Vender vivienda en Colombia, en los estratos medio y alto (No VIS), demoró 12,4 meses en el trimestre agosto-noviembre de 2021; sin embargo, en el mismo periodo de este año el promedio aumentó a 17,9 meses. La situación no fue diferente para la comercialización de vivienda de interés social (VIS), que pasó de 4,1 a 6,8 meses.
Así lo reveló el informe más reciente de Galería Inmobiliaria, que confirmó una tendencia previsible en un escenario de expectativas, debido a factores externos e internos que están afectando los negocios y que, de hecho, identifiqué en la columna del 5 de noviembre pasado, entre ellos, la inflación, el alza del dólar y los precios altos de los insumos.
Por fortuna, las unidades terminadas en oferta disminuyeron 10 por ciento en noviembre pasado, frente al mismo periodo del 2021, según el dato anual del mismo informe. En medio de las eventualidades, esto les da algo de tranquilidad a las firmas edificadoras, cuyos representantes -de todas formas- andan inquietos y expectantes ad portas del 2023.
Lo que menos quieren los empresarios, sobre todo en estos momentos, es encartarse con un inventario construido en un entorno de ventas que algunos analistas definen "complicado". En un evento de la Cámara Colombiana de la Construcción (Camacol), el exministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, hizo un análisis sectorial, en el cual reflexionó sobre algo que le dijeron los constructores: "El 2022 fue un buen año. Sin embargo, la expectativa de reinversión es algo que se debe evaluar con detenimiento".
La afirmación de que las ventas fueron aceptables, a pesar de todo, está sustentada en un pensamiento positivo que debe trazar cualquier ejercicio profesional y la vida misma, y eso está bien, aunque las cifras rojas sean la mayoría. Según Galería Inmobiliaria, entre enero y noviembre de este año la comercialización de vivienda nueva registró una variación de -11 por ciento anual. Por tipo de oferta, la VIS reportó una variación de -10 por ciento y la de estratos medio y alto (No VIS), de -11 por ciento.
Lo que invirtieron los colombianos no cambió: 42,6 billones de pesos entre enero y noviembre, cada año, en promedio. En VIS, destinaron 19,8 billones en 2021 y 20,6 billones en 2022, mientras que en No VIS el gasto de los hogares sí disminuyó, pues pasó de 22,8 billones a 21,9 billones en los mismos lapsos.
Hablé con el presidente de la constructora Apiros, Jorge Luis López, quien confirmó que, efectivamente, se pasó de una tendencia alcista en ventas en el 2021 a un desempeño aceptable este año; sin embargo, advirtió que “el incremento del dólar y los precios altos de los insumos, a los que le suma el aumento de las tasas de interés, están afectando la demanda y eso debe monitorearse.
"La profundización de estas y otras variables nos tienen evaluando la mejor forma de reinvertir, pero con cautela, porque no sabemos qué pasará", dijo el directivo, quien agregó que la clave está en tratar de mirar hacia una misma dirección: "Es importante que la política habitacional del país esté guiada por definiciones y no solo por anuncios, y que, además, sobrellevemos el impacto generado por la reforma tributaria para tener claro nuestros temas sectoriales".
Esto será importante, porque hay otro dato relevante relacionado con el crecimiento anual del número de viviendas que iniciaron obra: la VIS se ubica en un máximo de 141.736 unidades y un crecimiento anual del 40 por ciento, contra 51.000 No VIS que cayeron 0,5 por ciento. Estas viviendas, en su gran mayoría, están vendidas.