¿Ganar la Copa América o ir al Mundial?... (Opinión de Jorge Barraza, Último tango)

Hay diversas razones para suponerlo. De arranque, 16 participantes es un número mucho más atractivo que diez. Si entre esos seis que se agregan están México, Estados Unidos, Canadá (que mostró algunas cosas notables en el último Mundial) y Costa Rica, la Copa crece, se prestigia. Segundo, será verano en Estados Unidos, y el calor siempre es mejor que el frío para desarrollar buen fútbol. Tercero, estará presente el campeón del mundo –Argentina–, algo que no sucedía desde Perú 2004, cuando Brasil asistió con ese rótulo, ganado en Corea/Japón 2002. Es algo que no puede mostrar la Eurocopa. De hecho, entre Argentina, Brasil y Uruguay hay diez títulos mundiales presentes.

Diez de los 16 animadores están dentro de los primeros 48 puestos del Ranking Mundial de la Fifa. Y 48 es ahora el número mundialista. Argentina encabeza la lista como 1.º, Brasil es 5.º, Estados Unidos 11.º, Colombia 12.º, México 14.º, Uruguay 15.º, Ecuador 31.º, Perú 32.º, Chile 42.º, Panamá 45.º.

Otro punto de atracción serán los estadios, todos bellos, en algunos casos enormes. Y estarán llenos, lo cual estimula a los protagonistas. Ya puede asegurarse que el marco será espectacular. La Copa del Centenario, celebrada en 2016, marcó un récord histórico de asistencia con 1’504.635 entradas vendidas, a un promedio de 47.019 por partido. Esta puede ser similar. Y Conmebol ha anunciado 100 millones de dólares en premios a los participantes.

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No obstante, lo más importante son los actores del espectáculo, y en eso hay decenas de nombres rutilantes. Messi, Vinicius, Rodrygo, Luis Díaz, Darwin Núñez, Pulisic, Keylor Navas, Alphonso Davies son apenas la punta de ese iceberg. La gran mayoría de las selecciones del continente tiene jugadores en Europa. Muchos. Un buen ejemplo es Estados Unidos: 21 de los 23 jugadores que utilizó en marzo último en la Liga de Naciones de la Concacaf –de la que fue campeón– actúan en clubes europeos, algunos muy importantes como Milan, Juventus, PSV Eindhoven, Mónaco, Nottingham Forest. Y todos van con su mejor dotación. 

Recordamos aquellos tiempos de los años ’90 y 2000 en que muchas asociaciones priorizaban la Eliminatoria o el Mundial y acudían con equipos alternativos. Eso ya no existe. Incluso los jugadores anhelan ser convocados. Antes muchos preferían no ser “molestados” y quedarse en Europa. Ahora da alto reconocimiento ganarla o cumplir una actuación destacada en ella. La mira el mundo, aunque se encime con la Eurocopa.

“Ganarla, el objetivo es ganarla. Claramente iremos partido a partido y entramos a ganar en cada juego, nosotros planteamos jugar para buscar el resultado. No vamos a jugar para ver qué pasa, vamos a jugar para ganar”, comentó Néstor Lorenzo, el exitoso técnico de Colombia, dando una pauta de lo que piensan todos. Desde luego, unos tienen más potencialidad que otros y, en consecuencia, mejores probabilidades, pero ya nadie va a probar jugadores o a aprender. 

En Uruguay 1967, cuando iban a hacer su debut en la Copa, el técnico y los muchachos de Venezuela declararon “venimos a aprender”. A ningún integrante de la Vinotinto actual se le ocurriría decir tal cosa. Ya aprendieron, ahora salen a jugar de tú a tú. Hoy, Venezuela enseña más de lo que aprende.

