Si bien la Semana Santa prometía estar calmada en materia de campaña presidencial, resultó ser todo lo contrario: muy movida, políticamente hablando.
Y todo por cuenta del candidato presidencial del Pacto Histórico, Gustavo Petro, quien terminó envuelto en una polémica –particularmente en redes– por su propuesta de ‘perdón social’ a personas involucradas en hechos de corrupción y por una visita que realizó a la cárcel La Picota su hermano Juan Fernando.
El tema adquirió relevancia una vez se conoció que su familiar se había reunido con algunos condenados por corrupción, entre ellos, el exsenador Iván Moreno (célebre por haber hecho parte del llamado carrusel de la contratación de Bogotá mientras su hermano, Samuel, ejercía como Alcalde). Según Noticias Caracol, a los involucrados se les habría planteado una supuesta reforma de la justicia que incluiría hasta el 20 por ciento en la rebaja de penas a cambio de apoyo político.
Tras esto, Gustavo Petro tuvo que salir a explicar el concepto de perdón social con el cual se intentaron justificar esos acercamientos. Pero hasta el momento el asunto parece seguir enredado.
El senador se centró en aclarar de qué era lo que estaba hablando y en señalar que la cita en La Picota la habían pedido los presos, no su campaña. Agregó que su hermano no hace parte de esta y, luego, que el perdón social no es para los hermanos Samuel e Iván Moreno. “El perdón social no es para dos hermanos (...) es un acto revolucionario que no depende de mí, depende de la sociedad, no es un acto jurídico, es un acto social que inicia una nueva era”, dijo Petro a la W.
Pero entre más intentaba dar explicaciones, más apabullante era la reacción de los demás candidatos, de sus simpatizantes y de la ciudadanía en general, que en las encuestas ha puesto la lucha contra la corrupción como una de las prioridades que deberían abordar los candidatos.
El pacto de La Picota es un regalo disfrazado bajo el nombre de perdón social.
Una de las reacciones más duras vino de su principal rival político, Federico Gutiérrez, de Equipo por Colombia. “El problema tuyo, Petro, es que yo no tengo jefe político. En cambio, tus antiguos socios y jefes políticos (que hoy están en la cárcel por corruptos) tienen con vos un pacto que vos mismo pusiste en evidencia para darles un tal ‘perdón social’ a cambio de votos”, expresó.
Sergio Fajardo, de la Coalición de la Esperanza, dijo, por su parte, que “el pacto de La Picota es un regalo disfrazado bajo el nombre de perdón social que les ofrece Petro a los corruptos de nuestro país”.
Ingrid Betancourt añadió que “el perdón social es una argucia para comprarles votos a los corruptos, a cambio de impunidad. Es lo que llamamos ‘venderle el alma al diablo’. ¿Cómo explicar que una propuesta tan descarada no le abra los ojos a la ciudadanía y no despierte una sanción social?”.
Enrique Gómez, de Salvación Nacional, planteó que se retirara de la contienda: “Petro tiene la obligación moral con el país de renunciar a su candidatura. Esto no fue un error o coincidencia, fue un pacto con delincuentes (...) con el objetivo de conseguir votos a cambio del indulto de los más descarados corruptos”.
Y Rodolfo Hernández se limitó a recordarle a Petro que “el perdón no se regala, se gana”.
Explicaciones
Si bien hasta ahora se podría decir que el candidato del Pacto Histórico gozaba de un efecto teflón, es decir, que muy pocas cosas lo afectaban, esta vez él y su campaña se han visto seriamente golpeados. Y todavía no ha logrado desenredar la madeja, pese a que sobre el perdón social ha hablado desde sus acercamientos con el exgobernador Luis Pérez.
El último pronunciamiento de Petro sobre este tema lo hizo en CambioColombia.com. Dijo que hay una “intención pérfida” para afectar su campaña y que lo quieren hacer con la intención de destruir su candidatura. Sobre la Comisión Intereclesial, con la que se asegura fue su hermano a la visita a la cárcel, afirmó que se dedica a la defensa de los derechos humanos, “no a la compra de votos”.
Creemos que hay un entrampamiento porque no es cierto que se haya hablado de rebajas de penas.
Sobre este tema, Petro dijo el viernes que lo que están haciendo es ponerle dinamita a la campaña “para que no nos elijan porque nos ven como sus rivales”.
Alfonso Prada, jefe de debate de Petro, insistió en que ningún momento se está proponiendo una reforma de la justicia que incluya rebajas de penas. Enfatizó en que nadie ha sido encargado desde la campaña para tener diálogos con los presos. “Creemos que hay un entrampamiento porque no es cierto que se haya hablado de rebajas de penas”, dijo.
¿Qué sigue?
Patricia Muñoz, catedrática de la Universidad Javeriana, dijo que esta situación no ha dejado tranquila a la gente y que “las explicaciones que se han dado hasta ahora no han sido suficientes”. Consideró que la sensación que hay hoy es que “esto no salió bien”, pero dijo que habrá que esperar para ver qué ocurre en los próximos días.
Viene la primera vuelta y eso va a producir un efecto negativo para la campaña de Petro.
Juan Carlos Gómez, director del Observatorio de Medios de la Universidad de La Sabana, aseguró, por su parte, que este es “un tema duro y fuerte en un proceso electoral polarizado” como el que vive Colombia. En su opinión, “falta mucha claridad” sobre lo que ocurrió realmente en la visita a la cárcel y la propuesta de perdón social. “Viene la primera vuelta y eso va a producir un efecto negativo para la campaña de Petro”, pronosticó.
Por su parte, Jairo Libreros, catedrático de la Universidad Externado, dijo que “el teflón se fracturó” en alusión a que hasta ahora Petro parecía ser inmune a las críticas y cuestionamientos.
Destacó que hablar de perdón social en una sociedad afectada por la corrupción “es una salida en falso. Esto no solo termina por afectar la campaña, sino que rompe el teflón de Petro”, dijo.
Finalmente, Jaime Duarte, profesor de Gobierno de la Universidad Externado de Colombia, señala que Petro, y algunos otros de su proceso de campaña como Gustavo Bolívar y Armando Benedetti han enredado aún más su situación con "explicaciones que oscuren" su aspiración de llegar a la Casa de Nariño.
"Son unas muy malas coincidencias haber lanzado esa tesis del perdón social justo en el momento en el cual personas muy cercanas al candidato se acercaban a una persona enjuiciada por actos de corrupción", concluye.
REDACCIÓN POLÍTICA