Pregunta: ¿Por qué todos los motivadores usan la palabra “éxito”? ¿No habrá más? ¿No tiene sinónimos?
Respuesta: Tiene muchos sinónimos, aplauso, acogida, popularidad, acierto, logro, pero ningún vocablo con la fuerza de “éxito”. Es una palabra que se pronuncia con doble estallido, por las consonantes equis (x) y te (t), ambas con sonido explosivo, como el ruido de la botella de champaña cuando expulsa el corcho y deja que el licor salga a borbotones, para brindar.
Para brindar por el éxito que se busca o para brindar por el éxito logrado. Suena como los cohetes de Navidad y Año Nuevo, que entre las doce de la noche y la una de la mañana repiten é-xi-to de manera incansable. “Éxito” viene del latín exitus, origen de la palabra inglesa exit, que significa ‘salida’. Y es que el éxito es la salida del problema, de la pandemia, del laberinto, de la frustración, del naufragio.
La palabra “éxito” se pronuncia con la misma curva melódica de la palabra “épico”, voz que alude a lo glorioso y a lo grandioso. Lo épico deja huella, hace historia. Lo épico se conmemora, se celebra, se festeja, aunque hayan pasado años o siglos del suceso, del éxito. También “éxito” tiene la misma curva melódica de “ético”, acaso para recordarnos que el éxito debe ser justo y bueno, honesto, legal. Y, fíjense ustedes, “legal” es asertivamente lo que respeta la ley y no la viola, pero para el hablante coloquial “legal” es lo bueno, lo agradable, lo estupendo, lo excelente, sentidos que el término “chévere” (sinónimo de ‘exitoso’), de origen africano, adquiere en Cuba a ritmo de sones y boleros.
Si le preguntamos a algún coach por sinónimos de “éxito” nos dirá Jesucristo, Colón, Steve Jobs, Messi, porque finalmente el éxito por antonomasia es el que logran triunfadores como ellos. Pero a Jesús lo crucificaron, Colón no llegó a la India, a Steve Jobs lo botaron y Messi perdió el Mundial del 2018, dicen los pesimistas. Sí, pero Jesús resucitó al tercer día, Colón descubrió a América, a Steve Jobs lo contrataron de nuevo y Messi ganó el Mundial del 2022. Todos ellos lograron su triunfal éxito.
Delante de mí
Gaturro dice: “No camines delante mío…, no camines atrás mío…”, recitando el poema de Albert Camus. Habría sido mejor usar esta traducción que transcribo con el resto de los versos: “No camines delante de mí, puede que no te siga. No camines detrás de mí, puede que no te guíe. Camina junto a mí y seamos amigos”.
Doscientos millones
“Doscientas millones de visualizaciones” (Caracol Noticias). Mejor: “Doscientos millones de visualizaciones”.
Desternillados
“Yo estaba viendo al público, y estaban destornillados de la risa” (Sábados felices).
Mejor: “… y estaban desternillados de la risa”, pues al reírse no se zafan los tornillos, que no tenemos, sino figuradamente las ternillas, que son los cartílagos”.
Me separé
“La Maga, de quien hace 42 años nos separamos, vive momentos precarios”. Mejor: “… de quien hace 42 años me separé”, pues el único que se separó de ella fue Jotamario, autor de la columna. Sería válido “nos separamos” si se tratara del mayestático “nos” que usaban los papas (“Nos declaramos que…”, cuando en realidad era uno solo el que declaraba el dogma), solo que Jotamario no escribe con el mayestático y papal “nos”, sino con el sencillo “yo”.
FERNANDO ÁVILA*
*Experto en redacción y creación literaria
@fernandoav
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