A propósito de Colombia, el invicto de 18 partidos (13 victorias y 5 empates) en la era Lorenzo lo unge como uno de los favoritos detrás de los consabidos Argentina, Brasil y Uruguay. “Con los que quiera convocar hay que jugar la final de la Copa América… ¡Él sabrá! Que no vaya a salir nadie a decir que el torneo continental debe servir para ‘preparar’ el equipo para una Eliminatoria que clasifica a siete sobre diez”, tuiteó el influyente Carlos Antonio Vélez, en alusión a Lorenzo. Le puso la vara bien alta: campeón o, mínimo, finalista. Nos animamos a preguntar: si tuviera que elegir, ¿qué preferiría el hincha colombiano, ganar la Copa América o clasificar al Mundial?

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Ya nadie se siente menos, todos van con exigencias. Una mala actuación es sacatécnico. Incluso Ecuador, que no tiene una historia muy brillante en la Copa América (nunca la ganó), le pide, le exige al técnico catalán Félix Sánchez pelear el título. Eso sería un certificado de grandeza para el fútbol de la mitad del mundo. Lo mismo para Perú o Paraguay.

En una encuesta que lanzamos en Twitter, Colombia se ubica apenitas detrás de Argentina y muy por encima de Brasil y Uruguay entre los candidatos a la corona. La Albiceleste de Scaloni reunió el 35,2 por ciento de los votos; Colombia, el 34,1 por ciento; Brasil, 16,3 por ciento; y Uruguay, 14,4 por ciento. Veremos si, llegada la hora, el jugador colombiano sabe asumir el favoritismo y la presión de tener que subirse a lo más alto del podio. Lo que le ha faltado históricamente.

A su vez, en las casas de apuestas, Argentina también es el principal indicado, paga 2,75 dólares por cada uno apostado. Lo siguen Brasil, con 3,25; Uruguay, 6,00; Colombia, 13,00; Estados Unidos, 13,00; México, 15,00; Ecuador, 17,00; Chile, 29,00.

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Messi será un atractivo aparte, por el imán que representa para el público norteamericano y porque puede alcanzar dos récords históricos: el de mayor cantidad de partidos disputados y el de mayor goleador histórico. Tiene 13 goles en Copa y los artilleros son Zizinho y Tucho Méndez con 17. ¿Podrá? Cumplirá 37 años en medio de la competencia.

¿Por qué se jugará en paralelo con la Eurocopa? Es un acuerdo de la Conmebol y la Uefa, que mantienen relaciones estrechísimas de amistad y cooperación. Es para armonizar. Ambas competencias tendrán un altísimo componente de futbolistas que actúan en el Viejo Continente, así luego todos se van de vacaciones y vuelven al mismo tiempo para afrontar la pretemporada. Por eso ambos torneos tienen la final el mismo día: 14 de julio.

Y está el juego: ya no existe el fútbol ultradefensivo de otras épocas, hoy todos van adelante, con lo que tengan. Para Argentina sería fantástico revalidar el título logrado el 2021; Brasil necesita urgentemente una conquista de este porte para reencontrarse y llegar al Mundial 2026 con la moral bien alta. Uruguay quiere dar un golpe de autoridad con Bielsa. 

Colombia lo necesita para, por fin, poder gritar que es un fútbol grande (por ahora es un medio “considerable”). México callaría millones de críticas. Estados Unidos daría el salto supremo para convertir al fútbol en su deporte más popular, cuando hoy es el cuarto. Ecuador, lo dijimos, lo anhela para romper su invicto en la Copa, pues nunca pudo levantarla. Chile para revivir lo de 2015 y 2016, cuando alcanzó su gloria mayor.

 Esta no es una Copa más, a todos les vendría de perlas una actuación de mérito –o el título, o la final– para ganar reconocimiento y encarar luego, con la moral por el cielo, la recta final de la Eliminatoria.

Ya nadie habla más de que “los jugadores vienen fundidos de largas temporadas en Europa”. Con cansancio o sin él, todos están obligados a dar lo máximo. La Copa es una vidriera gigante. Estamos persuadidos de que veremos fútbol champán.
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​Último tango
JORGE BARRAZA
Para EL TIEMPO
@JorgeBarrazaOK