El nombre de Gustavo Cordera es un punto importante en la historia del rock latinoamericano desde sus inicios como cantautor en Bersuit Vergarabat, banda argentina reconocida en los años 90 por sus letras críticas y la fusión del rock con otros géneros musicales como el tango, la cumbia, el reggae y el folclore.
Cordera tiene 61 años. Hace 14 abandonó Bersuit para perseguir una carrera como solista. En 2010 fundó La caravana mágica, el proyecto musical que lo acompaña desde entonces, y que, en su concepto, es más fiel a su estilo personal.
El 11 de agosto de 2023, seis años y un sobreseimiento a su caso judicial después, Cordera lanzó ‘Espíritu’, el tercer EP que completa la serie del álbum ‘Libres’. Esta propuesta musical representa una aproximación personal hacia su manera de entender la situación mundial después de la pandemia y hacia su propia experiencia de transformación.
‘Libres’ se compone de los EP: ‘Cuerpo’, con ritmos bailables; ‘Mente’, con toques roqueros y rebeldes; y ‘Espíritu’, un final reflexivo y sensible para la trilogía, que contiene las canciones: ‘Espíritu Felino’, ‘Vibra la vida’ y ‘Buenos Aires’.
Como parte de la gira de presentación de su último álbum, Cordera estuvo en concierto el jueves 24 de agosto en Bogotá y el viernes 25, en Medellín. En entrevista con EL TIEMPO, compartió su experiencia creativa en este nuevo trabajo musical.
¿A qué se debe el lanzamiento de ‘Libres’ en este momento de su vida y de su carrera?
Para mí ‘Libres’ es un disco de época, es un disco que responde artísticamente a un momento bisagra de la humanidad.
La pandemia fue el momento más oscuro y a la vez lumínico de la historia de la humanidad. Nunca antes el ser humano había estado interpelado justamente en su libre albedrío a través de restricciones, de aislamiento, de tapabocas para que la gente no respire, no hable, simbólicamente, y no pueda tener su identidad. Nunca antes el poder había llegado tan lejos sobre la humanidad.
Me sentí ante la responsabilidad de dar mi testimonio artístico. Por eso el nombre de ‘Libres’: como una añoranza, como un decirle al mundo: “La libertad no se pide y no nos la pueden dar ellos. La libertad se ejerce. Nos corresponde, nos pertenece y es un acto de responsabilidad ser libres de pensamiento, libres de expresión”.
¿Por qué terminar las tres partes de ‘Libres’ con ‘Espíritu’?
Para mí el símbolo de la libertad máxima de la especie humana es el espíritu. Es cuando el niño juega, cuando las personas sonreímos, cuando bailamos. El espíritu se libera. Es un viaje que empieza en el cuerpo, pasa por la mente y luego llega a lo que sería la libertad total, que es el espíritu cuando emigra del cuerpo.
¿Qué fue diferente en el proceso de composición y grabación de ‘Libres’ frente a sus trabajos anteriores?
La delicadeza, la profundidad, la libertad que me tomé, la honestidad conmigo mismo. Es la primera vez que siento que hago algo con una libertad absoluta. Con un concepto de libertad nuevo para mí, una libertad de espíritu real.
¿Cómo este disco resulta transformador para lo que viene en su carrera?
Me siento creativamente más libre que nunca.
(Los discos) siempre abren nuevas puertas. Cada disco cierra un ciclo, cierra un proceso y es el motor para uno nuevo. Me siento creativamente más libre que nunca.
Estamos en un momento donde lo real está reclamando su lugar frente a tantas formas políticamente correctas para decir las cosas, de no herir las susceptibilidades de los demás, de fijarte y medirte en lo que tienes para decir porque si no la otra persona se puede sentir ofendida. Todo eso me parece que ha sido interpelado en la pandemia también.
Las heridas que tenemos por sanar, el sufrimiento que estamos viviendo, la cantidad de seres humanos que se están quitando la vida porque no le encuentran sentido, tanta pobreza espiritual está reclamando temperamento sin concesiones.
¿Cuál de las canciones de ‘Espíritu’ le emociona más interpretar en vivo?
'Espíritu Felino'. Es la que más me conecta con mi sensibilidad porque yo tengo una herida de abandono abierta. Por eso cada vez que la canto lloro.
¿En qué momentos recomendaría escuchar cada una de las partes de ‘Libres’?
Si me dan ganas de bailar, exaltación y mover el cuerpo: ‘El baile del error’, ‘El baile de los bichos’, ‘El baile de la libertad’. Si hay rock, si hay energía rebelde, si hay que tomar mi posición como ser intenso, rebelde y valiente: ‘Tiradera para vos’ y ’Soy rock’. Y si quiero conectarme con mi corazón, mi sensibilidad y con mi costado más femenino, recomiendo ‘Espíritu’. Las 3 canciones de ‘Espíritu’ tienen alma.
Lleva más de tres décadas en la industria musical, ¿cómo sigue conectando con los públicos?
A mí me pasó, a lo largo de mi vida, que hubo momentos donde vibré con la gente y hubo momentos que vibré solo y la gente se alejó. Ahora siento que estoy empezando nuevamente a vibrar con la gente.
Ese es el viaje, para mí, del camino del artista: momentos de conexión con la gente, momentos de soledad; momentos de éxito social, momentos de fracaso social. Lo que sí sé es que nunca asocié el fracaso social con mi fracaso personal. Siento desde hace muchos años que todo lo que hago tiene que ver con el éxito personal, que es ser honesto conmigo mismo. Y entonces, que ahora la gente vuelva a reconectarse o gente nueva se conecte por primera vez, siento que lo tengo bien ganado.
¿Cree que existe el perdón después de haber sido “cancelado”?
La única persona que se hizo daño con todo lo que sucedió fui yo mismo, y ya me perdoné.
Creo en el perdón, pero la única persona que se hizo daño con todo lo que sucedió fui yo mismo, y ya me perdoné. Los demás no tienen ningún derecho a castigar a nadie ni juzgar a nadie. Ni yo tengo derecho de hacerlo con los demás. Ni siquiera tengo derecho a hacerlo conmigo mismo, por eso me pido disculpas si alguna vez me condené.
¿Qué hace que le vibre la vida últimamente?
Esto, por ejemplo. Estar con una persona que recién estoy conociendo, comunicándome e intercambiando, conociéndonos.
El presente, vivirlo desde este lugar, es nuevo para mí. Yo vengo de un mundo muy violento, de mucha omnipotencia, de mucha locura, sufrimiento. Me experimenté en esa intensidad. Era inimaginable en otro momento de mi vida estar charlando respetuosamente y amorosamente con alguien.
LUISA VELA
ESCUELA DE PERIODISMO MULTIMEDIA EL TIEMPO