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Entrevista
‘La paz duradera en Colombia requiere que abordemos la pobreza’: Olivier De Schutter, relator especial de la ONU
El relator especial de la ONU sobre extrema pobreza y DD. HH. hizo varias recomendaciones para enfrentar la segregación social.
Olivier De Schutter, relator especial de la ONU sobre extrema pobreza y DD. HH. Foto: ONU Derechos Humanos
Tras su visita a Colombia hace unos días, Olivier De Schutter, relator especial de la ONU sobre extrema pobreza y derechos humanos, habló en entrevista sobre la relación ente la pobreza y el conflicto armado colombiano, y abordó los desafíos del país y del Gobierno para superar la segregación social.
¿Cuál es la relación entre el conflicto armado y la pobreza en Colombia?
Creo que muchas personas entienden que el conflicto armado genera pobreza, por ejemplo, porque en las zonas controladas por grupos ilegales se imponen confinamientos, vacunas, y los grupos dificultan la llegada de servicios públicos e inversores privados a las comunidades. Lo que es menos comprendido es que la pobreza es una causa del conflicto porque cuando los jóvenes no tienen perspectivas económicas, se ven tentados a unirse a grupos armados, son blancos fáciles. Creo que el país enfrenta un círculo vicioso y estoy convencido de que la paz que el Gobierno intenta alcanzar al negociar con grupos armados no es alcanzable si el país no se da cuenta de que se debe invertir más en la gente y en cerrar las brechas entre ricos y pobres.
Ese es el récord mundial, Colombia es el país con la movilidad social más débil del planeta
Recomiendo abordar la segregación entre la sociedad colombiana, hoy en día los programas sociales básicamente crean divisiones dentro del país y eso explica por qué la movilidad social es tan débil, encontramos que se necesitan 11 generaciones para que las personas de bajos ingresos tengan las mismas oportunidades de alcanzar el ingreso medio en Colombia. Ese es el récord mundial, Colombia es el país con la movilidad social más débil del planeta.
¿Cuál es la razón?
En parte es porque los programas sociales se basan en dos herramientas, uno es el estrato, que divide los barrios entre el 1 y el 6 en función de los niveles de ingresos de las familias, y la otra herramienta es el Sisbén. Ambos sistemas se han convertido en un obstáculo para una focalización eficaz y han alimentado la aporofobia y estereotipos negativos sobre la gente pobre.
El sistema de estratificación lleva a una situación en la cual los hogares con bajos ingresos rara vez interactúan con los más ricos, como resultado, los niños que nacen en hogares pobres solo tienen conexiones dentro de su grupo social, no se les anima a seguir estudiando, solo pueden soñar con profesiones como las de sus padres o sus vecinos, así, el sistema de estratos alimenta una forma de apartheid social. Lo mismo pasa con el Sisbén, a los más pobres se les percibe como subsidiados por los más ricos y, por lo tanto, son considerados con menos respeto. Creo que estos sistemas son muy problemáticos y es posible alcanzar una mejor focalización con un abordaje menos estigmatizante y evitando seguir en esta división artificial de clases sociales.
Olivier De Schutter visitó varias poblaciones en su recorrido por Colombia, hablando con las comunidades y autoridades locales y nacionales. Foto:ONU Derechos Humanos
¿Deberíamos cambiar nuestro sistema de estratificación?
Es un desafío enorme desarrollar un registro funcional y confiable pero creo que es la contribución más importante que podría hacer el Gobierno para abordar la pobreza en el país
Sí y el gobierno está pensando en un Registro Universal de Ingresos que permitiría focalizar la ayuda en los hogares que necesitan apoyo basado en su patrimonio.
Es un desafío enorme desarrollar un registro funcional y confiable pero creo que es la contribución más importante que podría hacer el Gobierno para abordar la pobreza en el país, porque permitirá una mejor focalización de programas sociales, desegregará a la población y reducirá los efectos estigmatizantes de la estratificación.
Usted también habló de reformas a la educación y la salud, ¿por qué?
Sobre salud, Colombia es notablemente capaz de cubrir a la población con algún tipo de protección en materia de salud, en teoría, el 98% de la población tiene a alguna forma de atención médica, pero hay dos problemas. El primero, puede ser difícil acceder a centros médicos en áreas rurales lo cual es complejo en situaciones de emergencias, por ejemplo. Lo segundo es el rol problemático de las EPS en el uso no transparente de los recursos. Creo que estas dimensiones que el Gobierno busca abordar son importantes.
