La magistrada elegida en momento clave para la paz

“Mi trayectoria es suficiente garantía de que seré un juez imparcial (...) No quiero que en este país sigamos viviendo bajo el miedo, y cuenten con mi colaboración irrestricta para lograrlo”. Esas fueron dos de las frases que Diana Fajardo pronunció este jueves, tras ser elegida por el Senado como magistrada de la Corte Constitucional.

Con 48 votos, en su mayoría del partido de ‘la U’ y el Liberal, los senadores eligieron este jueves a Fajardo, quien llegará en un momento clave a la Corte Constitucional, tribunal que por primera vez tendrá a tres mujeres entre sus nueve magistrados.

Su voto será clave en medio del estudio que la Corte hace de las leyes y decretos que le darán vida al acuerdo de paz con las Farc, como la Jurisdicción Especial para la Paz y la ley de amnistía, cuya votación fue aplazada por la Sala Plena, en parte porque los magistrados están esperando a que lleguen los dos titulares faltantes en ese alto tribunal: Fajardo, y el magistrado que salga de la terna que la Corte Suprema aún no le ha enviado al Senado.

Desde que fue ternada por la Corte Suprema de Justicia, hace más de dos semanas, Fajardo sonó como una de las candidatas con más posibilidades por su amplia trayectoria en el sector público.

Sin embargo, en el Congreso, la votación fue apretada: ganó por una diferencia de cinco votos con Álvaro Motta, quien logró el apoyo de 43 senadores (la mayoría del Centro Democrático), mientras que Alejandro Ramelli obtuvo tres.

Según fuentes dentro de la Corte, con Fajardo podría haber un reequilibrio en las cargas a favor de los temas de paz, pues su elección en el Congreso es vista como un triunfo del Gobierno. Hace tan solo dos semanas, el fast track para implementar los acuerdos sufrió un revés (con la votación de dos magistrados encargados, entre ellos José Antonio Cepeda, quien saldrá cuando Fajardo ocupe su silla), cuando el alto tribunal accedió a una de las peticiones del Centro Democrático en una demanda y tumbó un artículo que le impedía al Congreso modificar las leyes para implementar el acuerdo.

En esa votación, que quedó 5-3, los magistrados Alejandro Linares, Antonio José Lizarazo y Alberto Rojas se apartaron de la mayoría, pues consideraban que se debía mantener la restricción al Congreso para garantizar el derecho constitucional a la paz.

El voto de Fajardo será decisivo porque en la demanda que limitó el fast track, sorprendió la posición del magistrado Carlos Bernal, quien llegó a la Corte tras ser ternado por el presidente Santos, pero se unió a la mayoría que consideró que limitar las funciones del Congreso sustituía la Constitución.

Precisamente, el episodio de Bernal, al que expertos como Rodrigo Uprimny calificaron del “deber de ingratitud”, podría mostrar que no hay garantía de que la llegada de Fajardo sea favorable para la implementación de los acuerdos. De hecho, para Uprimny “Fajardo tiene todas las condiciones para ser una excelente magistrada”.

El exmagistrado José Gregorio Hernández afirmó que las declaraciones del senador Armando Benedetti, en el sentido de que si Fajardo no llegaba a la Corte se podía dañar el acuerdo con las Farc, “fueron irresponsables”. “Confío en que desempeñará su cargo con arreglo a la Constitución Política que tiene que defender”, dijo.

El constitucionalista Juan Manuel Charry, por su parte, lamentó que “haya habido tanta polarización política alrededor de la elección de la magistrada con consideraciones de coyuntura, y no pensando en la independencia y autonomía de un órgano como la Corte”.

Diana Constanza Fajardo ha pasado en las últimas tres décadas por cargos que van desde la asesoría a varios ministerios y a la Presidencia en 1988, 1990, 1992 y 1998. También fue asesora jurídica del proceso de paz con el M-19.

Es politóloga y abogada de la Universidad de los Andes, especialista en gestión pública, y durante su trayectoria se la ha considerado con mayor afinidad a los liberales.

Tiene experiencia de más de 10 años en la elaboración de proyectos de ley y entre 2009 y 2013 fue la auxiliar de la magistrada María Victoria Calle en la Corte Constitucional.

Precisamente, con ese antecedente se esperaría que Fajardo tome decisiones en la Corte que no afecten los bolsillos de la Nación.

Fajardo conoce la Constitución de cerca porque participó en la reforma que culminó con la Carta del 91 como asesora de las consejerías presidenciales para la reforma y la Asamblea Constitucional.

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