En el último trimestre, el campo colombiano generó 203.000 nuevos empleos, superando a los sectores de la construcción y el comercio.
Según el Departamento istrativo Nacional de Estadística (Dane), entre junio y agosto de este año hubo un aumento de 2,4 por ciento en el número de empleados en el sector rural del país, respecto al mismo periodo del año pasado.
El ministro de Agricultura,
Aurelio Iragorri, señaló que el 5,4 por ciento de la tasa de desempleo que se registró en este tiempo en el campo fue “histórica”, pues se trata de “la tasa de desempleo más baja de la última década”.
El funcionario también señaló que en este periodo, “en el sector rural se generaron 51,4 empleos por hora”, algo que “no sucedía hace tiempo en este país”.
Para Rafael Mejía, presidente de la Bolsa Mercantil –y líder de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC) durante 15 años–, la importancia de la generación de empleo en el campo radica en que Colombia “es un país netamente agrícola, con extensiones de tierra muy amplias”.
Mejía aplaude el dato del último trimestre, pero advierte que es tan solo un paso en el sentido de reducir la brecha de pobreza entre el campo y la ciudad, que está en 16,2 por ciento. “Por ahí es el camino, pero no se ha hecho lo suficiente. El empleo rural debe ser estable”, apunta el analista, que además hace evidente la necesidad de que “la ciudad deje de mirar con desprecio al campo”.
Más siembra
En este periodo, gracias al programa
‘Colombia siembra’ del Ministerio de Agricultura, los campesinos cultivaron 185.000 nuevas hectáreas, a diferencia de las 16.000 alcanzadas en la misma época durante los últimos 20 años.
Uno de los potenciales de este programa, según el ministro Iragorri, radica en que el empleo se está generando en parcelas familiares, es decir, de trabajadores por cuenta propia, lo que disminuye el número de jornaleros que muchas veces son presa de la informalidad.
“La gente se está quedando en sus predios sembrando y contratando a la familia o a los amigos para la cosecha”, apuntó el jefe de la cartera.
El cacao, junto al café, la palma de aceite, el banano y el arroz, ha sido el producto que tradicionalmente ha creado más empleos en el sector del agro.
Para Eduard Baquero, presidente de Fedecacao, “el año pasado hubo una inversión histórica por parte del Ministerio”, lo que contribuyó a contratar mano de obra calificada y a entregar insumos que ayudaron a sobrellevar las consecuencias del clima seco.
La finalización del fenómeno del Niño fue un factor decisivo a la hora de que se normalizaran, paulatinamente, las siembras de alimentos, lo que demandó mano de obra para la adecuación de las tierras.
También influyó el hecho de que los productores invirtieron en la siembra agrícola estimulados por el alza de los precios en la comida del primer semestre, así como el cambio del peso frente al dólar, que volvió más atractivo producir localmente a raíz del encarecimiento de la importación de alimentos.
El aporte de la descentralización
Otro factor importante que ha contribuido a la generación de empleo desde el sector agrícola fue el programa de descentralización de los recursos por parte del Ministerio de Agricultura, conocido como ‘Pares’ (Pobladores Rurales Articulados Regionalmente con la Nación).
Según la mencionada cartera, antes de la implementación de esta medida el 60 por ciento de los recursos destinados al campo se concentraban en solamente 10 departamentos.
Con la llegada del ‘Pares’, se beneficiaron 2,4 millones de pobladores rurales a lo largo y ancho del país.
El año pasado, diariamente se invirtieron 6.028 millones de pesos en el campo, por medio de proyectos productivos y de desarrollo rural, que llegaron a los 32 departamentos del territorio nacional.
Esta política ha hecho que la repartición sea más justa y equitativa, lo que permitió a su vez aumentar la generación de empleo.
EL TIEMPO