Las personas naturales y las empresas ya están pagando más impuestos por cuenta de la reforma tributaria que se aprobó el año pasado por unos 20 billones de pesos para este 2023, la meta más ambiciosa de la historia.
Bajo el lema ‘quien más tiene, más paga’ fueron varios los cambios que logró sacar adelante el gobierno de Gustavo Petro, como el nuevo impuesto al patrimonio o los tributos saludables y ambientales. Igualmente, hubo modificaciones en materia de renta tanto para las personas como para algunos sectores de la economía, como el petrolero y las entidades financieras.
Estos cambios se suman a las obligaciones tributarias normales que tiene que asumir cada persona, como por ejemplo el impuesto predial y de vehículos para este segundo semestre. Por ello, expertos como Ángela González, associate partner de EY Colombia, recomiendan determinar con antelación qué hay que pagar para preparar los reportes, cumplir con los plazos establecidos y disminuir la probabilidad de incurrir en ciertas sanciones o intereses moratorios por presentación tardía.
Lo que ya se está cobrando
Si bien la mayoría de los cambios de la reforma ya se están aplicando, hay algunos que todavía no han empezado. La excepción son los casos en los que la ley expresamente difirió su aplicación, como por ejemplo los impuestos saludables (que rigen a partir del 1.º de noviembre de este 2023) o la sujeción del carbón como producto gravado con el impuesto al carbono (que estará gravado con el 25 por ciento del valor de la tarifa plena desde el 2025).
Entre los que ya se están cobrando figuran el impuesto al patrimonio, las modificaciones al de timbre y el impuesto sobre las ventas (IVA) sobre algunos productos que antes no lo tenían.
En primer lugar, los ciudadanos con un patrimonio de al menos 3.053 millones de pesos están obligados a declarar este nuevo impuesto a la riqueza. Estos contribuyentes deberán cancelar el valor total del tributo por pagar en dos cuotas. La primera fue entre el 9 y el 23 de mayo, y la segunda será entre el 7 y el 20 de septiembre de este 2023.
Desde enero también se empezó a aplicar los cambios del impuesto de timbre. En la reforma se especificó que las enajenaciones de inmuebles cuyo valor de transacción supere 20.000 UVT (unos 848 millones de pesos para el 2023) estarán gravadas con este tributo a una tarifa marginal del 1,5 por ciento y cuando supere 50.000 UVT (2.120 millones de pesos para el 2023), del 3 por ciento.
Además, hay que recordar que a última hora se aprobó IVA a las boletas para el ingreso a espectáculos, como las corridas de toros, al igual que la comercialización de animales de compañía, como gatos, perros, conejos o hámsteres. Según la Dian, estas modificaciones se empezaron a aplicar a partir del primer bimestre (enero y marzo), mientras que su declaración y pago se realizó en marzo.
Los que se pagan en 2024
También hay otro grupo de impuestos que ya se están aplicando, pero que su declaración y pago será el próximo año. Entre ellos está el impuesto nacional sobre productos plásticos de un solo uso. Este grava los envases, embalajes y empaques y equivale a 1,9 pesos por gramo de plástico utilizado. Se empezó a aplicar desde la entrada en vigor de la ley a comienzos de este año y su pago se difiere en el tiempo puesto que los vencimientos del impuesto de 2022 y 2023 se pagarán en febrero del 2024.
Según Daniel Mitchell, presidente de Acoplásticos, el gremio que reúne y representa a las empresas de las cadenas productivas del plástico, la tarifa equivale aproximadamente a un impuesto del 20-25 sobre el producto plástico, lo que, a su vez, representará un incremento en el precio del alimento, bebida o producto de aseo o limpieza que viene empacado o envasado, que puede llegar a ser de entre 1 y 6 por ciento.
También está el caso del impuesto sobre la renta y complementario de ganancias ocasionales, al igual que las modificaciones al Régimen Simple de Tributación. En estos casos, los cambios aplican durante el año gravable 2023 que está en curso, pero su declaración se presenta en el año 2024 por regla general.
En el caso de la renta, tanto las personas como las empresas tuvieron cambios con la reforma tributaria. A manera individual, la idea es que paguen más los que ganen más de 10 millones de pesos. Esto por cuenta de que se limitó el monto total de lo que una persona se puede deducir a la hora de hacer su declaración.
Adicional a ello, los dividendos cuentan con tarifas que van de 0 a 20 por ciento y las ganancias ocasionales (herencias, venta de inmuebles,…), de 15 por ciento, a excepción de las provenientes de loterías, rifas, apuestas y similares, que quedarían gravadas al 25 por ciento.
Respecto a la retención en la fuente, la tributaria no modificó las normas legales generales; sin embargo, el Gobierno expidió el Decreto 0261 del 24 de febrero de 2023, en el que se modifican tarifas de autorretención en la fuente y retención en la fuente a título de impuesto sobre la renta.
En el caso de las empresas, por ejemplo, las petroleras, las mineras, las entidades financieras y las hidroeléctricas tienen que liquidar puntos adicionales cuando declaren su impuesto sobre la renta el próximo año.
Por ejemplo, será de 5 puntos del 2023 al 2027 para el caso de las financieras y aseguradoras hasta llegar a un 40 por ciento, y de 3 de 2023 a 2026 (38 por ciento) para las hidroeléctricas. En específico, los petroleros y los mineros tendrán que pagar una sobretasa de renta que varía con el precio internacional de los últimos 10 años.
Ultraprocesados
La reforma creó un impuesto a los alimentos ultraprocesados industrialmente o con alto contenido de azúcares añadidos, sodio o grasas saturadas. Adicional a ello está el tributo a las bebidas ultraprocesadas azucaradas que dependerá del nivel de azúcar añadido. Todo ello se empezará a cobrar desde noviembre de este año.
Se gravará desde el mecato hasta las arepas precocidas, las barritas de cereal o las albóndigas. Tampoco escaparán a los impuestos el chocolate de mesa, el chocoramo, las salchichas, las chocolatinas, las papitas, los platanitos, las rosquitas o las achiras. En cuanto a las bebidas, se incluyen las gaseosas, los líquidos a base de malta, tipo té, refrescos, zumos y néctares de fruta, bebidas energizantes y aguas saborizadas, entre otros.
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