En un homenaje al escritor colombiano Gabriel García Márquez, en el 2015 el cantautor cubano
Pablo Milanés, fallecido en Madrid el 21 de noviembre en Madrid, España, hizo parte del Festival Gabo. En esa visita, Julio César Guzmán, actual editor de Mesa Audiovisual, lo entrevistó. A continuación, esa charla con el
músico.
"Este disco es una casa sin puertas ni ventanas, que Pablito Milanés lleva consigo a cualquier lugar en que se encuentre, solo para que sus amigos del mundo entero se reúnan a cantar (...). En la casa de Pablito, era imposible caminar por entre baterías atravesadas en la sala y saxofones sentados en las sillas (...). He tenido el privilegio de asistir durante años a la evolución de este milagro y hoy sé que no hay felicidad más pura que la felicidad de cantar (...)".
Al leerle estas palabras de Gabriel García Márquez, grabadas para la introducción de su disco 'Pablo querido', en el 2002, la voz poderosa del cantautor cubano Pablo Milanés se quiebra. Tropieza, pero no cae. “Quiero decirle que me emociona tanto escuchar eso... Estoy muy sensible en estos días... Me emociona mucho volver a escuchar las palabras del Gabo. Realmente era así. Esta casa era su paraíso, su remanso de paz”, dice desde La Habana el creador de verdaderos himnos de la canción latinoamericana.
Milanés, que rendirá un homenaje a García Márquez en la clausura del festival periodístico que lleva su nombre, se remonta en el tiempo y recuerda las muchas historias del escritor: “Hubo una canción que lo dejó impresionado y de ella tuvo unos halagos maravillosos, que no voy a repetir por modestia. Fue 'Los días de gloria'. Gabo habló en presencia de Mercedes (su esposa) y de otros amigos, de Iván Lins, un cantante brasileño que estaba esa tarde en la casa. Él no venía aquí a escucharme. Tengo que decir, con toda humildad, que el Gabo venía a esta casa a oír música, de todos, en vivo. Yo le buscaba amigos míos, a los que les decía ‘Gabo va a venir, está en la casa’, y venían todos. Eran unas jornadas felices las que pasábamos aquí”.
Escuchando a Milanés, su letra de 'Los días de gloria' suena más oportuna hoy que entonces: "Los días de gloria se fueron volando, yo no me di cuenta. Solo la memoria me iba sosteniendo lo que un día fue. Vivo con fantasmas que alimentan sueños y falsas promesas, que no me devuelven los días de gloria que tuve una vez".
Y no es solo por la muerte de Gabo. En la penúltima entrada de su blog, Milanés (aunque deberíamos convenir en llamarlo Pablo querido) escribió tras la muerte del escritor uruguayo Eduardo Galeano: “Yo pierdo a un amigo –aunque nos viéramos poco– alegre, sincero, cuya única rabia residía en el sueño de ver a su América libre, soberana y próspera”.
Cinco meses después, desde La Habana, el cantautor ite: “Estoy lleno de heridas, porque poco a poco la vida sigue, pero uno no se conforma con la desaparición de tanta gente querida, talentosa y que el mundo se pierde. Poco a poco, la vida te va llenando de heridas, de gente que te hace falta”.
El autor de letras tan contundentes como 'El breve espacio en que no estás', 'La vida no vale nada' o 'Para vivir' también tiene palabras de alegría para describir al nobel colombiano: “Era un hombre extraordinariamente vital, teníamos unos encuentros maravillosos. Nada más que hablábamos de música o de cultura (...). Esa es la imagen que yo tengo de él. Un hombre entusiasmado con la cultura, pero muy particularmente por la música popular, y eso fue lo que disfrutamos durante toda la vida. El Gabo llegaba aquí, cuando necesitaba un momento de paz y de armonía, me llamaba para venir y escuchar música. No mía, sino de mis amigos, y de todo lo que conozco aquí, de la música cubana, de jazz, folclor, boleros, danzón...”.
Con su salud y su memoria en buen estado, Pablo querido habló del recital que dará en Medellín, el primero de octubre:
¿Cantará solo las canciones que le gustaban a Gabo?
Voy a hacer un recital que, por ejemplo, contenga una obra que no llegó a escuchar él, que fue mi disco 'Renacimiento'. Y después voy a hacer las canciones que habitualmente hago, y que él escuchaba y que conocía perfectamente. Un repertorio ya trillado y que el público conoce. Y que, de hecho, lo espera y yo lo complazco con absoluta alegría.
‘Renacimiento’ lo presentó hace dos años en Bogotá, con un público emotivo...
Sí, cómo no. Creo que fue una de las primeras acogidas para el disco. Acababa de salir y yo estaba impresionado por la reacción del público ante un disco desconocido. De canciones nuevas que eran muy difíciles de poner en un público que espera otro repertorio. Realmente estaba muy nervioso, y me impresioné con el resultado de aquel recital. Del respeto y de la coherencia de un público que tiene un gusto extraordinario, un refinamiento extraordinario.
¿La nueva trova cubana sigue vigente?
Yo creo que es una cosa universal, independientemente de la nomenclatura y los nombres. Creo que el movimiento de la canción comprometida, canción social, canción protesta, nueva trova, como quiera decírsele, ha iniciado una nueva canción con conceptos nuevos de poesía y de música. Y por supuesto, en Cuba, no se ha paralizado esto. Los jóvenes de hoy siguen cantando con todas sus inquietudes, con la experiencia histórica que están viviendo en su momento.
¿Qué piensa del acercamiento de Cuba y EE. UU.?
Ha sido un momento interesante en la historia de los dos países. Y para las esperanzas del pueblo cubano. Pero hay que esperar a ver qué sale de eso. De repente, no hay información; entonces, yo, como un ciudadano normal, no puedo opinar porque no estoy en las altas esferas para saber lo que está pasando.
¿A la música cubana, la puede afectar?
No lo creo, la música cubana siempre ha estado presente, independientemente de lo que ha acontecido en la política. Se ha desarrollado al margen de todas estas cosas. El cubano siempre ha tenido talento. No solo ahora, sino desde el siglo XIX ha habido un desarrollo de la música en Cuba por unas confrontaciones de culturas, y en ese caso Cuba se ha visto favorecida y se ha desarrollado por sí misma.
Además de Medellín, dará un concierto en Bogotá y otro en Cali...
Estoy esperanzado porque hace siete años que no trabajo en Medellín y en Cali. Y estoy deseoso de ver cuál es la reacción del público ante mi actuación, si me han olvidado, si me tienen presente, si les gustan las canciones, y con el disco nuevo estoy a la expectativa. Con muchos deseos de estar allí y, por supuesto, en Bogotá, que siempre me recibe como un rey.