Ayudas monetarias por más de 3,5 billones de pesos les entregaron el año pasado a sus afiliados las cajas de compensación familiar (CCF) en medio de la crisis generada por la pandemia del covid-19, la misma que dejó a estas entidades con 425.000 trabajadores menos afiliados, un bajo crecimiento (en 2019 fue cercano al 11 por ciento) y una fuerte reducción en sus ingresos.
Dichas ayudas estuvieron representadas en apoyos por 611.367 millones de pesos para cerca de 400.000 personas que perdieron su empleo formal; subsidios mensuales por más de 2,3 billones para más de 5 millones de trabajadores con ingresos inferiores a 1,5 salarios mínimos, recursos para la primera infancia por 68.000 millones y 24.541 subsidios para compra de vivienda por más de 563.000 millones de pesos, estos solo en el primer trimestre del 2020.
Representantes de este sector indicaron que esto es apenas una parte de la labor que han brindado las cajas durante la pandemia, coyuntura en la que su asistencia a las familias colombianas en materia de salud, educación, vivienda y bienestar también ha sido fundamental para sobrellevar la actual crisis que millones de familias y el país han tenido que enfrentar.
Para Adriana Guillén Arango, presidenta ejecutiva de Asocajas, la crisis ocasionada por la pandemia generó dos retos importantes en materia de empleo y de salud.
“En el primero, las cajas trabajamos en fortalecer el componente de prestaciones económicas y brindar un beneficio de emergencia a quienes quedaban cesantes; en salud, el desafío se centró en minimizar el impacto de la pandemia en los afiliados a las EPS de las cajas, tanto del régimen subsidiado como del contributivo, así como garantizar la atención a los s”, explicó la directiva.
Cifras de la asociación indican que, hasta inicios de marzo, dichas entidades han atendido más de 1,2 millones de personas a las que se les diagnosticó covid-19, lo que corresponde al 50 por ciento de la población contagiada a nivel nacional. Además, han realizado cerca de 1,5 millones de pruebas PCR y habilitado unos 100 puntos de vacunación contra el covid-19 en 20 departamentos.
“Las cajas han demostrado ser un actor relevante y eficiente durante el manejo de la pandemia, no solo porque han logrado adaptarse a las necesidades del Sistema de Salud, sino porque han respondido de forma oportuna a los requerimientos del país y de los colombianos. Atender a la mitad de la población afectada por covid-19 evidencia la fortaleza institucional y operativa de las entidades, lo que nos impulsa a seguir trabajando de manera comprometida por los trabajadores y sus familias”, precisó Guillén Arango.
Sector robusto
A pesar de los efectos adversos que la pandemia ha tenido sobre la economía del país, sobre todo en materia de desempleo, pues más de 5,2 millones de personas quedaron cesantes en lo más agudo de esta crisis, el nivel de afiliados a las cajas de compensación se mantiene elevado, más de 9,24 millones de trabajadores formales.
Sin embargo, los beneficios de estas entidades abarcan a cerca del 40 por ciento de la población colombiana, unos 20 millones de colombianos, entre trabajadores y sus familias.
“La pandemia ha evidenciado la importancia del Sistema del Subsidio Familiar en cerrar las brechas sociales”, señala Julián Molina Gómez, superintendente del Subsidio Familiar. Agrega que el sistema se ha convertido en un apoyo clave para el Gobierno en la recuperación económica y de empleo, proceso en el que jugarán un rol importante los proyectos de inversión de las cajas.
“El año pasado, las inversiones de las cajas de compensación ascendieron a 1,4 billones de pesos, cifra que esperamos sea similar este año, lo que implica retos adicionales, que estoy seguro podrán enfrentar, pues este es un sistema fuerte y robusto”, señaló el funcionario.
Pese a lo difícil de la coyuntura, en 2020 los ingresos totales de dichas entidades ascendieron a 21,1 billones de pesos, según cifras de la Supersubsidio Familiar.
Estos recursos, así como una notable reducción de los pasivos de las cajas, cuyo crecimiento pasó del 15,5 al 2,58 por ciento, entre 2019 y el 2020, hicieron que este sector pudiera cumplir a cabalidad con sus objetivos sociales, sin que se afectara la solidez de las entidades, precisó Molina Gómez.
