Desaparición, violencia sexual, desmembramiento: más verdades del secuestro

Fueron tres días de escuchar y confrontar los horrores de la guerra. Del secuestro, que fue una de sus formas, y de todas las que encerró: la tortura –física y psicológica–, el asesinato, el desmembramiento, la desaparición, la extorsión, la violencia sexual en cautiverio, entre otros crímenes de guerra y lesa humanidad que, como dijo ayer Pastor Alape, uno de los imputados, “no fueron errores sino horrores”.

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Fueron tres días de un encuentro entre víctimas y victimarios para mirarse a los ojos, liberar los sentimientos reprimidos por décadas y reclamar verdades, pero también de escuchar solicitudes de perdón y reflexionar sobre todo eso que nunca debió ocurrir.

Este jueves, durante la última jornada de la audiencia de reconocimiento de los siete exjefes de la desaparecida guerrilla de las Farc imputados en el macrocaso de secuestro por la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), el foco se puso en el control territorial. “Las víctimas quedaban a merced de las unidades de las Farc que tenían como orden establecer su autoridad en un territorio dado y controlarlo, sin que se examinaran los medios con los que se establecía esta autoridad”, indicó la JEP sobre este patrón del delito.

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Aunque durante el martes y miércoles se hicieron reconocimientos sobre distintas conductas punibles, en la audiencia de ayer hubo uno concreto sobre los casos de violencia sexual.

“No fue una política de la organización, pero hubo hechos de violencia sexual en ejercicio de control del territorio”, dijo Rodrigo Londoño, el último máximo comandante de las Farc, conocido como ‘Timochenko’.

El exguerrillero también se refirió a la desaparición forzada: “Sin duda, una de las cargas más pesadas que hoy llevamos es el sufrimiento continuado de quienes desconocen el paradero de sus seres queridos”, les dijo Rodrigo Londoño a las víctimas.

En medio de la diligencia, Daniela Arandia, quien tenía 7 años cuando las Farc secuestraron a su padre –el geólogo Gerardo Arandia, quien sigue desaparecido–, les dijo a los imputados: “Aunque de corazón puedo decirles que los perdono, les solicito reconozcan los tratos indignos, la tortura, no solo física sino también psicológica que ellos vivieron y que nosotros desde la lejanía hemos vivido”.

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En otra de las intervenciones, el exjefe guerrillero Pablo Catatumbo aceptó que una de las prácticas que usaron para desaparecer los cuerpos de sus víctimas fue el desmembramiento, y se comprometió a “hacer esfuerzos” para darles respuesta a las víctimas y lograr la entrega digna de sus familiares.

El martes y el miércoles, la diligencia giró en torno a los secuestros cometidos para buscar liberaciones de guerrilleros presos y por los plagios extorsivos para financiar la organización.

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Luego de finalizar las tres jornadas, lo que viene es evaluar si el reconocimiento de los ex-Farc cumple con los criterios y, si esto ocurre, en los próximos tres meses los magistrados deben remitir la resolución de conclusiones al Tribunal para la Paz, que definirá la sanción por imponer a los excombatientes de la desaparecida guerrilla.