Santa Fe llegó a Neiva bajo presión, con la soga al cuello, con la única posibilidad de ganar, de vencer, de reencontrarse con el triunfo para vivir en la Liga para la fecha 20, pero no lo hizo, apenas empató 2-2 y ese resultado lo deja prácticamente eliminado.
Santa Fe, el necesitado, no fue una aplanadora ni un equipo decidido. Arrancó a paso lento, como mirando, como si no se jugara todo lo que se jugaba. Es más, en los primeros 25 minutos se dedicó a ver cómo el Huila lo atacaba, por arriba, por abajo, con remates de media distancia. Incluso el portero Silva tuvo que intervenir para evitar que un gol empezara a dañar el plan que tenía el equipo.
Santa Fe se demoró en reaccionar. Parece que alguien desde el banco, quizá el DT Pablo Peirano, los hizo despertar, porque de repente el equipo encontró sus fórmulas de ataque, sus combinaciones, casi todo liderado por Hugo Rodallega. Fue él el que tuvo dos buenos remates para sacudirse, un cabezazo que pasó muy cerca y un remate que le atajó el portero.
Pues fue Rodallega el que despejó el camino del primer gol, del sufrido y necesitado primer gol. Hugo hizo un amague entrando al área, se perfiló, sacó su remate, el arquero dio rebote, la pelota pegó en un defensor y le quedó de carambola a Ever Valencia, que solo necesitó tocarla, pues el arco estaba desprotegido, y fue el 0-1 en 44 minutos.
El gol era vida para Santa Fe. Vida porque ganar significaba llegar con opciones a la fecha final. Así que la tarea en el segundo tiempo era conservar la ventaja e intentar aumentar, anotar otro gol que le diera la tranquilidad.
Autodestrucción cardenal
Pero nada en Santa Fe es sencillo, este equipo no gana sencillo, y menos en este semestre de pesadilla. Una imprudencia de Rivera en el área significó un penalti, Vinicius remató a un palo, Silva llegó allí pero no alcanzó a despejar la pelota, fue el 1-1 en 58 minutos. Así renació la angustia cardenal, el sufrimiento.
Entraron Yeison Moreno y Marrugo, a ver si el panorama se aclaraba, si encontraban la luz. El equipo arriesgó y no tenía de otra. Era el todo o nada. El gol del alivio parcial llegó al 78, en un cabezazo de Yeison Moreno que le devolvió el alma al cuerpo a Peirano, a los 11 jugadores y a toda la afición cardenal.
Pero cuando en Santa Fe sacaban la calculadora para ver qué cuentas hacer, llegó el empate del Huila, de Exneider Guerrero, con un remate a un ángulo que dejó helado a todo Santa Fe, porque la obligación era ganar y no lo hizo. Se quedó en 24 puntos y con una diferencia de -7 prácticamente le dice adiós al campeonato.
PABLO ROMERO
Redactor de EL TIEMPO
@PabloRomeroET
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