Olivier De Schutter visitó varias poblaciones en su recorrido por Colombia, hablando con las comunidades y autoridades locales y nacionales. Foto:ONU Derechos Humanos
¿Y en cuanto a educación?
El problema es mayor porque hay un sistema en el cual las escuelas privadas tienen mucha mejor calidad que las públicas, pese a que al gran mayoría de niños de familias de bajos recursos asisten a colegios públicos; las brechas son enormes entre las mejores escuelas y las peores escuelas y este es un factor importante por el que la pobreza se transmite de una generación a la siguiente. Esto debería ser abordado en una reforma para que la calidad de la educación pública mejore. Es importante que los niños criados en familias de bajos ingresos tengan a la mejor educación posible en función de sus méritos académicos.
En general Colombia tiene un grave problema de pobreza, pero hay brechas entre las ciudades principales y zonas más rurales, ¿cómo abordar esto?
No hay una fórmula mágica para combatir la pobreza, pero es cierto que las diferencias regionales importan mucho y hay grandes brechas entre las zonas rurales y las urbanas. Creo que esto es un desafío ligado a la descentralización y al rol de los departamentos que el sistema fiscal del país debería remediar con sistemas más redistributivos entre las regiones.
Usted llamó a una implementación completa del acuerdo de paz de 2016, pero Colombia también tiene abiertos nuevos frentes de acercamientos de paz, ¿cuál sería su mensaje al respecto?
Lograr treguas con grupos armados es más fácil que eliminar las causas profundas de la violencia en el país, y eliminar esas causas significa hacer que sea menos atractivo para los jóvenes unirse a esas pandillas, brindar oportunidades reales a los campesinos y a las zonas rurales
Creo que es difícil alcanzar esta paz total al negociar con diferentes grupos armados sobre todo porque son menos ideológicos y políticos de lo que eran en el pasado, y más parecidos a pandillas tipo mafias. Aún así, lograr treguas con ellos es más fácil que eliminar las causas profundas de la violencia en el país, y eliminar esas causas significa hacer que sea menos atractivo para los jóvenes unirse a esas pandillas, brindar oportunidades reales a los campesinos y a las zonas rurales. Significa invertir en infraestructura y servicios públicos para reducir las brechas entre los segmentos ricos y pobres de la población y, hasta que esto se haga, no habrá paz total; uno puede lograr una tregua temporal con los grupos armados pero la paz duradera requiere que abordemos la pobreza.
A veces hablar de eliminar las brechas entre ricos y pobres genera tensión...
El problema es que cuando hablamos de lucha contra la pobreza, la gente rica cree que tiene mucho que perder porque entiende que tendrá que pagar más impuestos, que se ampliará la protección social y que tal vez perderá sus privilegios. Pero esa es una visión muy miope. A largo plazo, a los colombianos ricos también les interesa que la sociedad tenga mayor cohesión social y que se eliminen las causas profundas de la violencia.
Olivier De Schutter visitó varias poblaciones en su recorrido por Colombia, hablando con las comunidades y autoridades locales y nacionales. Foto:ONU Derechos Humanos
Recomendó salir del enfoque de ‘guerra contra las drogas’ para abordar el tema de los cultivos de uso ilícito, ¿por qué?
El desafío para esta istración es ir lo suficientemente rápido para no decepcionar, porque se han hecho muchas promesas y planes ambiciosos, pero también ir lo suficientemente lento como para mantener la unidad
La guerra contra las drogas empezó en los 70, bajo el presidente estadounidense Nixon, y enfrentémoslo, ha fallado. Los costos han sido enormes para la sociedad. Creo que es momento de tener una conversación adulta sobre esto, informada por las opiniones de expertos, y tal vez un enfoque de mitigación de riesgos basado en los derechos humanos sea el mejor camino a seguir. Esta conversación solo será posible si se incluye a los países productores, a los de tránsito de las drogas y a los países en donde están los consumidores, tengo esperanza de que este debate se pueda abrir a nivel internacional.
¿Le presentó sus conclusiones al Gobierno, qué le dijeron?
Tuve conversaciones con muchas partes del gobierno y sentí que había apertura hacia las recomendaciones del sistema de derechos humanos de la ONU. El desafío para esta istración es ir lo suficientemente rápido para no decepcionar, porque se han hecho muchas promesas y planes ambiciosos, pero también ir lo suficientemente lento como para mantener la unidad.
En dos años, al final del gobierno, habrá que hacer una evaluación, ¿logrará el Gobierno cumplir sus promesas y lo hará uniendo a los colombianos en lugar de crear más polarización? Mi mensaje es que el mejor camino hacia adelante para todos los colombianos es hacer de la desegregación una prioridad.