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Opinión
Salir del camerino... (Opinión)
Dar el paso de jugadores a entrenadores puede ser para algunos pocos un cambio natural y planificado, pero para otros muchos una agotadora batalla.
Efraín Juárez, DT de Nacional. Foto: Jaiver Nieto / EL TIEMPO
En una charla en Rusia, en un pequeño restaurante al que entramos de prisa, se lo escuché por primera vez a Jorge Barraza: “el problema con los futbolistas cuando cambian de cargo es que jamás salen del camerino y eso, necesariamente, determina sus nuevas carreras”, decía, palabras más, palabras menos.
Nada más preciso. Dar el paso de jugadores a entrenadores puede ser para algunos pocos un cambio natural y planificado, pero para otros muchos una agotadora batalla, un triunfo del ego, una revancha.
Deportes Tolima goleó 5-1 a La Equidad en Ibagué. Foto:@cdtolima
En el primer caso el tránsito es casi un alivio, pero en el otro es una necesaria demostración de poder -que siempre sobra-, un afán de autoridad que choca con la angustia de quien está más preocupado por evitar la salida que por justificar la llegada. Inevitablemente aflorarán los demonios.
Así que ahora que sabemos que los exfutbolistas estarán eternamente en el camerino y no habrá manera de pedirles objetividad o neutralidad, lo mínimo es exigirles un entrenamiento básico en el control de las emociones, un paso elemental para minimizar el riesgo de que el personaje del futbolista se trague la figura de la autoridad.
La prueba de que hay un tránsito posible es la sobriedad de David González en Deportes Tolima. La demostración de cuánto cuesta es Efraín Juárez, de Atlético Nacional. Ambos pasaron pronto del campo a la raya, ambos eran inexpertos y habían sido compañeros de sus ahora dirigidos, pero solo uno entendió cómo dejar el folclor en el campo y asumir las obligaciones propias de su nuevo rol.
Nacional se clasificó a la final de Copa BetPlay en el segundo juego de la semifinal de la Copa BetPlay del fútbol colombiano, al derrotar al Medellín 2-1 en el marcador global. Crédito: CEET Fotógrafo: JAIVER NIETO ÁLVAREZ Foto:Jaiver Nieto / EL TIEMPO
Aquellos que creen que a partir del VAR, el offside automático y todas las nuevas -e incómodas- realidades del fútbol se está hablando de otro deporte, den la bienvenida al juego en el que habrá que ser y parecer un personaje correcto, de esos que todos los días se fabrican en las redes sociales.
Piensen en Mourinho como El último mohicano, en Klopp como ‘Rambo capítulo final’, en ‘Pecoso’ Castro, ‘Bolillo’ y Pinto como el fin de Rápidos y Furiosos. No existen más.
De aquí en adelante el entrenador tendrá que asumirse como tal cuando pierde pero muy especialmente cuando gana. Argumentar que ‘así soy yo’ no funciona ni en los colegios. La inteligencia emocional será pronto un requisito tan ineludible como la licencia. Así que si no lo tienen, mejor no se presenten.