El 6 de octubre de 2013 hacia la 1:50 de la tarde, Henry Betancur Jaramillo fue conducido por integrantes de la Policía Metropolitana de Medellín a una estación por supuestamente perturbar el orden público en un evento sobre mascotas realizado en el Parque de las Luces.
Según el expediente, la víctima fue golpeada por agentes, incluidos el teniente Carlos Arley Totena Girón y el patrullero Darwin Israel Ortiz, y trasladado al hospital, a pesar de reclamos de otros detenidos, solo hasta que percibieron la gravedad de las heridas. La víctima murió en urgencias en la madrugada del día siguiente.
Por estos hechos fueron procesados ambos policías. Fueron absueltos en primera instancia, y condenados en segunda, por el Tribunal Superior de Medellín, a 20 años por el delito de homicidio preterintencional al determinar que los múltiples puños y patadas recibidas contribuyeron a la muerte de la víctima.
Ahora, su defensa busca con un recurso que la Corte Suprema de Justicia revoque la condena bajo el argumento de que no está confirmado el motivo certero del fallecimiento, hecho que impide relacionar efectivamente la muerte con la conducta de los policías. Y porque, en su criterio, una de las heridas de la víctima no sería compatible con los golpes que recibió por los agentes.
En concepto enviado a la Corte Suprema, la Fiscalía pidió confirmar la condena al indicar que está probado la actuación de los policías y que, de hecho, Betancur fue agredido dos veces.
“Betancur Jaramillo fue víctima de dos ataques grupales, el primero de ellos por parte de los hoy condenados, y el segundo por otros policiales que no fue posible identificar, aun cuando (un testigo) entregó señales particulares de al menos dos de ellos”, dijo la Fiscalía al indicar que no hubo tergiversación de los testimonios por parte del Tribunal como también alega la defensa.
“Ciertamente existen pruebas periciales y científicas que no son totalmente coincidentes sobre la causa directa de la muerte del señor Betancur Jaramillo. Sin embargo, contrario a lo aseverado por el recurrente, esto no es óbice para que se pueda considerar que a esa causa directa de la muerte se llegó precisamente por las lesiones que le fueron ocasionadas durante los dos ataques de que fue objeto por parte de los policiales que se encontraban en la Estación La Candelaria, entre ellos Totena Girón y Ortiz Caicedo, siendo además aquél quien se encontraba a cargo de la estación policial para el momento de las agresiones”, agregó la Fiscalía.
La entidad agregó que, tal y como reconoce la defensa de los policías, estos “atacaron inmisericordemente a Betancur Jaramillo, con puños y patadas en diferentes zonas de su humanidad, como la cara y el cráneo, sin que ese exceso de fuerza fuera justificable”.
Tanto grave fue el hecho que una de las personas detenidas en la estación empezó a clamar por que se le prestara atención médica oportunamente, petición que –dijo la Fiscalía- no fue atendida sino hasta que los policías “vieron la gravedad del estado del detenido, que lo llevaron a que fuera atendido, con las consecuencia ya conocidas”.
El caso está en manos de la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia.
@JusticiaET
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