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Capítulo 10: Lágrimas y ríos

De la novela 'Ni tú ni aquella gente', del escritor Fernando Quiroz.

Fernando Quiroz, escritor colombiano.

Fernando Quiroz, escritor colombiano. Foto: Claudia Rubio/EL TIEMPO

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Supongo que los merengues que quedan en el punto ideal se deshacen cuando los tocan. Se rompen con extrema facilidad en mil pedazos. Se vuelven harina. Por eso será que en algunos lugares los llaman suspiros: efímeros, inabarcables.
Y así andaba yo, en palabras de mi mujer –como un merengue– uno de estos días. Días tan parecidos que muchos de ellos se confunden con la víspera. Así andaba uno o dos o diez días de estos que se repiten, que se alargan como si no tuvieran vencimiento. Como un merengue: me deshacía si me rozaba un recuerdo, si me tocaba una reflexión, si la imaginación me llevaba a emprender ciertos ejercicios que a toda costa debía evitar. Si dudaba de la posibilidad de salir con vida de este extraño e impredecible capítulo que la historia parecía querer escribir con prisa. Si revisaba las cifras de contagios y de muertes y comprobaba en el mapa que la flecha del virus había dado en blancos en realidad muy cercanos. Si pensaba que tal vez no volvería a ver a estos o a aquellos. Y, de repente, lo que parecía apenas un llamado de la nostalgia, si acaso capaz de sacar de cauce una lágrima, se convertía en un río. Un río impúdico que algunas veces se desbordaba mientras me detenía en alguna de las postales que guarda el álbum de mi memoria: una caminata rumbo al cabo San Juan, por ejemplo. O una medalla en Buenos Aires.
* Cortesía del autor

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