Attmosféras, proveedor de acabados arquitectónicos para la construcción, apunta a vender sus excedentes de energía solar

Capotear la alta volatilidad cambiaria ha sido uno de los retos más demandantes para Attmosféras, una compañía colombiana con cerca de 30 años en el mercado de los acabados arquitectónicos y los porcelanatos. Y es que, a diferencia de otras compañías del segmento, que también proveen insumos y materiales especiales al sector constructor y a miles de familias colombianas que se aventuran a remodelar sus hogares, el encarecimiento del dólar (hoy muy próximo a los 4.400 pesos) los ha golpeado de manera directa, ya que el 90 por ciento de su portafolio de productos es importado de Asia, Europa y algunos países de Latinoamérica. 

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Daniel Isaza, director de Compras de Attmosféras, precisó que la mayor parte de los productos que venden en Colombia provienen de países como España, Italia, Alemania, Turquía, China, India, Brasil, Ecuador, por lo que una tasa de cambio en los niveles observados este año los ha golpeado muy fuerte, pero que en su esfuerzo por ser competitivos y tener productos asequibles, han sacrificado una parte de su margen trasladándolo al consumidor final para que este salga favorecido y seguir impulsando la economía, dijo.

El directivo señaló que desde la compañía siguen apostándole a la recuperación económica, por lo que "no hemos frenado nuestras importaciones, seguimos mejorando nuestras salas de venta, realizamos compras de equipos logísticos y de es solares que apuntan a la sostenibilidad. Dicho esto, nos estamos preparando para la reactivación económica de nuestro país de la mejor manera posible", a propósito de la cercanía del fin de año y la proximidad del 2025.

Su estrategia sigue muy enfocada en el conocimiento del consumidor colombiano en sus gustos y preferencias, señala Isaza, a quienes les entregan un portafolio de productos con más de 8.000 referencias de calidad, diseños novedosos y vanguardistas que se pueden adquirir en sus distintas salas de ventas ubicadas en Bogotá, Medellín, Cali, Pereira, las cuales están equipadas con tecnologías de Big Data e Inteligencia Artificial, que mejoran la experiencia del cliente al ofrecer soluciones personalizadas y optimizadas. 

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La compañía se encuentra inmersa en un proceso de expansión con enfoque de sostenibilidad y eficiencia energética, y muestra de ese compromiso es la recién remodelada vitrina en Tocancipá (Cundinamarca) bajo dichos principios, donde los consumidores encuentran, además de porcelanatos, cerámicas, maderas laminadas y pisos vinílicos nacionales e internacionales, un espacio con saldos de productos de calidad a precios al alcance de todos los bolsillos, según sus directivas.

Allí también funciona un centro de distribución de 10.000 metros cuadrados, diseñado con enfoque en eficiencia energética, cuenta con 92 péneles solares y 5 montacargas eléctricos que no solo reducen la huella de carbono, sino que también generan un excedente energético que podría ser vendido a la red de la ciudad en el futuro, señala Isaza.

"Este centro no solo es un espacio para exhibir nuestros productos, sino también una representación tangible de nuestra apuesta por el medio ambiente y la innovación. Queremos ofrecer a nuestros clientes una experiencia completa, desde la calidad de nuestros acabados hasta la sostenibilidad que respalda cada uno de nuestros procesos", agrega el directivo.

En línea con sus políticas de sostenibilidad, la compañía trabaja con proveedores que implementan procesos productivos responsables, desde la reutilización de materiales hasta el reciclaje, y ha logrado importantes avances en su gestión medioambiental.

Isaza advierte que al interior de la compañía implementaron la política de las '3 R', reducir, reutilizar y reciclar, que apunta a bajar al mínimo posible el tema de los desperdicios que pueda generar debido a roturas y daños por manipulación de algunos de los productos que venden, principalmente, cerámicas y porcelanatos. 

"Nuestros productos, a pesar de ser de excelente calidad, sufren daños y nosotros hemos adecuado en nuestro centro de distribución de Tocancipá un espacio en el que aprovechamos esos desperdicios para elaborar artículos (mosaicos, muebles, piezas de menores dimensiones) que luego vendemos a los clientes. No es un proceso económico, pero lo hacemos, precisamente, para generar el menor volumen de escombros posible, los cuales se depositan en lugares determinados y habilitado para ello", explicó el directivo.

Pero no todo va a la basura. La compañía también está en la búsqueda permanente de entidades interesadas en esos residuos a los que se les dona o se les vende con un mínimo costo parte de esas mercancías que presentan algún daño o que por su volumen o existencia es difícil ubicar en el mercado.

Isaza sostiene que han logrado reducir en un 25 por ciento el consumo de agua en sus puntos de venta y edificio istrativo; se han implementado normas ISO que promueven la mitigación del cambio climático y la reducción de la huella de carbono, como muestra de ese compromiso de la compañía, sus directivas y colaboradores en la lucha para mitigar el cambio climático.