Las antenas Starlink y la megaoperación del Ejército y la FAC con Brasil contra la minería ilegal en Amazonas

En una operación binacional sin precedentes, las Fuerzas Militares de Colombia y Brasil lograron en las últimas horas la intervención y destrucción de al menos 70 megaestructuras ilegales dedicadas a la minería de oro en el río Puré, ubicado en la amazonía de ambos países.

(Lea: El poder oculto de los drones con explosivos: quién los trae, quién los modifica y cómo los usan los grupos armados)

Esta acción representa un golpe significativo a las redes de minería ilegal que delinquen en la región, protegidas por estructuras armadas y que han causado graves daños ambientales al Amazonas.

EL TIEMPO accedió a detalles del operativo que fue posible gracias a una compleja coordinación entre el Ejército Nacional, la Fuerza Aeroespacial Colombiana y la Armada, junto con sus pares brasileños. La intervención se realizó en una de las zonas más inaccesibles del país. Para llegar al punto exacto, fue necesario un desplazamiento fluvial de hasta 800 kilómetros desde el puesto de mando brasileño, y una inserción aérea desde Pedrera, Colombia, que en avión tardó unas tres horas.

“Era fundamental actuar de forma simultánea. Si nosotros intervenimos solos, los ilegales se trasladan al lado brasileño. Lo mismo sucede cuando Brasil actúa por su cuenta: los dragones y dragas se pasan a Colombia. Esta vez, coordinamos fuerzas y logramos un golpe conjunto”, explicó el brigadier general Edilberto Cortés Moncada, comandante Brigada de Selva N•26 a este diario.

La operación permitió la identificación y destrucción de aproximadamente 25 dragas y dragones en territorio colombiano, y de 50 a 60 estructuras similares en territorio brasileño. Estas gigantescas embarcaciones –mucho más grandes y tecnificadas que las dragas usuales– estaban operativas día y noche, removiendo toneladas de sedimentos y vertiendo mercurio al río Puré. Según los cálculos de las autoridades, cada dragón podía extraer hasta 600 gramos de oro diarios, lo que representaba ganancias multimillonarias para las redes ilegales.

“En Leticia, un gramo de oro se paga hoy a 600 mil pesos. Y según los cálculos, el solo frente colombiano estaba generando unos 5 millones de dólares mensuales en producción ilícita. La afectación total, incluyendo la infraestructura destruida, supera los 30 millones de dólares”, explicó el general Cortés.

Detrás de estas operaciones se encuentra el grupo armado conocido como ‘Comandos de Frontera’, que extorsiona a los mineros ilegales cobrando “gramaje” por producción, combustible e insumos, y ejerce control territorial en las zonas de Pedrera, Puerto Santander del Amazonas y Tarapacá. Sin embargo, las fuentes consultadas indicaron que en varias ocasiones los mismos mineros han resistido la presencia de estos grupos, expulsandolos a través de enfrentamientos.

El coronel Jesús Daniel Acosta Mora, comandante del Grupo Aéreo del Amazonas, explicó que la operación se planeó meticulosamente durante meses, combinando inteligencia diferencial del Ejército con imágenes satelitales y reconocimiento aéreo realizado por la FAC, que desplegó aviones Cessna 560 y Cessna 208 Caravan, dotados de sistemas electroópticos de alta definición.

“La información fue complementada con imágenes y alertas proporcionadas por las autoridades, que alertó sobre el grave impacto ambiental en la zona del Parque Nacional Natural Río Puré”, dijo el coronel Acosta.

El apoyo logístico fue crucial: se desplegaron cerca de 150 efectivos, trasladados en aeronaves desde Tolemaida, así como helicópteros del Ejército y aviones de la FAC, además de la presencia de fiscales especializados y expertos en manejo de explosivos para la destrucción controlada de las estructuras ilegales.

“La afectación económica de la operación fue significativa: se estima que se destruyó infraestructura por 25 millones de dólares y se interrumpió la producción ilegal de alrededor de 5 millones de dólares en oro, según las autoridades. Se incautaron, además, antenas Starlink, teléfonos satelitales, cuadernos contables, cámaras de seguridad con memorias USB y otros elementos clave para avanzar en procesos de judicialización”, detalló por su parte, el general Cortés.

Además, los registros dan cuenta de una economía ilícita altamente rentable: cocineros desplegados en la zona ganaban hasta 8 millones de pesos mensuales.

El componente ambiental del operativo fue uno de los principales motores de la intervención. “Para extraer un solo gramo de oro se utilizan entre 5 y 6 gramos de mercurio, que contaminan hasta 600 litros de agua. Esto no solo afecta el agua, sino también el aire, el suelo y la salud de las comunidades”, explicó un coronel Acosta.

Lo anterior teniendo en cuenta que las gigantescas dragas remueven toneladas de sedimentos y destruyen los ecosistemas ribereños, provocando un impacto ambiental devastador que ha sido motivo de preocupación nacional e internacional.

“Necesitamos continuar con estas operaciones conjuntas. La minería ilegal en la Amazonía no se detiene, y cada intervención es una carrera contra el tiempo para proteger la selva, las comunidades y el recurso hídrico”, advirtió el general Cortés.

El río Puré, que desemboca en el río Caquetá (conocido en Brasil como río Japurá), seguirá siendo uno de los principales focos de atención de las autoridades colombianas y brasileñas. Ambas naciones ya trabajan en planear una segunda fase del operativo, con el objetivo de mantener la presión sobre las redes criminales y mitigar el impacto ambiental.

Redacción Justicia