia.
Además, la Secretaría le apuesta al inicio del calendario escolar a tiempo, con todos los apoyos requeridos y tomando acciones para lograr la menor reducción de horas efectivas de clase para los estudiantes, y que así puedan estar más tiempo de calidad con sus docentes.
Calidad educativa
Para la Secretaría de Educación, “hay aprendizajes que, si no se adquieren en el momento que corresponde, son absolutamente insustituibles. El aquí y ahora es lo único que debe importarnos y eso es con los colegios abiertos, con los niños en las aulas, con todas las garantías para que el momento en la institución educativa sea significativo”, precisa Isabel Segovia.
Y en eso está de acuerdo Gloria Bernal, pues sostiene que al asegurar que los estudiantes realmente aprendan, la mejora en la calidad educativa se dará de forma natural.
“Es lamentable que un niño o niña se gradúe del colegio sin saber leer bien. Eso no es isible y a veces pasa”, comenta esta experta.
En tanto que Francisco Cajiao manifiesta que el aprendizaje de ciertas habilidades básicas y esenciales —como la lectura, la escritura, las matemáticas o el racionamiento abstracto— son fundamentales para sobrevivir y por eso los niños que no lo logran ya están en una condición de desigualdad terrible.
Para cuidar los tiempos de enseñanza y aprendizaje es fundamental garantizar que todo niño tenga su docente.
“No nos debe preocupar la expedición de un acto istrativo sino que el docente se encuentre en el aula de clase. En lo público a veces se piensa más en los trámites que en el derecho y nosotros estamos acá para garantizar derechos”, anota la Secretaria.
El propósito superior, que los estudiantes aprendan
“Son múltiples esfuerzos que, si bien están relacionados con distintos temas y frentes de trabajo, tienen en común el objetivo de fortalecer los procesos que permitan respetar el tiempo efectivo de aprendizaje”, dice Isabel Segovia, secretaria de Educación.
Esto se traduce en analizar y reevaluar la pertinencia y extensión de actividades que puedan comprometerlo y en atender situaciones que lo afecten para resolverlas de forma oportuna, lo que contribuirá a que los colegios y las aulas se conviertan en espacios donde el aprendizaje se materialice, permitiendo que la educación cumpla su propósito de transformar la vida de niñas, niños y jóvenes.
El bienestar de los docentes también es una prioridad
Entre las estrategias que adelanta la Secretaría de Educación Distrital está la meta de formación para 9.600 docentes. Foto:Cortesía Secretaría de Educación
Si bien las estrategias que buscan poner a los estudiantes en el centro son una prioridad, el bienestar de los docentes también es esencial.
En esa línea, la istración distrital ha identificado que el sector educativo no cuenta con información contundente para la toma de decisiones.
Por ejemplo, “debemos definir el parámetro de número de niños ideal por maestro para garantizar procesos pedagógicos sólidos”, señala Segovia.
Lo anterior ha hecho que Bogotá se haya trazado el reto de reorganizar el sistema educativo, con el fin de que los datos estén siempre a la mano para la toma de decisiones.
Por eso, la Secretaría de Educación inició un estudio técnico de planta de cargos y directivos docentes para actualizar la información y determinar cuántos docentes y dónde los debe tener la ciudad para cumplir con la apuesta educativa, al tiempo que adelanta un censo de colegios privados que permita tener una radiografía real del sector en la capital.
De igual manera, el fortalecimiento de la planta es otra de las prioridades, razón por la cual este 2024 inició con la toma de posesión de más de 5.800 profesores en la planta global de docentes de Bogotá.
Según la Secretaría de educación, esta renovación, cercana al 16,78 por ciento, no se daba hace unos 20 años e influye positivamente en temas como renovación de modelos pedagógicos y la prestación oportuna del servicio educativo, entre otras.
A esto se suma la formación docente como un elemento central de la apuesta por la calidad educativa. “Contamos con una meta de formación para 9.600 docentes que estará atada a procesos de uso de recursos, acompañamiento en el aula y monitoreo del avance de aprendizajes. Además, hoy 2.099 docentes están cursando programas posgraduales con apoyo de la Secretaría de Educación”, indican las fuentes.
De otra parte, revelan que Bogotá tomó una decisión histórica que estaba esperando el magisterio desde hace años, siendo la primera Secretaría en el país en hacerlo: reconoció el descanso pedagógico al destinar cinco minutos de cada periodo de clase de sesenta minutos a esta pausa.
La Secretaría, así mismo, cuenta con seis programas de salud mental, que incluyen campañas para hacer procesos de trabajo colectivo e individual con docentes, líneas de atención para reaccionar a situaciones de crisis y apoyar a los docentes que registren situaciones de estrés.
Todo lo anterior se complementa con el acuerdo sindical más grande del país, firmado en Bogotá. Lo hizo esta Secretaría con delegados de 21 organizaciones sindicales que representan a más de 30.000 trabajadores del sector.
En 94 puntos concertados se recogen acciones en torno al bienestar de esta comunidad y dignificación de la profesión, implementación de estrategias educativas flexibles, inversión en infraestructura educativa, respeto a las garantías sindicales y promoción de la educación posmedia.
MÁS CONTENIDO*. Un proyecto de Contenidos Editoriales Especiales de EL TIEMPO con el auspicio de la Secretaría de Educación de Bogotá.