Por ejemplo, la decisión de la compañía de inundar el cuarto de máquinas (en construcción) para habilitar el paso de agua del río Cauca, representará un impacto que se tasa en 150 millones de dólares.
La inundación de la casa de máquinas es una pérdida brutal
Sin embargo, EPM mantiene una póliza de seguros por 2.500 millones de dólares para cubrir daños materiales, con un deducible de un millón de dólares, el cual cubre infraestructura y equipos. La póliza incluye 628 millones de dólares para cubrir el lucro cesante de la primera fase del proyecto (1.200 megavatios) y de 248 millones de dólares para amparar la segunda (1.200 megavatios) e involucra un deducible asociado de 90 días.
1. El cálculo de Oswaldo Ordóñez, profesor del departamento de Geociencias de la Facultad de Minas de la Universidad Nacional, es que la evacuación del agua, represada de forma súbita, puede tomar alrededor de un mes. “En este espacio están las turbinas (casa de máquinas) que van a generar la energía de la hidroeléctrica. Es una pérdida brutal”, expresó Ordóñez.
Después de eso, el diagnóstico, la planeación y la ejecución de los correctivos tardarían un tiempo no determinado. Otra fuente del sector eléctrico señaló que, en respuesta a una situación similar, en una hidroeléctrica de Venezuela se inundó el cuarto de máquinas. La limpieza y la reparación de los equipos demandaron dos años.
2. La regulación de la Comisión de Regulación de Energía y Gas (Creg) permite que un proyecto se retrase hasta un año, pero EPM debe duplicar las garantías que aportó y, según las fuentes, si el retraso en el arranque supera el año, la generadora perdería esas garantías y el cargo por confiabilidad que le fue asignado por los 3,97 millones de kilovatios.
Fuentes del sector eléctrico dijeron que si EPM ya hubiera firmado contratos para la energía que iba a producir Hidroituango, debería ir a la bolsa, cubrir esta obligación y cruzar los dedos para que su costo no suba y supere el valor de dichos acuerdos, pues ahí se entraría a perder.
3. El hecho de que la primera fase del proyecto ya no alcance a entregarse en el 2018 además tendrá repercusiones en los proyectos regionales, debido a que el Instituto de Desarrollo de Antioquia (Idea), principal financiador de las iniciativas de la Gobernación, es el dueño del 52 por ciento de Hidroituango (el 48 por ciento es de EPM). El primer afectado sería el Ferrocarril de Antioquia.
4. En cuanto a otros eventuales costos adicionales por la compra de energía, las cifras de XM, operador del mercado eléctrico, muestran que la central Termosierra, también de EPM, con la que se respaldará el compromiso de entrega de energía de Hidroituango con el sistema entre diciembre del 2018 y noviembre del 2038, casi que cubre los 2,97 millones de kilovatios al día (1.085 gigavatios hora año) de esta obligación.
5. Otro impacto económico para EPM será, muy posiblemente, su retiro de la puja con el fondo canadiense Brookfield por el control de Gas Natural. Esto no solo porque el lío con el proyecto hidroeléctrico no ha dejado tiempo para plantear bien la estrategia en ese proceso, sino porque el control accionario de dicha firma cuesta mínimo 1,4 billones de pesos, lo que sumado a la contingencia en Antioquia apretaría las finanzas de EPM.
6. Fitch Ratings Colombia colocó la calificación nacional de largo plazo de ‘AAA’ de EPM) en observación negativa desde una posición estable, debido a los efectos que podría tener el atraso en la construcción de la hidroeléctrica y la incertidumbre asociada a la solución definitiva del evento sísmico y el impacto de la inundación de la casa de máquinas en la integridad de los equipos.
La observación negativa en la calificación de perfil crediticio de la firma antioqueña refleja además también la incertidumbre alta asociada a la severidad de las dificultades y retos de ingeniería que se avecinan, junto a dificultades climatológicas que aumentaron los riesgos asociados.
“Existe incertidumbre respecto a la capacidad de la infraestructura completada de resistir la presión del agua lo que sugiere una hidrología no del todo controlada, o que surjan daños colaterales sobre los equipos ya instalados mientras se avanza con la fase de construcción final de la presa”, advirtió la calificadora.
7. Fitch Ratings agrega que el anuncio de EPM sobre el no cumplimiento del proyecto Ituango con la fecha de operación comercial de noviembre del 2018 resultará en una métrica de apalancamiento elevada más allá del horizonte de tiempo inicialmente contemplado. Ello porque las calificaciones de EPM, con corte al 2017, contemplaban una tendencia rápida al desapalancamiento una vez se terminara la construcción de Ituango, llevándolo desde cerca de cuatro veces en ese momento hasta por debajo tres veces, durante un período de 3 años. Dicha estimación asumía un crecimiento del Ebitda (ingresos antes de impuestos, depreciaciones y amortizaciones), cercano a 50 por ciento durante este período, que se explicaba en gran parte por la terminación oportuna del proyecto.
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