Y aun cuando la recuperación de la economía colombiana junto con la del empleo avanza de manera paulatina, las cajas de compensación mantienen sus estrategias de apoyo a los trabajadores y sus familias a través de sus distintos programas sociales, los cuales han tenido que adaptar a las nuevas circunstancias.
Retos y oportunidades
Además de la atención en salud, uno de los principales focos de las cajas está en facilitarles a miles de colombianos su reincorporación al mercado laboral formal, coinciden voceros del sector.
“El apoyo de las cajas al cesante se ha sustentado en el subsidio al desempleo, el cual garantiza seis meses de seguridad social, capacitación y postulaciones a las vacantes que se van publicando en la medida en que los sectores se reactivan”, dice William Alzate Rincón, presidente encargado de la Federación Nacional de Cajas de Compensación Familiar (Fedecajas).
Dice que la tarea no ha sido fácil y, en el cumplimiento de su misión en medio de la pandemia, se han encontrado con varios obstáculos.
“La caída en los recaudos, tanto del aporte del 4 por ciento efectuado por los empleadores como las ventas de servicios; la baja cobertura de internet de calidad en la mayor parte de los territorios del país, sobre todo en zonas rurales, y los limitados niveles de alfabetización tecnológica y poca cobertura de internet entre los afiliados nos condicionan la atención y comunicación con la respectiva población”, señala Alzate Rincón.
Por eso, uno de los principales retos del sector es la migración hacia nuevas formas de prestación de los servicios sociales que permitan cobertura total en los territorios de su jurisdicción.
También está en promover el mayor uso de la tecnología y el desarrollo de modelos de alternancia e innovación para multiplicar la capacidad de la infraestructura actual.
“Hay que ir consolidando la educación y capacitación continua, por ejemplo. Bajo estas instancias, las CCF deben invertir en tecnología y no necesariamente en equipamientos físicos dado que la virtualidad y la alternancia permitirían multiplicar la cobertura casi sin límite”, advierte el vocero de Fedecajas.
Para Molina Gómez, es importante discutir la relocalización del subsidio en un esquema basado en género pues “en el sistema sabemos, entre otras cosas, que las mujeres cabeza de familia de los hogares de clase media canalizan mejor esos recursos de la cuota monetaria”, lo que podría “impactar de mejor manera la vida del trabajador y de su familia”.
Guillén Arango, de Asocajas, sostiene que la nueva normalidad les impone un importante reto a las cajas en su oferta de servicios turísticos.
“Recuperar la confianza de los viajeros y ayudarlos a superar el temor de salir de casa por el riesgo al contagio es la gran apuesta de las CCF. Por esto, nos hemos comprometido con transformar la forma en que prestamos nuestros servicios, para hacerlo de una manera más consciente, segura y confiable, implementando diversas medidas de higiene y control”, puntualizó.
La estrategia para reactivar sus servicios
Según Adriana Guillén Arango, presidenta de Asocajas, para reactivar los servicios de recreación y bienestar, las cajas diseñaron una estrategia cuya prioridad es el cuidado y la protección de la salud. Así, para el cumplimiento de los protocolos, se definieron los siguientes esquemas de operación:
- Reservas virtuales y telefónicas: para lo cual las cajas han fortalecido sus canales virtuales de atención.
- Aforo: cada centro vacacional, hotel o parque temático tiene un límite de visitantes según su tamaño e infraestructura.
- Horarios y turnos: para acceder a los servicios de restaurantes, spa, centros de bienestar y diversos espacios comunes se debe hacer reserva.
- Zona de transición: se ha dispuesto en el ingreso de los centros con alojamiento y hoteles un espacio de transición que permita desinfectar los equipajes de los huéspedes y realizar la higienización de manos..
- Puntos de higiene: en los diferentes espacios que ofrezcan alimentación y bebidas se instalaron puntos de higiene.
- Aseo y ventilación: se implementaron nuevos esquemas de higiene, aseo y ventilación de habitaciones, zonas comunes y superficies.
- Capacidad ascensores: de acuerdo con el tamaño de cada ascensor, se establece el número de personas que pueden usar estos espacios.
- Uso de elementos de protección: el uso del tapabocas será obligatorio tanto para trabajadores como para visitantes en todos los espacios comunes.
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